Dignidad humana

25.9.06

Educación sexual

Supongamos que existiera un batido riquísimo en el mercado; y que tal líquido maravilloso, junto a efectos estupendos y beneficiosos conllevara serios riesgos sanitarios: Puede ser portador de enfermedades mortales –transmisibles a los hijos- , salvo para los adultos que se sometan a un determinado tipo de dieta. De todos modos, los comerciantes del peligroso elixir han producido un antídoto de precaución que tiene un 85% de probabilidades de eliminar la enfermedad letal en caso de producirse en el consumidor. Parece claro que, salvo para los citados adultos de dieta exigente, es una soberana falta de sentido común exponerse a tales riesgos pese a la existencia de antídotos –que, además, pueden fomentar la conducta de riesgo-. Si el gobierno del país incitara a todos al consumo de la bebida, con antídoto, ejercería el poder de un modo insensato. Pienso que algo parecido a este supuesto ocurre cuando se fomenta la promiscuidad sexual con preservativo. Es algo triste comparar la sexualidad humanacon tomar un buen batido, pero parece que bastantes la entienden así.

José Ignacio Moreno Iturralde