Jesús Poveda y Carlos Morín
En un principio el aborto era en España un delito abobinable, que fue despenalizado en 3 supuestos para que este crimen no se penase en algunos casos particulares. Ahora se ha visto que esos supuestos han permitido el aborto libre en nuestro país, uno de los más permisivos del mundo, matando a niños de 7 y 8 meses, triturándolos y saltándose toda ley y toda norma, como falsificando documentos, suplanto personalidad, trabajar sin titulación, enseñando ecografías de pega, tirando a la basura a seres humanos... todo esto, perdonen que se lo diga, pero apesta.
Yo soy médico y como tal no concibo cómo uno pueda quitarle la vida a otra en el ejercico de su profesión. Los médicos nos dedicamos a curar enfermedades, y el embarazo no es una enfermedad. Los médicos luchamos por salvar vidas, y con el aborto no se salva la vida de ese niño. Si nos escandalizaría que un bombero prendiese fuego a una casa, así debería ser con los médicos. El aborto es algo que va contra nuestros principios profesionales: sanar. No somos verdugos, somos médicos.
Les voy a comparar dos vidas radicalmente distintas, los dos son médicos. Uno se llama Jesús Poveda, psiquiatra, y ha guiado siempre su vida según sus principios. El otro es Carlos Morín, "ginecologo" (las comillas son de rigor) y ha guiado siempre su vida en la búsqueda de su único fín: el dinero.
Jesús va en moto, y ha buscado siempre el bien de sus pacientes, Ha ayudado a mendigos a salir de la calle. Ha ayudado a mujeres embarazadas a seguir adelante con sus hijos, incluso con su propio dinero. Trata a sus pacientes hasta el punto de ir a su casa si no vienen a su consulta. Sus enfermos son para él como si fuesen de su familia. Carlos, por otro lado, va a trabajar en un ferrari, tiene varias "clínicas" (cámaras de muerte por aborto) por todo el país, y ha matado a más seres humanos de los que pueda salvar el resto de su vida. Jesús es profesor de una de las mejores universidad de medicina de España, es miembro de varias ONG, y en verano se va a dar clases a universidades de latinoamerica (de hecho ayudó a fundar una: la Universidad Libre Internacional de las Américas, ULIA).
Carlos busca y ejecuta el fín de la vida (de otros); Jesus dedica su vida al principio de la vida. Carlos ha estado en la cárcel por sus crímenes: pasó por ella en 1989 y de nuevo ha estado ahora esperando a ser juzgado (esta vez ni sus influencias podrán salvarle); Jesús ha llegado incluso a dormir en la carcel por defender el verdadero derecho de la mujer: la maternidad.
Carlos Morín está forrado de dinero y en sus "clínicas" más de una mujer ha perdido la vida; Jesus ha salvado millones de vidas humanas. Llegó incluso a tener que vender su moto para pagar un juicio amañado que perdió. Un marido perdió a su mujer en una de esas "clínicas" de Morín y no encontró mas apoyo que el de Jesús Poveda. Carlos ha ignorado las demandas de ayuda de muchas de sus clientas; Jesus ha tratado muchas adolescentes y ha ayudado a vencer el SPA (síndrome post-aborto). Jesús Poveda mueve masas; Carlos Morín... no imagino a la masa de niños que ha podido enterrar. Carlos es mísero; Jesus es magnánimo.
El ser humano es libre. Libre de hacer lo que considera oportuno y acertado en cada momento, libre para dar la vida por los demás... y libre de no darla. Jesús Poveda siempre ha sido un ejemplo para todo el gremio médico, entregado hasta el extremo. Para él el paciente siempre va antes que él mismo. Pero hay mucha distancia entre ser un "Jesús Poveda" y ser un "Carlos Morín". En este caso no es dar la vida por los pacientes o no darla; ¡en este caso estamos hablando entre dar la vida por los pacientes... o quitársela!
Tenemos que posicionarnos, ¿estamos por la vida, para luchar por ella? o ¿vamos a hacer oídos sordos a todo el escándalo de las "clínicas" abortistas? No es suficiente con no tener el bisturí en la mano para decir que estamos en contra del aborto. Ha llegado el momento de implicarse por lo que creemos, igual que Morín luchará por seguir engordando su cartera a base de niños muertos y madres desgraciadas. Nos encontramos ante una balanza. De un lado está la apuesta por la vida. Del otro lado están los millones de niños (luego hombres y mujeres) que han sido abortados. La balanza no para de inclinarse hacia ellos, porque la ley de hoy, que ni siquiera se cumple, permite que esa masa de niños siga aumentando. Porque esto es así de duro: no hablamos de buenos o malos; hablamos de vivos... o muertos. ¿Tú de qué lado estás?
Gracias, Jesús, por estar con ellos (esos bebés no nacidos) y con nosotros.
Enrique Jaureguizar
Madrid.
Nota del blogmaster: Con valentía, con justicia, duros con el delito, pero siempre dispuestos al perdón moral del delincuente; con la esperanza de su rehabilitación humana.
Yo soy médico y como tal no concibo cómo uno pueda quitarle la vida a otra en el ejercico de su profesión. Los médicos nos dedicamos a curar enfermedades, y el embarazo no es una enfermedad. Los médicos luchamos por salvar vidas, y con el aborto no se salva la vida de ese niño. Si nos escandalizaría que un bombero prendiese fuego a una casa, así debería ser con los médicos. El aborto es algo que va contra nuestros principios profesionales: sanar. No somos verdugos, somos médicos.
Les voy a comparar dos vidas radicalmente distintas, los dos son médicos. Uno se llama Jesús Poveda, psiquiatra, y ha guiado siempre su vida según sus principios. El otro es Carlos Morín, "ginecologo" (las comillas son de rigor) y ha guiado siempre su vida en la búsqueda de su único fín: el dinero.
Jesús va en moto, y ha buscado siempre el bien de sus pacientes, Ha ayudado a mendigos a salir de la calle. Ha ayudado a mujeres embarazadas a seguir adelante con sus hijos, incluso con su propio dinero. Trata a sus pacientes hasta el punto de ir a su casa si no vienen a su consulta. Sus enfermos son para él como si fuesen de su familia. Carlos, por otro lado, va a trabajar en un ferrari, tiene varias "clínicas" (cámaras de muerte por aborto) por todo el país, y ha matado a más seres humanos de los que pueda salvar el resto de su vida. Jesús es profesor de una de las mejores universidad de medicina de España, es miembro de varias ONG, y en verano se va a dar clases a universidades de latinoamerica (de hecho ayudó a fundar una: la Universidad Libre Internacional de las Américas, ULIA).
Carlos busca y ejecuta el fín de la vida (de otros); Jesus dedica su vida al principio de la vida. Carlos ha estado en la cárcel por sus crímenes: pasó por ella en 1989 y de nuevo ha estado ahora esperando a ser juzgado (esta vez ni sus influencias podrán salvarle); Jesús ha llegado incluso a dormir en la carcel por defender el verdadero derecho de la mujer: la maternidad.
Carlos Morín está forrado de dinero y en sus "clínicas" más de una mujer ha perdido la vida; Jesus ha salvado millones de vidas humanas. Llegó incluso a tener que vender su moto para pagar un juicio amañado que perdió. Un marido perdió a su mujer en una de esas "clínicas" de Morín y no encontró mas apoyo que el de Jesús Poveda. Carlos ha ignorado las demandas de ayuda de muchas de sus clientas; Jesus ha tratado muchas adolescentes y ha ayudado a vencer el SPA (síndrome post-aborto). Jesús Poveda mueve masas; Carlos Morín... no imagino a la masa de niños que ha podido enterrar. Carlos es mísero; Jesus es magnánimo.
El ser humano es libre. Libre de hacer lo que considera oportuno y acertado en cada momento, libre para dar la vida por los demás... y libre de no darla. Jesús Poveda siempre ha sido un ejemplo para todo el gremio médico, entregado hasta el extremo. Para él el paciente siempre va antes que él mismo. Pero hay mucha distancia entre ser un "Jesús Poveda" y ser un "Carlos Morín". En este caso no es dar la vida por los pacientes o no darla; ¡en este caso estamos hablando entre dar la vida por los pacientes... o quitársela!
Tenemos que posicionarnos, ¿estamos por la vida, para luchar por ella? o ¿vamos a hacer oídos sordos a todo el escándalo de las "clínicas" abortistas? No es suficiente con no tener el bisturí en la mano para decir que estamos en contra del aborto. Ha llegado el momento de implicarse por lo que creemos, igual que Morín luchará por seguir engordando su cartera a base de niños muertos y madres desgraciadas. Nos encontramos ante una balanza. De un lado está la apuesta por la vida. Del otro lado están los millones de niños (luego hombres y mujeres) que han sido abortados. La balanza no para de inclinarse hacia ellos, porque la ley de hoy, que ni siquiera se cumple, permite que esa masa de niños siga aumentando. Porque esto es así de duro: no hablamos de buenos o malos; hablamos de vivos... o muertos. ¿Tú de qué lado estás?
Gracias, Jesús, por estar con ellos (esos bebés no nacidos) y con nosotros.
Enrique Jaureguizar
Madrid.
Nota del blogmaster: Con valentía, con justicia, duros con el delito, pero siempre dispuestos al perdón moral del delincuente; con la esperanza de su rehabilitación humana.
1 Comentarios:
Es cierto. Lo conozco. Es maravilloso. Por cierto, creo que también nació el día de Navidad.
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Anónimo, at 7:07 p. m.
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