Dignidad humana

10.10.10

Cuidar y defendel la vida humana más necesitada

Pienso que para cuidar y defender la vida humana hemos de encariñarnos del mundo, de nuestros familiares, amigos y personas con las que nos encontramos diariamente. No es poca ciencia porque se ponen en juego muchas virtudes entre la que destaca la generosidad. Me parece que si un Provida focalizara toda su atención en las clínicas abortistas estaría haciendo muy poco atractiva una revolución cultural maravillosa a la que estamos convocados: restaurar y hacer ver con mayor profundidad la sacralizad de toda vida humana, especialmente la más necesitada, y redescubrir la maravilla del amor humano en el matrimonio fiel entre el hombre y la mujer. Dicho esto, tampoco podemos olvidar que la práctica legalizada y generalizada del aborto en nuestra sociedad es una aberración infrahumana con la que no podemos pactar. Muchas cosas se pueden hacer: Dar ejemplo de amor a la vida, dar la cara con simpatía y rotundidad ante los demás sobre estas cuestiones, informarse sobre aspectos de estos temas, defenderlos en nuestra vida profesional, rezar todos los días para la abolición de estos crímenes, acudir a “operaciones rescate” a las inmediaciones de esos centros de espanto y de muerte, sensibilizar a los médicos para que profundicen y defiendan con valentía que la medicina solo puede orientarse a salvar vidas, llamar a la conciencia de os políticos, profundizar en la dignidad de la mujer y de su indudable genialidad. Ser ingeniosos y lo más importante para los que somos cristianos: rezar, también por las mujeres que han abortado y por los abortistas; quizás especialmente por ellas y ellos.


José Ignacio Moreno Iturralde