El hombre mágico de la ventana
A raíz de unas ideas de un pensador actual, Spaemann, pensaba plantear un ejemplo -tal vez ilustrativo- del misterio de la vida humana: Un hombre vivía siempre asomado a una ventana abierta. Se trataba de un tipo verdaderamente mágico porque podía vivir y actuar en el mundo sin dejar su ventana. Desde ahí escuchaba canciones e historias que llegaban de su propio hogar; incluso aromas de espléndidos postres. Todas aquellas cosas le incitaban a obrar en el mundo de un modo familiar. Sus actos iban configurando su propia visión del mundo y de sí mismo. Nunca, por designio, había podido mirar de frente al interior de su casa. Hasta que llegó un día en que las persianas y la ventana se cerraron; le dieron la vuelta y su vista se encontró con el rostro inocente de su padre.
José Ignacio Moreno Iturralde
José Ignacio Moreno Iturralde
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