Dignidad humana

17.5.09

El amor y otras "chorradas"

El amor propio es bueno, pero si se convierte en el genio de la lámpara, no se hace genial sino oscuro. El amor es, en términos telemáticos, como la tarjeta SIM de la persona. Por esto si uno se llama demasiado a sí mismo puede acabar confuso, aislado, y terminar por desconocer su propia identidad. Es en “los otros” –lejos del planteamiento de la película de Amenabar, que así se titula- donde la persona se revela a sí misma como un ser cuya vida merece la pena. Sin embargo, siempre se requiere una serio depósito de garantía porque sino se puede llamar amor a cualquier cosa y se expone uno a una estafa solemne en su propio amor, en sí mismo.


José Ignacio Moreno