Dignidad humana

7.2.09

Alma y género

El alma es algo tan claro como una estrategia de desarrollo que configura un organismo; y no una simple creencia religiosa. En el caso humano tal desarrollo tiene capacidades de racionalidad y libertad; las propias de una biografía. El cuerpo es por el alma; no al revés. El cuerpo es un posicionamiento espacio temporal del alma, en una unión de ambos aspectos íntima, sustancial, que es la persona humana. De este modo hay cuerpos masculinos y cuerpos femeninos porque hay personas masculinas y personas femeninas, de evidente complementariedad física y psíquica. El hecho de que no existan cuerpos homosexuales pone de manifiesto que las personas son hombres y mujeres. No es una afirmación antidemocrática decir que la complementariedad femenina y masculina nos trajo a la vida y nos constituye como especie, como género que genera. Las tendencias homosexuales son consecuencia de múltiples factores somáticos, culturales y de conductuales. Pero si hemos de establecer un criterio objetivo para la conducta más humana hemos de guiarnos por la naturaleza previa a nosotros mismos. Salirse del propio sitio supone un desorden que se vuelve contra nosotros más tarde o más temprano. En ciertos casos la situación de una persona puede ser muy dolorosa y digna de toda solidaridad y ayuda. Pero dar carta de normalidad a algo que no lo es proponer una humanidad alternativa sin viabilidad biológica ni social. La autoaceptación de la propia vida, que nada tiene que ver con un conformismo cobarde, es a todos los niveles el gran reto del ser humano y el único que le puede llevar a cabo una vida lograda y feliz, no exenta de superación y sacrificio. Pretender anteponer la libertad a la naturaleza es como intentar clavar un martillo con un clavo.



José Ignacio Moreno Iturralde