Dignidad humana

2.10.06

Conciliación de la vida familiar y laboral

-¿Cómo valoras la incorporación de la mujer al mercado laboral de un modo generalizado desde hace unas décadas? –Es positivo que la mujer tenga igualdad de oportunidades laborales que el hombre; lo contrario es una afrenta a su dignidad.

-¿Ves bien, por tanto, que la madre recorte su dedicación al hogar? –Esta es una cuestión muy personal. La situación actual ha cambiado y me parece estupendo que marido y mujer se repartan las cargas del hogar y la atención a los hijos. Hay algo, sin embargo, que considero no sólo injusto sino estúpido: denostar el trabajo del ama de casa. Si en un matrimonio, de común acuerdo, la mujer decide –porque económicamente puede- dedicarse a tiempo completo a su casa y a sus hijos pienso que hace una sabia elección. Así lo hizo mi madre y nunca le estaré lo suficientemente agradecido. Hay que ser bastante ignorante, por no emplear otros términos, para afirmar que esta opción nace de un planteamiento machista, anticuado y opresor. En estas amas de casa he visto una seguridad ante la vida, una felicidad de fondo y una madurez personal que ya quisieran tener toda una suerte de psicologías femeninas acomplejadas con planteamientos rancios de libertarias.

-¿No podría ser el ama de casa una sierva de su marido? –Desde una visión llena de miedos y prejuicios como la actual comprendo que haya psicologías débiles que lo vean así. Otros tenemos el testimonio de que quien verdaderamente mandaba en la casa era la mujer; a la que se respetaba, veneraba y honraba, lo que no excluye que pudiera darse algún disgusto. La violencia en la casa –que ahora llaman de género- se ha disparado con la crisis del matrimonio. Por lo que he vivido, que son más de cuarenta años, jamás han existido las cifras de malos tratos y asesinatos en el hogar; y pienso que no es sólo porque antes trascendiera menos sino porque los casos eran mucho más aislados.

-¿Pretendes decir que hay que volver a aquella situación? –Ya he dicho que es algo muy personal. Conozco familias con muchos hijos en las que trabajan tanto el marido como la mujer, contando con la ayuda de los hermanos mayores a los pequeños. Familias muy modernas a las que si se pudiera filmar uno de sus días cotidianos se produciría un
asombroso aumento de nivel de audiencia en la televisión emisora. No sería porque hicieran cosas raras, sino por la asombrosa naturalidad con la que se desenvuelven. Hay muchas más familias de este estilo de las que se piensan.

-¿Tienes algún dato respecto a la natalidad general y a las familias numerosas? –Siguiendo los informes del Instituto de Política Familiar, España es hoy, por una parte, el país de Europa con más baja natalidad: De los 571018 nacimientos de 1980 se ha ido decreciendo hasta los 363469 de 1996 (una reducción del 36%). Desde 1996 hasta el 2004 se ha subido a 453278 (una subida debida casi exclusivamente a la natalidad de la madre extranjera). Paradójicamente España es el país europeo que tiene un mayor número de familias numerosas: algo más de ocho millones de españoles pertenecen a estas familias. Hemos de entender por familia numerosa el matrimonio que tiene al menos tres hijos a su cargo o, en su lugar, personas dependientes.


José Ignacio Moreno Iturralde