Dignidad humana

25.9.06

Nuestros mayores

Desde hace seis años tengo mucha relación con el mundo de las residencias de ancianos. Mi padre es octogenario y viudo; tan sólo con un hijo, que soy yo. Con frecuencia me pregunto si debo tenerlo allí y pienso que no hay más remedio. Durante este lustro hemos pasado por seis residencias –todas ellas privadas-. La experiencia ha sido buena, en general. Son muchos los familiares que hacen visitas con frecuencia a su madre o padre internado y esto, no cabe duda, es un deber. Nuestros mayores, especialmente los que no se pueden valer por si mismos, son personas –por lo general- con muchas necesidades físicas, psíquicas y afectivas. Por esto no deja de ser duro, en mi opinión, que existan estas residencias donde hay una gran cantidad de personas tan necesitadas y que reclaman una dosis de atención y cuidados para un personal sanitario que debe tener una paciencia a prueba de bomba.

Con motivo de esto pensaba, simplificando mucho, en dos tipos de actitudes humanas. La primera basada en la entrega fiel en el matrimonio abierto a la vida. La segunda guiada por unos planes prioritariamente personales, muy conservadores a la hora de comprometerse y muy poco prolíficos en cuanto a tener hijos. Con todas las salvedades que existan, la primera actitud es la que más asegura una ancianidad relativamente feliz donde la persona encuentra el cariño y el respeto de la familia que ha fundado y a la que ha entregado toda su vida. En este caso es muy probable que ni siquiera haga falta que ingresen en una residencia de un modo definitivo; existe además la interesante modalidad de centros de día que atienden a los mayores durante unas horas. La segunda actitud, la del no compromiso matrimonial, considero que está generando un cierto individualismo insano para la persona y para la sociedad. Desde esta última posición se está gestando una sociedad de personas quizás muy comunicadas, pero tal vez bastante solas. En España se promueve hoy el divorcio rápido, el aborto y ya comienzan a surgir guiños a la eutanasia. La escalada del individualismo está generando una sociedad cada vez más geriátrica donde los futuros abuelos se van a ver más solos que la una.

La vejez tiene que ser una etapa de especial dignidad, de final de carrera: pienso ahora en la vida de Juan Pablo II. Es inhumano marginar a los mayores por sus limitaciones y por la generosidad que, en justicia, nos demandan. La familia es la única sabia inversión para vivir, con las virtudes que esto conlleva, y para morir, si fuera posible en casa: con mi Dios y mi familia.


José Ignacio Moreno Iturralde

Educación para la vida

Creer en la vida supone cultivar la propia con esfuerzo, saber adaptarse a los ritmos de la naturaleza, desarrollar las propias capacidades: Tener metas, ilusiones, esperanzas.

La alegría de vivir se basa en saberse queridos y, por lo tanto, exigidos. La familia es el lugar privilegiado para tal convicción y actitud. En el propio hogar se expansiona la personalidad. Se trata de una comunidad de vida, de amor, de confianza, de esfuerzo, de fidelidad. La familia es el lugar donde se aprenden las virtudes morales, las principales referencias de la existencia. Es en ella donde se aprende lo que es la gratitud.

Sin gratitud la vida es compleja, enfermiza, perversamente inquieta. Apreciar la vida como un don supone dicha, alegría interior y esperanza; pese a los reveses que puedan venir. Desde la familia y la gratitud el hombre aprende a tener una vida lograda, y a labrar una biografía con libertad generosa que no es fin para si misma. En la dicha y en el dolor la persona aprende a ser feliz porque sabe descubrir el sentido de sus días; sean maravillosos, duros o sencillos.
El frontal ataque contemporáneo a la indefensa vida humana no nacida es también un ataque a la familia. El nonato se convierte en la plasmación vital de una entrega que no se quiere aceptar porque no se sabe amar. En un campo minado para la negación a la vida la familia no puede constituirse; y el hombre y la mujer se agostan. Una sociedad abortista es una sociedad tan llena de activismo –cierta huida de uno mismo- como de desesperanza. Todo un mundo de apariencias es deslumbrado por ambiciones de colores. Un mundo que se hunde lentamente en el pantano de la tristeza y de la ingratitud.

La familia ha resistido y resistirá todas las embestidas del mal porque en ella hay providencia y semilla divina. Sigamos construyéndola y defendiéndola y cuando los imperios de la ingratitud se desmoronen lo único que podrá quedar será el amor, la familia y la vida. Pero, ante tantas pérdidas, es precisa una nueva creatividad a la altura de los tiempos y una renovada pedagogía de la vida: estudios científicos interdisciplinares, gabinetes de apoyo a la familia, asignaturas escolares y universitarias, por citar algunas de las iniciativas posibles y necesarias.


José Ignacio Moreno Iturralde

El espíritu de la vida

La cultura de la vida nace del respeto y de la benevolencia con las personas. La cultura de la muerte, de hecho, se nutre del odio a los demás. Tras varios años siguiendo con más empeño la actualidad sobre la defensa de la vida humana pienso que la causa del egoísmo –la causa de la muerte- nos puede inducir a un error fatal: el odio, de hecho, no ante los asesinatos sino ante los asesinos de niños. Enamorarse de los ideales, incluso del ideal pro-vida, me produce desconfianza porque lo que verdaderamente se ama son las personas concretas. La cultura de la vida no puede nacer del resentimiento y el ajuste de cuentas aunque deba exigir una reimplantación de la justicia.

La mayoría de los actos admirables y estimulantes de la vida no serán hoy objeto de los titulares de prensa, ni de los espacios televisivos, ni de las páginas web. Quedarán en la discreta conversación entre un abuelo y su nieta o en el indiscreto y certero consejo de un alumno a su profesor. Ignorar vitalmente estas cosas infinitas, personales y cotidianas, u olvidar la gratuidad de un nuevo día de existencia son despistes mezquinos desde los que no se puede edificar una cultura de la vida.

Por otra parte las cifras mundiales de abortos provocados, el horror de las guerras, la congelación de embriones humanos, las campañas internacionales anticonceptivas y, tal vez lo más doloroso, los actos cínicos que aprueban estas barbaridades –impregnadas con frecuencia de mucho dinero- son de tal repugnancia que un corazón humano noble no las puede asimilar. Pero el corazón humano no ha hecho la vida.

Estados Unidos podría jugar ahora un papel crucial a favor del respeto a la vida del concebido y aún no nacido; muchos esperamos que sea así. Sin embargo Europa –destacando en este triste momento España- se vuelve contra sus propios orígenes con legislaciones que agravian la dignidad del matrimonio y la sacralidad de la vida humana. Ante este acoso y derribo suicida no se puede permanecer impasible con la mediocridad de los cobardes. Desde el lugar y profesión que uno ocupe, todo hombre y mujer de bien –estoy convencido de que hay muchísimos- puede y debe hacer todo lo posible por generar ambiente de auténtica y digna vida humana. Además, cuadros expertos de profesionales se esfuerzan a diario por hacer una organización más eficaz al servicio de la defensa de la vida; nunca se lo agradeceremos bastante.

A pesar de lo dicho antes, la defensa de la vida puede parecernos un mero de testimonio de dignidad poco eficaz frente a un gigante mundial con las manos llenas de capital y los pies encharcados en sangre. El cúmulo de noticias nefastas van sembrando la cizaña del desaliento y nuestro pulso vital puede irse apagando. Este es otro error monumental: no darse cuenta de que la debilidad del niño asesinado es infinitamente más fuerte que el poder de las clínicas abortistas cuyos cimientos son de niebla siniestra. La inocencia no puede morir definitivamente porque es la bandera inmortal de la naturaleza humana y aunque nuestra paradójica condición se vuelva contra sí misma no se puede autodestruir totalmente, del mismo modo que no se autocreó.

Conviene meditar en qué consiste el ambiente de la vida. Pienso que el espíritu de la vida no es otro que el del genuino hogar. Es un espíritu vigoroso y enamorado, tierno y enérgico, comprensivo, divertido y, ante todo, victorioso. Si muchos abortistas lo entendieran y asimilaran llorarían de felicidad durante días enteros; al ver como empieza a iluminarse y a palpitar su espíritu de cartón. La vida no es un episodio de la muerte; la muerte si es un episodio de la vida. No hicieron las tinieblas la luz; sino la luz las tinieblas. Nerón, Hitler y toda la caterva de tiranos que han poblado y pueblan la tierra pasaron y pasarán con pena y sin gloria. Sin embargo la vida humana renace todos los días entre sus dudas y esperanzas, entre sus miedos y alegrías. Porque el espíritu de la vida es lo permanente; el que es. Por este motivo prevalece el ser y no la nada.

La buena metafísica en la cuna de una antropología entrañable; volvamos de nuevo a ella.Un hombre puede haber sido profundamente imbécil y, sin embargo, muy querido; cuando él se percate de esto renacerá a la vida. Quizás no descubra que ha sido amado; lo que sin duda descubrirá es que ha sido un imbécil. Por este motivo considero que el auténtico reto para la vida es la reforma del propio corazón. La capacidad de querer a la gente, con sus grandezas y miserias; la posesión de un espíritu apto para disfrutar y ser feliz; el sentido práctico de la propia existencia y el buen humor –tan relacionado con el buen amor-, no son sólo consignas de un libro de autoayuda. Se trata de realidades hechas vida por personas muy queridas que tal vez nos dejaron ya en este mundo, pero cuyo espíritu vive y ha inspirado estas palabras y otras mucho mejores que se puedan escribir.


José Ignacio Moreno Iturralde

La vida humana, entre el utilitarismo o la creación

En toda la problemática del derecho a la vida del no nacido subyace, en mi opinión, una cuestión profunda. No hablo de casos aislados –todos son importantes- sino de una tendencia que desde los años 60 del siglo pasado se ha cobrado muchos millones de vidas humanas no nacidas. Si se considera la vida desde una idea puramente evolucionista, material y utilitaria el derecho a abortar cobra pleno sentido. El derecho a vivir mi propia vida como me de la gana prevalece sobre las consecuencias de un tipo de conductas. El embrión, feto o nasciturus será una cosa del cuerpo de la mujer de la que ella puede disponer según su parecer. Esta autonomía les parece inalienable a los defensores de los derechos de la mujer, partidarios del aborto. El intrauterino es considerado como un producto puramente corporal y desechable. A esto se añaden las técnicas de fecundación in vitro por las que se producen hombres; así el hombre se convierte en objeto de producción; empieza a formar parte de una cadena de mercado donde hay mucho dinero en juego. Miles son los embriones que quedan en la cuneta y, para ser prácticos, utilicémoslos como material de investigación.

Muy distinta es una concepción de la vida basada en la creación donde el respeto a la naturaleza y especialmente a la humana cobra una sacralidad y una dignidad eminente. Un cosmos creado, una vida regalada, con todas sus limitaciones, supone una perspectiva de gratitud, de acogida incondicionada, de solidaridad alegre en la entrada a la gran aventura de nacer, de alegría. En esta visión ninguna vida humana, en el estado en que se encuentre, es irrelevante. Entramos en el universo de las personas, donde cada una –de algún modo- representa a las demás. Es la perspectiva del hogar, de la familia, del amor aceptado y fecundo. Se trata de un amor verdadero porque hace ser mejor a las personas que lo viven. Tal mundo está siendo hoy amenazado como nunca había sucedido en la historia humana. Se tilda de aburrido y sacrificado. Pero es el único mundo que merece la pena ser llamado humano, el único mundo lleno de paz porque en él la persona está en armonía consigo misma y con la creación y por eso puede ser auténticamente libre y dichosa.


José Ignacio Moreno Iturralde

Embriones humanos, la total ausencia de poesía

Hay personas que vemos en cada vaca singular un compendio de poesía, pero aceptamos que otros tan sólo vean un animal poco higiénico. Existen chiflados que vibran al encontrar un nuevo tipo de tarántula y no entienden la mediocridad de los que nos parece un bicho asqueroso…Las sensibilidades son muy distintas y creativas. De todos modos, siguiendo el ejemplo de un profesor, si alguien encontrara poético dormir junto a un cadáver, todavía podemos llegar al consenso de que necesita ir a un psiquiatra. Avancemos en lo macabro: Me despierto por la noche y, sentado en la butaca de mi habitación hay un muerto con los ojos abiertos: el símbolo de la antivida. El grito despertará a todo el inmueble y, desde luego, no regresaré a mi cuarto hasta que hayan quitado aquello de allí.

Aquél símbolo de la anti-vida me recuerda a otras realidades vitales congeladas a las que se niega el vivir. Veamos: entendemos un langostino congelado; los más dotados serán capaces de ver en esto algo de poesía. Pero lo que es imposible poetizar es a un embrión humano congelado: una niña hecha para saltar a la comba a la que se le impide hacerlo, un chaval hecho para jugar al fútbol con muy mal pronóstico de que pueda practicar su deporte favorito. No veo propicio volver a discutir ahora con algunos científicos sobre la entidad digna del embrión, a través de la que hemos pasado todos, con un código genético singular desde la concepción. Sólo quiero recordarles que, en cuanto tales, los científicos estudian una franja de lo que es el hombre, y no la más importante. Si alguien dice que la vida humana es sólo biología que diga lo que quiera pero sostiene un fanatismo que no sólo es biología.

Un congelado puede ser un polo o una croqueta: todo aquello que puede ser tratado como un objeto. Si se empecinan en decir que el embrión es sólo un conjunto de células deberían ser células anticongelables porque otras muy similares dieron lugar a sus padres o a sus hijos o a ellos mismos.

Entre las últimas leyes prostituidoras destaca la que legalizó en Inglaterra la clonación terapéutica. Digo prostituidoras porque considero que la esencia de la prostitución consiste en tratar a la vida humana como si fuera un objeto. Clonar embriones con la única finalidad de extirparles células y aniquilarlos es un paso más en la producción de vidas humanas despojadas de toda dignidad.

Un alpinista muerto de frío es una tragedia, hasta cierto punto asumida; pero un embrión humano congelado o producido para su desintegración utilitarista es la ausencia total de poesía: es una barbaridad.

La nueva barbarie no viene a caballo desde las estepas del este. Está entre nosotros legalizada, pulcra, aséptica, entubada, científica, políticamente correcta, progresista, bastante invisible, y eso si: financiada por capitales multimillonarios en la especie más cutre del capitalismo salvaje. Pero se ve bien: es tecnológica y moderna.

Todas las barbaries se han desintegrado a si mismas, con no pocos costes. Esperemos que esta última no se lleve por delante la dignidad que le queda a nuestra civilización. Algunas de las pocas armas de las que disponemos contra este antihumanismo de corazón helado son la inteligencia, el coraje y la estrategia; quizás sea esta última la menos definida.


José Ignacio Moreno Iturralde

En el nombre del niño

Al iniciar una excursión por la Pedriza, cerca de Madrid, observé por la mañana a un hombre con cara de funcionario malhumorado, torrado, “empanado”, y, además, enfundado en un chándal gris. Pensé que ese hombre hacía muy bien en venir al campo en tan lamentable situación. Al regresar a media tarde de la caminata volví a ver al mismo tipo transmutado. Su cara era la de un gordo feliz, su mirada se erguía hacia el cielo y sus brazos elevados sostenían al pocholo que debía ser su hijo. Existen otras historias más apasionantes; por ejemplo una que corre por tradición oral sucedió en un zoológico. El guardador de la fosa de los cocodrilos vio con horror como su hija pequeña se desequilibraba y caía dentro del lugar de los animales. Un reptil se acercó a la niña. El padre se tiró encima del lagarto y le arrancó los ojos con un cuchillo, logrando salvar a su hija; desde luego si no fuera cierto el suceso merece contarse como tal. Lo que está claro es que cualquier tragaldabas, hecho uno con el sofá delante del televisor, se transforma en alguien muy superior a Spiderman ante una llamada que alerta del peligro en que se encuentra uno de sus hijos.

Todo esto me recuerda a una idea de la película “Mejor imposible”: los amores verdaderos son los que nos hacen mejores personas. El amor generoso a los hijos es lo que más nos engrandece. Una familia con muchos hijos es un inmenso bollo, algo incómodo que aparentemente va más allá de nuestras fuerzas y, sin embargo, es casi lo único que colma de felicidad a los seres humanos.

Si no se es su madre o padre no es fácil sentirse cómodo delante de la mirada de un bebé; se trata de un espejo de nuestra propia inocencia, de una suerte de absoluto que reclama de nosotros el hacer expresiones de verdadero cariño y ternura demostrando con frecuencia que no andamos muy sobrados de estas cualidades. Por esto el cristianismo hizo de la defensa del niño uno de sus estandartes; porque ,como otros credos, entendió que debía proteger a los máximamente indefensos.

Los niños, cuando comienzan a andar, frecuentemente se desestabilizan por el volumen de su cabeza en una especie de efecto peonza. Quizás esto se puede interpretar como un símbolo de su intelectualidad, de su posicionamiento feliz ante el mundo.Una sociedad llena de niños es una sociedad sabia, una sociedad de servicio y familia, un mundo de personas mejores. El planteamiento antinatalista de turno, quizás no muy convencido de que merece la pena vivir, hablará ahora de las hambrunas de los niños de países atrasados e irresponsables. Atrapado por su noción de calidad de vida y absolutamente ignorante del concepto de vida de calidad no llega a ver más allá. Pese a ser capitalista, aunque deprimido, no se da cuenta de que el mayor capital de un pueblo son sus hijos y la expansión de sus capacidades. Es incapaz de concebir un plan creíble de desarrollo nacional e internacional que venza tan flagrantes injusticias. Y no cree en este desarrollo porque, en el fondo, no cree en el hombre.

Cuando en las sociedades cavernícolas de nuestro mundo tecnificado las clínicas abortistas hacen fabulosos negocios con la cobardía, inmadurez o apuro de mujeres turbadas algo serio hay que hacer. Cuando las clínicas de fertilidad acumulan embriones sobrantes congelados que, si les dejaran vivir, podrían estar montando en patinete dentro de tres años, se debe reinventar la cultura humana. Desengañémonos: no se trata de juzgar a nadie pero si a actos de llamativa extensión y de nula humanidad. Los enfoques que con celofanes de colores envuelven a millares de niños muertos son propios de hienas, no de hombres.

¿Creen ustedes que si las personas que abortan vieran a sus hijos corriendo con una sonrisa y los brazos abiertos hacia ellas lo harían? Pues hagamos que vean esta verdad con el ejemplo, con la oración o la meditación, con la cultura, con la participación ciudadana, con el derecho -tan innoblemente ignorado en estas cuestiones-, con la esperanza de los que son verdaderamente humanos.


José Ignacio Moreno Iturralde

Socialismo, liberalismo y familia

Un problema serio del socialismo es su incapacidad para distinguir con precisión entre lo privado y lo público. Los socialistas promueven lo público y recelan de la iniciativa privada; sobre todo respecto de las consecuencias ideológicas o económicas que pueda traer consigo. El socialismo pretende ante todo la igualdad.

El liberalismo dispara la iniciativa privada porque sabe que es así como “funciona” la economía de un país, aunque algunos se queden en el camino. La hipoteca social solidaria es vista más bien como estética, pero no como un pilar nuclear del modo de gobernar: la ayuda al marginado no suele ser rentable. El liberalismo anima a la creatividad del capital.

Chesterton observó con agudeza que tanto el socialismo estatalizante como el liberal capitalismo convulsivo tenían un enemigo común: la familia. Hacia 1930 no hacía falta definir lo que es la familia; ahora sí: un padre, una madre y sus hijos. La familia es el lugar privilegiado para apreciar a cada uno de sus miembros por sí mismo, por lo que es y no por lo que vale. La familia es mucho más profunda que el socialismo porque en ella se llega, por una exigencia libre, a la solidaridad más plena. Además, la familia es inmensamente más libre que el liberalismo porque en el ámbito familiar la libertad está finalizada y realizada por el amor. Ya dijo Unamuno: “libertad, grita el esclavo; el hijo canta amor”. Los enemigos de la familia lo son también del hombre mismo.

Pienso que el socialismo y el liberalismo coinciden, salvando honrosísimas excepciones, en que tienen una raíz materialista; más naturalista en el primero y más codiciosa en el segundo. Ambos concuerdan actualmente en plantear modelos alternativos de familia porque lo que no soportan ninguno de los dos es el libre compromiso de por vida con la persona a la que se ama verdaderamente y , por tanto, fructíferamente.

Lo incuestionable es que la familia, en su definición primigenia, es la que mejor soporta las cargas sociales y la que, en estricta justicia distributiva, mayor atención y desvelo del Estado debería obtener. En el siglo XXI estamos muy lejos de que esto se haga realidad.

Si un gobierno quiere fomentar la igualdad lo que debe fomentar es la familia estable, no la ingeniería social. Si otro gobierno pretende encumbrar la iniciativa, que ayude a fomentar la mejor de todas: la familia. Una sociedad en la que hay más vida familiar es necesariamente más justa y más libre. Pero hoy la familia está siendo desnaturalizada por la fuerza de políticas y economías de agudo materialismo. Pienso que la solución más directa en la que se divisa esperanza es el propio ejemplo y el asociacionismo familiar actuando pública y democráticamente.


José Ignacio Moreno Iturralde

Salud reproductiva e deología de género

Los límites pueden ser vistos, a veces con acierto, como injustos pesos para la libertad. Pero los límites suponen precisamente, en muchas otras ocasiones, las condiciones de posibilidad de nuestra libertad personal. Hasta tal punto es importante este tema que me atrevería a decir que el respeto o la trasgresión de los límites es la cuestión humana más neurálgica. Los límites impuestos por ideologías totalitarias y sistemas injustos son radicalmente despreciables, como nos ha enseñado el duro siglo pasado. Pero ahora se pretenden franquear los límites de la propia naturaleza. El llamado progresismo se caracteriza, entre otras cosas, por el desafío a los límites naturales. Quisiera destacar dos cuestiones directamente relacionadas con esta problemática: la salud reproductiva y la ideología de género. Son dos temática de las que se hablará, con toda seguridad, en la Cumbre del Milenio+5, que tendrá lugar este mes de septiembre en Nueva York.

La salud reproductiva es un término que poco tiene que ver con una reproducción saludable. Se trata más bien de desvincular, de una vez por todas, la sexualidad de la reproducción. Tener relaciones sexuales sin riesgo de tener hijos, siempre que así se deseé, ni enfermedades. Para esto se fomentan las medidas antinatalistas: anticonceptivas y abortistas. Se trata de desvincular dos aspectos unidos por la naturaleza porque no hay ningún motivo para respetar la naturaleza. Lo paradójico de esta cuestión es que el hombre se reduce a sí mismo a naturaleza biológica sofisticada al no reconocer nada por encima de la naturaleza. El problema de fondo que surge es que si no respeta a su naturaleza no tendrá por qué respetarse así mismo. Por este motivo es más sencillo promover el desarrollo de los pobres reduciendo su natalidad que invirtiendo dinero y esfuerzos en poner en marcha su educación y economía.

La ideología de género supone la libre elección del propio sexo al margen del que se tenga por naturaleza. Se considera un amor maduro al que existe entre homosexuales o transexuales; tan maduro como desvinculado de la tutela de la naturaleza; esa antañona y antipática madrastra. No deja de ser curioso que todo género viene de una generación, y que toda generación proviene necesariamente de un elemento masculino y de otro femenino. De este modo la ideología de género es la de un género que no genera, que es estéril, infecundo. El amor, así entendido, no es fructífero, no se encarna; el amor es ahora afecto y deseo. Este deseo es consciente de su falta de herencia propia, de surco, de estela; por eso, en el fondo, es un amor a la desesperada, algo que no puede dejar con paz al corazón.

Los límites de la naturaleza no son siempre saludables, como podemos observar en las enfermedades heredadas. La naturaleza no es perfecta, como ponen de manifiesto los tifones. De esas deformaciones no tenemos culpa y nos sentimos urgidos a remediarlas en la medida de nuestras posibilidades. Sin embargo, lo que resulta cínico a la vista de la historia , es no verificar las deformaciones de nuestro exceso de ambición y de nuestra falta de ética. Romper los diques de nuestras leyes naturales de reproducción e identidad sexual puede parecer auténtico y progresista, pero es tan peligroso como romper los diques de Nueva Orleáns.

Detrás de toda esta cuestión late el problema del respeto. Si la naturaleza humana, en su estructuración normal, no es digna de respeto; tampoco lo puede ser el hombre mismo en su íntegra biografía. Por este motivo la humanidad tiende a restringirse a sus momentos de apogeo material y a no considerarse como una instancia incondicionada al márgen de su calidad de vida: obsérvese el problema de los embriones humanos congelados, el hambre pavorosa de los países marginados, o el fomento de la eutanasia. Tras la defensa de la autonomía personal a ultranza hay un criterio insolidario con los más necesitados. Se incurre, sin pretenderlo, en una mala suerte de fascismo donde el imperialismo del yo acaba arrasando a las posesiones de la naturaleza para terminar finalmente en una especie de suicidio.

Progresar no es dejar de ser hombres y mujeres. El día que el estómago se independice de la molesta tarea de la digestión y el pulmón de la rutinaria tarea de respirar quizás hayamos progresado tanto que estemos muertos. Progresar es partir de lo que somos, aceptarnos en nuestra naturaleza –no sin esfuerzo y lágrimas porque tenemos defectos y carencias- para entrar en armonía con todo lo demás; y así poder contemplar con alegría de gratitud un cosmos cuajado de sentido, en ocasiones misterioso, donde ser feliz es algo posible para el espíritu humano.


José Ignacio Moreno Iturralde

La pureza es el mejor ambiente para la pasión

Mucha gente que estamos vivos recordamos con simpatía las inolvidables y misteriosas Noches de Reyes Magos donde pensamiento y realidad casi se identificaban. También hemos visto a familiares con cucuruchos de colores en la cabeza, rodeados con mesas llenas de medias noches de jamón de York, patatas fritas y bebidas refrescantes en fiestas de cumpleaños. Las clases medias han dado mucho de sí en esto de celebrar la vida con manteles de colores, matasuegras e idas y venidas a las casas de los primos y los tíos.

Hoy hemos progresado mucho y somos más conscientes de la “masa” de pobres del planeta. En los pasados años sesenta, y antes, algunos sesudos y millonarios señores dijeron: “somos tan ricos que vamos a ocuparnos de que los pobres sean menos pobres”. Así ha sido, en efecto, puesto que la propuesta se encaminaba no a enriquecer a los pobres con empresas e ingenierías sino a diezmarlos demográficamente con unas “científicas” políticas antinatalistas, cuyas bondades lógicamente deberían costear en parte los pobres“beneficiados”, esterilizados, planificados y tabulados.

En los tiempos en que se celebraba la vida lo único que se congelaban eran los langostinos para los días de fiesta; ahora también se congelan embriones humanos llenos del progresista, aséptico y amoral nitrógeno líquido.

Si hace años mirábamos divertidos tiendas como Bu-bú o El bebé inglés –aquello era lo último en moda para el pocholo- no podíamos imaginar que íbamos a llegar a tal cúlmen de progreso y madurez social por el que cada seis minutos y medio se descuartiza a un niño en el seno de su madre; todo realizado en virtud de los derechos reproductivos –los de la antimadre- en clínicas abortistas limpias e higiénicas; que quizás en próximas navidades lleguen incluso a poner un arbolito con luces de colores si es que no lo han hecho ya.

En aquellos bárbaros tiempos los chavales escalábamos riscos y nos zambullíamos en aguas pantanosas a la búsqueda de sapos e, incluso, osábamos pasárnoslo bomba yendo a cazar jilgueros, sin la más mínima intuición de delito ecológico. Hoy se desea no estropear la naturaleza; salvo la de los propios chavales tomando alucinógenos en las discotecas y la de las niñas recibiendo peligrosas descargas hormonales tras la correcta ingesta de la píldora del día después; dispensada benéficamente por algunas autoridades públicas.

Si a estas alturas algún posible lector me tachara de viejo desencantado le diré que no es cierto porque celebro la vida y soy partidario de la encarnación del amor. Son los avaros quienes se desencantan porque el egoísmo no produce la vida sino el hieratismo frío e inerte de las monedas. Los que sólo se apacientan de sexo no quieren la encarnación porque el solo sexo ya es carne; eso si: sin vida, sin vida personal.

Con una lógica demencial se extiende la idea del preservativo como una suerte de remedio mágico para mentes inferiores a las bovinas y espíritus que desmerecerían de un honesto mandril. No pueden entender las autoridades partidarias de la sima mental que, como decía Chesterton, la pureza es el mejor ambiente para la pasión. No alcanzan a concebir la idea de la concepción como un amor que se hace pureza y, por eso, vida. No pueden entender estos prosélitos de la esterilidad que la vida es algo mucho más grande que ellos mismos. Parecen desconocer que por encima de la calidad de vida está la vida de calidad –en expresión de un buen amigo- y, por esto, el dolor puede tener un sentido profundo en la biografía humana.

Cualquier ciudadano gordo y desentrenado brama como Bravehearth ante su hija en peligro; desarrolla una agilidad superior a la de Spidermann para llegar al hospital en que han ingresado a su mujer que pasa por un apuro, y prefiere cien veces la vida de su hijo enfermo que la suya propia. Y ante esta verdad profundamente humana, sin embargo, surgen periodos de la historia que recurrentemente olvidan la categoría fantástica del hombre y se caracterizan por una catetez, ignorancia, chabacanería y apogeo del cinismo, en el que se esconde su no muy tardía destrucción. Porque llega un momento en que no se puede seguir manteniendo por más tiempo una mentira en el fondo del corazón y se anhela resucitar; resucitar a la vida, a la compañía, a la fidelidad, al hogar.

Lo que es de vital importancia es que los partidarios de la concepción, de la encarnación de la vida, ya que es nuestro el futuro, no dejemos de sembrar referencias para que quien quiera pueda, no sin lágrimas en los ojos, volver a sonreir, a saberse queridos, aceptados por algo que jamás se podrá extinguir pues es más íntimo al ser humano que si mismo: la familia; la familia que da vida. Toca a todo hombre y mujer de bien volverla a poner en el lugar socialmente reconocido y políticamente respaldado que se merece.


José Ignacio Moreno Iturralde

Debilidad y fuerza de la familia

El secreto del éxito de una vida con tantos condicionamientos es hallar algunos principios incondicionados. Entre los que se pudieran buscar destacan la paternidad, la maternidad y la filiación. Madres no hay más que una; padres no hay más que uno; cada hijo es único para su padres. Cualquiera de ellos puede ser un santo o un bellaco, un puritano o un pagano, un temperamento o un marmolillo; pero lo que siempre será es padre, madre o hijo. Ese triángulo de la vida es mayor que cualquier sentimiento o apetencia. La paternidad-maternidad y la filiación son los ejes de una brújula que señala algo más allá de si misma: un norte de amor que apunta más alto que las estrellas.

Aunque acabe en la cárcel o gane el Nobel cuento con mi identidad filial; con mis coordenadas de referencia en este mundo. Pero las referencias no son elegidas por mi: nadie se fabrica un plano para salir de un bosque o un desierto; nadie, excepto un loco. Aceptar el mapa de la vida es tan poco libre como preguntar por una calle que se desconoce y tan responsable como parar ante una señal que impide el salto a un abismo.

Cuando una civilización, como la nuestra, condiciona los principios incondicionados de la paternidad, la maternidad y la filiación, los destroza porque se basaban en una confianza absoluta. Una sociedad en la que cunde la desconfianza es una sociedad que no aprecia lo que es ser fiel y, sin este firme baluarte de esperanza, no se puede vivir humanamente. Aparecen entonces la acción frenética, el desencanto enfermizo, la esterilidad y la soledad –en ocasiones consecuencia del egoísmo-.

Los principios más inocentes y traicionables son nuestras más íntimas fuerzas. La ingenuidad de la inocencia es el fundamento de todo derecho digno. Inocencia que, al ser tantas veces destrozada, manifiesta no su debilidad sino su tremenda fortaleza. Sólo esa inocencia es eterna: si no lo fuera, todo el mundo sería una mentira; pero la mentira es incapaz de engendrar realidad y vida. Es por lo que un mundo con tanta mentira distorsiona la familia y mata la vida. Sin embargo la mentira se devora a si misma y, en su trágica y suicida inmolación, sólo sirve para marcar el límite de las sombras ante la luz; la luz del hogar: del padre, la madre y los hijos.


José Ignacio Moreno Iturralde

Estilo y chabacanería

El estilo puede ser una mezcla de genio y figura, por una parte, y de aprendizaje, por otra. Si en las últimas olimpiadas un gimnasta, en ejercicio de suelo, hubiera roto el saque comiendo hamburguesas, paseando por la moqueta, le habrían dado como mucho un laurel y una servilleta, pero no una medalla. Si un torero en apuros matara a balazos a un toro en Las Ventas el paseillo terminaría en la fuente más cercana.

La destreza, el oficio, el buen hacer requieren mucho tiempo de trabajo y disciplina. La propia categoría moral no se improvisa: si ponemos nuestro fin en motivos nobles nos ennoblecemos y si el único proyecto de nuestra vida fuera buscar lobos acabaríamos aullando.

La robustez ágil de un temperamento grato no tiene mucho de genética sino de virtud. El espíritu de sacrificio combinado con la alegría es una asignatura hueso que hay que intentar aprobar cada día. El buen gusto tiene mucho de gusto bueno; es decir: no es espontáneo sino cultural; hay que aprenderlo. Por esto, una cultura de la espontaneidad es una falsa cultura. Quisiera romper el refrán de que sobre gustos no hay nada escrito. Es verdad que el gusto personal tiene algo de espontaneidad inexpresable, pero no se reduce a ella. Una gran marea de espontaneidad sin cánones acaba siendo transformada por ciertos capitalistas o incluso por instituciones en chabacanería social.

Un ejemplo: La instalación, con dinero público, de comprensivos centros de salud expendedores de la píldora del día después. Pienso que aquí se llega a la apoteosis de la chabacanería: la subvención estatal de la reducción del amor a afectividad genital. Sin pechar con la responsabilidad personal se elimina al embrión que resbala mortalmente de un útero nada materno ni espontáneo. Lo que realmente haría falta es la píldora del día antes compuesta de sentido común, autocontrol y autoestima; además es gratis y no necesita receta médica.

Si el estilo más importante es el de la propia personalidad ni la espontaneidad afectiva ni la zafiedad son sus mejores aliados. Aprender inglés cuesta esfuerzo; hacer un régimen también. En esta vida no se regala casi nada y mucho menos la propia categoría personal que tanto bien puede hacer a otros.


José Ignacio Moreno Iturralde

Defender a nuestros hijos, ya

Somos muchos los españoles que tenemos en la Familia de Nazaret nuestro ejemplo y nuestras esperanzas. En una sociedad democrática, a la que queremos, no podemos imponer a nadie un conjunto de valores; del mismo modo que no podemos tolerar, bajo ningún concepto, que se estén pisoteando los nuestros. Considero que conviene pararse a pensar y llegar a puntos de acuerdo sobre lo que la experiencia de miles de años nos dice a mujeres y a hombres de cualquier raza y creencia. Es hora de vital importancia porque lo que está llevando a cabo el actual gobierno español tiene una gran trascendencia social. Voy a abordar algunas cuestiones que están afectando nuclearmente a nuestros hijos y a nosotros mismos.

Una cosa es defender –como es lógico- que haya legítimas alternativas al matrimonio canónico y otra muy distinta es rebajar el matrimonio civil a un contrato rescindible unilateralmente, sin necesidad de alegar motivo, a los tres meses. El propio Nietzsche, un filósofo anticristiano, definió al hombre como “el ser que es capaz de hacer promesas”. El planteamiento socialista del matrimonio civil supone algo así como una desmembración de las paredes celulares en un organismo, lo que no hace más que iniciar un proceso de decaimiento vital de la sociedad.

La ley que pretende igualar las uniones homosexuales a los matrimonios va más allá. Se equiparan injustamente dos realidades completamente distintas. La unión natural entre hombre y mujer, abierta a la posibilidad de los hijos, y la unión de personas del mismo sexo. Otra cosa sería el regular formas de convivencia diversas al matrimonio, como ocurre en Francia con los llamados pactos de convivencia. Vemos en esta legislación francesa una forma legal de diversas concepciones del convivir que no se equiparan, porque son distintas, al matrimonio. Alegar que negar el derecho a los homosexuales a contraer matrimonio es discriminatorio es algo así como decir que es discriminatorio para una plaza de toros que no se pueda jugar partidos de fútbol en ella. Conviene también recordar que el gobierno no ha iniciado una sola línea consistente de políticas familiares para un abrumador conjunto ciudadanos que se ven necesitados de ayuda; en un país que, sostenido por familias, no hace más que ignorar sus legítimos derechos.

Lo que realmente parece que se está queriendo atacar es a la familia en si misma porque se ve en ella una estructura opresora de la libertad y llena de aborrecibles hipotecas morales. Si se la respetara no se la pretendería igualar a cosas distintas a ella. Identificar la familia con las uniones homosexuales es similar a identificar puertas y ventanas: el mejor modo para suicidarse.

La filosofía de género oprime a la persona; porque la persona trasciende al género o a la especie. Si devalúo la familia, la persona está mucho más inerme ante el fluir del género, que depende directamente del estado. La filosofía de género es profundamente estatalista y reedita el espíritu de la colmena socialista.

Observamos una contradicción en la pasión por el género en la nueva ley de utilización de embriones humanos. Un embrión humano es, sin lugar a dudas, un individuo de la especie humana. Pero por amor al progreso del género se le niega su humanidad a los embriones-por cuyo estado hemos pasado todos- para utilizarlos como “estructuras biológicas” al servicio de la sociedad y, ya de paso, de los que consigan patentar y vender líneas celulares embrionarias. Es de todos conocida la reiterada eficacia clínica de las terapias con células madre adultas, que no presentan ningún reparo ético, y la nula eficacia médica actual del uso de células embrionarias. Sobre las legislaciones que permiten la destrucción de embriones, Habbermass –nada sospechoso de confesionalismo católico- ha dicho que “afectan a nuestra auto-comprensión como especie”.

Pienso que cuando se relativizan los linderos de la dignidad de la persona humana el género se descompone a sí mismo al entenderse al ser humano con un planteamiento exclusivamente materialista y utilitarista. Es lógico que los embriones humanos tengan el mismo tratamiento que los de un animal cuando el aborto sigue siendo práctica en alza y el Estado no sólo no asesora a las madres con problemas, sino que sigue fomentando este tipo de destrucción de vidas humanas. Por otra parte vemos a líderes, también del Partido Popular, que se han gastado millones en proporcionar a menores -¡nuestras hijas!- la píldora del día después, con nuestros impuestos y sin nuestro conocimiento en ocasiones. Observamos, en fin, una sociedad española cada vez más anciana y paradójicamente más abortista. En breve comenzarán más de firme las bondades de la eutanasia.

Una última observación recae sobre la LOE, nueva ley de enseñanza. Además de reproducir a la LOGSE; de sonado, confirmado y estrepitoso fracaso, se introducen ahora intolerables ataques a la libertad de enseñanza. Un criterio de exclusiva territorialidad impide a los padres elegir el centro que prefieran para sus hijos. También el Gobierno tendrá más capacidad para influir en el ideario de centros concertados. En definitiva: en vez de entender la enseñanza como un servicio a las familias, se concibe una educación de género dirigida doctrinalmente por el Estado.

Ante este panorama es de una grave responsabilidad reivindicar lo que es nuestro, mediante asociaciones, esfuerzo e ingenio. Si usted y yo nos dormimos en los laureles no podremos después lamentarnos de ver a nuestras hijas e hijos con serias dificultades –internas y externas- para formar una familia; el último e inexpugnable baluarte contra los tiranos.


José Ignacio Moreno Iturralde

La homosexualidad y la cuadratura del círculo

Quisiera referirme, sobre todo, a quienes tienen una acusada tendencia homosexual y no a aquellos que optan por un dejarse llevar aleatorio en el terreno afectivo. Tal vez no es tan fácil trazar una frontera.

Quien piensa que el hecho homosexual es normal se contradice. Lo normal es lo que está sometido a normas y a normas que no dependen del interesado. Si el delantero centro hace un mate con el balón por encima del larguero o si el jugador de basket mete una canasta “de chilena” la acción puede ser brillante, pero bastante ridícula. No pretendo hacer gracias sobre un tema delicado sino ser gráfico.

La realidad de las severas infecciones, sin previo contagio, que pueden producirse en las prácticas homosexuales no parece ser algo muy considerado. Desde el momento en que una persona se despecha, pensando que tiene la razón, puede que no haya quien la pare. Por esto voy a intentar otras reflexiones. El hombre o la mujer profundamente homosexual no es un ser normal sino una biografía con una dramática contradicción. El drama de la homosexualidad puede llegar a tener la misma entidad que cualquier otra enfermedad dura y crónica. Quienes dan carta de normalidad a las prácticas homosexuales mienten porque la heterosexualidad física es una evidencia biológica. Pero el hombre puede negar la evidencia como cuando niega un penalti de tarjeta roja o dice con genuina frescura que no estaba copiando mientras esconde una chuleta en el pupitre. Cuando se niega lo evidente se afirma el cinismo. El cínico es aquel que no tiene más verdad y bien que su interés.

El progresismo de alcanzar la victoria gay es la peor dentellada que puede hacerse a unas personas que merecen todo respeto y ayuda como son los homosexuales. Una inmensa inepcia mental aprueba la cuadratura del círculo precisamente porque no tiene ninguna institución estable que defender: ni la de la naturaleza humana, ni la de la familia, ni ninguna; por eso se reduce a ser todo progresismo. Se trata de una huida hacia delante; un pretendido progreso sin referencias a puntos cardinales ni a brújulas “opresoras”…El mejor modo de caer por un abismo.

Cuando se tiene fiebre y se suda lo mejor no es dormir con la ventana abierta para que entre el aire frío. Conviene estar caliente, fermentar la enfermedad y superarla. Las enfermedades del propio carácter son de las más difíciles de mejorar, tanto más si no se reconocen. Una persona homosexual, en principio, puede ser diez veces más inteligente, noble y limpia que otra heterosexual; pero eso es distinto de su situación psico-afectiva. La homosexualidad se inserta dentro de la línea de realidades dramáticas de un mundo con heridas lacerantes. Quien tenga respuestas para estas heridas también las tendrá para dos de ellas: la homosexualidad y el cerrilismo infrahumano e insultante de los que no se hacen cargo de este duro problema. Los que tienen capacidad para detectar la aurora en medio de la madrugada o la curvatura de la tierra en un inmenso plano son los que tal vez puedan entender las coordenadas de este problema.


José Ignacio Moreno Iturralde

La familia y el árbol de la vida

Lo que hay en el fondo de los ojos de un chaval o de una chavala, en una civilización humana, es el amor entre su madre y su padre. De tal manera que mujer y hombre ya no son dos, sino uno en un fruto común: el amor hecho hijo. Así se cumple, además, uno de los fines del amor: liberarse de uno mismo.

Es verdad que el matrimonio tiene bastante de esfuerzo; quizás en algún momento o temporada se trate de un esfuerzo “quimioterápico”; o si se prefiere: muy duro. Sin embargo, los defectos del esposo y los de la esposa no son contrarios a la familia: los cantos, en la rueda de la almazara, van adquiriendo una forma más pulida y amable, al tiempo que destilan el aceite de la oliva; el aceite que condimenta la vida.

El matrimonio –toda la vida a una carta- es el cepellón necesario para que surja la aventura del crecimiento del árbol familiar. Tal vez no crezca un ejemplar muy imponente. Quizás su tronco puede torcerse y enderezarse de nuevo adoptando una forma más caprichosa. Pero si está bien enraizado, aunque sea chaparro y discreto, puede cuajarse de frutos y ser el árbol de la vida; tal vez el que Dios –en el comienzo de la historia humana- no permitió que nadie tocara.

Si los árboles renuncian a enraizarse; si juegan a disfrutar del bosque, alocados de un lado para otro, terminan marchitándose: sin savia, sin fruto, sin vida. Puede que alguna vez la familia sea un lugar ingrato que induzca al suicidio. Incluso el hogar puede romperse –habría que ver por qué- y dejar el sinsabor de un funesto destino. Qué resplandeciente puede aparecer una maravillosa aventura romántica prohibida y alternativa al matrimonio, donde esperan –conocidos al milímetro- los límites del cónyuge. Pero optar por la familia será siempre elegir lo más humano; atreverse a la aventura de enamorarse: de entregarse para siempre.

No se puede renunciar a la luz intentando fabricarse atractivos microclimas hechos a la propia medida. Si el árbol -en su frondosa autonomía- no acepta la luz; si no la pide de rodillas, se pudre y se muere: sinceramente pienso que es lo que está ocurriendo en la actual crisis familiar.

Siempre es tiempo de mirar hacia arriba, de reconstruir las virtudes, de buscar con hombría y feminidad el calor de la vida. Así resurgirá la cara del niño gafotas -al que le falta un diente- pidiendo la merienda a su madre, el rostro de princesa de una hija íntimamente querida y el semblante de la persona amada que activa todas las energías del corazón.


José Ignacio Moreno Iturralde

La superstición del divorcio

La superstición del divorcio: este es el título de un libro de Chesterton. Algunas de las siguientes ideas son de él. Hay personas que consideran el matrimonio, especialmente el canónico, como una ceremonia supersticiosa e incluso algo hipócrita. Harían bien en pararse a pensar por qué, sin embargo, la institución matrimonial ha dado durante los siglos tanta estabilidad personal y tantos frutos. Nadie maduro duda de los momentos de dureza y monotonía de la vida matrimonial; cómo tampoco nadie duda de que a cualquier madre o padre maduro le importa bastante más la vida de su hijo que la suya propia. Sin embargo, aguantar mecha no parece hoy al alcance de muchos: “Se dicen: Hay un magnífico remedio, el divorcio. Volver a empezar. Otra nueva posibilidad para el amor”. Pero el amor humano no es el encuentro furtivo de dos arenques en el mar. Amar es compartir la propia personalidad. Al segundo esposo o esposa le está vedada la personalidad compartida con el anterior. Está estadísticamente demostrado que el divorcio engendra más divorcio y ello se debe a que una biografía rota es mucho más frágil para volverse a romper. La creencia en el divorcio como amuleto de salvación no deja de suponer una especie de religiosidad supersticiosa para con uno mismo; es una clase de opio del pueblo para momentos de especial materialismo y falta de ideales.

El gobierno español de fines de 2004 se aprestó a apresurar más los engorrosos trámites del divorcio: “felicidad cuanto antes”. No debe haber espacio para la reflexión, para la consideración responsable de que con las propias decisiones me juego la veracidad –mejor que autenticidad- de mi vida. No sospechan nuestros gobernantes que este tipo de leyes sentimentales se transforman en varapalos de hierro contra la mujer y el hombre. Las personas; no digamos nada los españoles, tenemos corazón y mucho. Pero es el cerebro quien debe guiar. ¿Acaso no trastorna la pasión a la inteligencia? ¿No es verdad que tras varios días o meses desde que surgió la indignación nos damos cuenta de que gran parte de la culpa fue nuestra?

Los datos hablan hoy de una escalada de aumento de separaciones y divorcios en España. ¿Es contrario a democracia preguntarse por qué? No vaya a ser que contrapongamos democracia a inteligencia. Quien se ha rebelado contra la familia a lo largo de la historia se ha rebelado contra la humanidad: Lo demuestran tanto los sistemas esclavistas, el socialismo comunal, el capitalismo salvaje y últimamente la sociedad del bienestar, en la que con frecuencia se está tan mal.

Sí, de alguna manera la entrega para siempre se nos aparece como un imposible para nuestras propias fuerzas; pero, sin embargo, es para lo que estamos hechos. “Te amaré por tu fidelidad y te seré fiel por tu amor”. La fidelidad es la cadena clavada en la roca que nos impide caer al vacío en plena ascensión alpina, mientras que la infidelidad es la soga del ahorcado: pretende correr con el caballo de la felicidad y cae a plomo ante el vacío que no le sustenta.

Nadie duda de casos de nulidad, ni de situaciones dramáticas, pero lo más dramático es una legislación de nula inteligencia, que hace de la excepción el contenido. ¿Tenemos dudas? Pongámonos en el lugar de nuestros mayores, a los que cada vez más llevamos a residencias geriátricas –un posible futuro para nosotros-, y preguntémonos cuál es el valor de la fidelidad matrimonial y de las mejores circunstancias para la educación de nuestros hijos.


José Ignacio Moreno Iturralde

Lo romántico y la familia

Hoy se oye poco la palabra romántico. Puede sonarnos a un enamoramiento sorpresa, a una sorpresa cursi, o a dar la vida por un ideal; cosa que para algunos es una provocadora sorpresa. Pensaba referirme a este último significado.

Cuando se busca el bien, en vez de sólo evitar el mal; cuando se sigue la pista a una verdad, en vez de limitarse a detectar mentiras, se desencapotan las nubes y se abre una panorámica por la que avanzar. Cualquier cosa que hace el protagonista de una película para rescatar a su hija secuestrada es algo romántico.

Mucho se agradece que no haya secuestros; no ocurre lo mismo con que no haya hijos. Cuando no se quieren los hijos no hay ni motivo para la aventura ni romance de ninguna clase. Como es lógico sería burdo atribuir esto a personas que han dedicado sus vidas a otros nobles ideales al servicio de los demás.

El problema es anterior. Citaré a Chesterton: “echar al correo una carta y casarse figuran entre las pocas cosas que nos quedan enteramente románticas, porque para ser enteramente romántico una cosa debe ser irrevocable”. En bastantes casos esta expresión no es que haya sido superada sino que no hay categoría humana para afrontarla: no se juega la vida a una carta. Lo que la cultura dominante actual no entiende es una vieja máxima que dice “el amor no pasa y si pasa no es amor”.

Es verdad que existen las tristezas de un matrimonio mal avenido, los problemas de un futuro parto y las rebeldías severas de un hijo adolescente desagradecido. Pero en todos estos casos usted y yo seguimos adelante con el guión de la película que nos ha tocado vivir. Ese “me ha tocado” es lo que le toca las narices a los que no soportan lo que este lenguaje significa.

Cuando se rompen muchos matrimonios por falta de generosidad, cuando se pierde la capacidad de jugarse toda la vida a cara y cruz, cambian las reglas del juego. Es más: ni siquiera hay juego ni ganas de jugar. Cada nuevo hijo es un reaseguro de la fidelidad, de algo que tristemente resulta inseguro. Por esto, la lógica de esta pretendida prudencia considera irresponsable traer “demasiados” hijos al mundo.

Más aún: cuando se sustituye el matrimonio por una convivencia afectiva sin compromisos nucleares se ha cambiado la mentalidad por completo. Lo que se pretende es ser sinceros, auténticos y, sin embargo, es precisamente de lo que se huye. Toda persona está llamada como tal a llegar más allá de sus posibilidades; pero eso sólo lo puede hacer amando, es decir: entregándose. Podrá ser engañada pero en su vida no hay engaño, como el que existe en la vida de los que jamás se arriesgan. Este salto de confianza, que nada tiene que ver con ingenuidades bobas, requiere de motivos, de bienes y de verdades que lo apoyen y justifiquen. Credenciales, signos de identidad que pueden respirarse en el ambiente social. Sin embargo una sociedad democrática se degenera cuando no hay valores comunes porque no hay nada que compartir salvo los intereses de grupos.

Existe una manera eficaz de reemprender el diálogo sobre la verdad y el bien: el propio ejemplo. Es probable que no salga en televisión…Quizás así será más sincero y, desde luego, más romántico. Aunque vendría muy bien que también lo vivieran –no digo que no lo hagan en conjunto- los profesionales de la televisión.

Cuando hay verdades comunes hay bienes y penas que compartir, hay familias románticas y realistas que dan frutos de fecundidad, de seguridad y buen humor.


José Ignacio Moreno Iturralde

Feminismo a ultranza

Es preciso educar la mirada para contemplar la condición femenina. La feminidad tiene que ser apreciada por sí misma. La feminidad es escucha, acogida; puede ser una ráfaga de alegría o un amanecer de contento. La feminidad es orden, comprensión, economía tan exigente que puede prodigar con frecuencia extraordinarios. La feminidad es temperamento, es un dulce darse con voluntad indómita y enamorada. Se trata de una genial ingenuidad porque la condición femenina es sencilla en su raíz. Su madurez radica en su realismo y como es realista tiene buen humor.

La mujer es la tierra madre; el humus de todas las patrias, el corazón de casi todos los hombres, la causa de muchas banderas. La condición femenina es reina y señora porque reina sirviendo; de ahí surge su fortaleza vital, su posicionamiento firme en la vida, su ser fuente de alegría, su descomplicación.

La mujer ama más porque su visión es intuitiva, nuclear, detecta a la legua al que ama y al que sólo desea. La mujer es especialmente apta para amar, para darse, y el amor es imprevisible. Por esto la condición femenina se bandea con soltura en el oleaje de la vida, las coge al vuelo, las ve venir…y, si son para bien, no las deja pasar.

La feminidad es colores en la merienda, primor en la tarta de cumpleaños, perfume tenue en la ropa lavada, inteligencia preclara en la dirección de empresa, tesón y esfuerzo en el estudio universitario, serenidad en el trabajo, mirada coqueta que rompe el corazón del hombre.

La envidia, la ostentación, el orgullo…son serpientes que la muerden, pero frecuentemente con poca eficacia porque en su sangre está el antídoto de la generosidad. Otra es la epidemia verdaderamente grave que asola ahora la feminidad: el progresivo corrompimiento de su identidad. No se trata sólo del burdo, ciego y pandémico afán de pretender reducir su ser mujer a ser hembra, sino de algo más sutil: hacerla creer que su dignidad radica exclusivamente en su libertad y autonomía…Éste es el terreno abonado para su infecundidad biológica, “artística” y personal.

Hemos de salvar la identidad de la mujer de hoy para salvar a la humanidad de la idiotez y del abatimiento. Este empeño impulsa, cómo no, tantas buenas conquistas sociales que la mujer ha logrado; pero no debe permanecer en un silencio suicida ante la falta de respeto a la condición femenina. Quienes se saben más hombres pensando en su madre me entenderán. Quienes hayan visto vivir y morir con alegría a la mujer de su vida suscribirán estas frases escribiéndolas mucho mejor, haciéndolas eternas.


José Ignacio Moreno Iturralde

Amor, familia, identidad

Toda la entidad de la vida humana se relaciona directamente con la familia y la familia con el amor. Si no se sabe qué es el amor, no se sabe lo que es la familia y así tampoco se sabe quién es uno mismo.

Hay que redescubrir la magnitud formidable de traer un hijo al mundo. Esto es así si a cada vida humana se le respeta su dimensión vocacional, la posibilidad de hacer de su existencia una aventura en servicio de una causa noble. La vocacionalidad de la vida humana sólo se entiende permitiendo la existencia de algo que no controlamos: la providencialidad. Un mundo sin providencialidad es un mundo hecho completamente por nosotros mismos; es decir: un mundo en que nos ahogamos porque no puede haber aventura. Los imprevistos, frecuentes e inevitables, se convierten en algo placentero o repugnante, pero -en cualquier caso- incomprensible.

La ausencia de providencialidad lleva al olvido de la vocacionalidad. La atención se centra en el interés que necesita del dominio y del consumo: el dominio como meta y el consumo como medio. El ideal de servicio se valora en unos raptos de nostalgia y se practica en algunas dosis intermitentes de misteriosa eficacia tranquilizadora: se dan retales, en ocasiones generosos; pero no se da la tela. Así no se entiende una opción de servicio radical como modo de vida propio, porque es imposible sin vocación ni providencia.

Si quiero dominar completamente la trayectoria de mi vida, si quiero ser totalmente autónomo, si quiero ser autor y actor al mismo tiempo: no puedo ser elegido, no puedo ser dotado de sentido desde fuera de mí mismo, no puedo ser transformado por el amor de alguien hacia mí.

Si mi medio de vida es sólo consumista, el amor queda reducido a glamour: a una suerte de apetito –refinado, en el mejor de los casos, por sentimientos y afectos satisfactorios-. Este falso amor no es darse, sino recibir. Es un amor cuyo fruto no se desea. Ese fruto es la piedra de toque del amor porque su aceptación y cuidado conlleva sacrificio y generosidad. La biología, ingenua e inconsciente, transmite la vida porque el amor debería dar vida, vida querida. Pero hoy, con brutal terquedad, se odia ese fruto, se le destruye…porque no se ama.

Lo verdaderamente apasionante es nacer, incluso en siniestras condiciones, que penden de la providencia. Es normal en las historias que merecen la pena que haya pena. El amor, para no perder su identidad, respeta la vida. La nueva vida humana se respeta por sí misma: esa es la condición de la familia. La familia es el lugar del amor respetado, donde se quiere a cada uno por sí mismo. Los hijos nacen y se educan en un ambiente donde son tan queridos como exigidos, tan seguros en reivindicar los bombones como pesarosos por no haber hecho la tarea.

Los hijos encuentran en su madre y en su padre la raíz providencial de su vocación a ser hombres: de su vocación a amar.


José Ignacio Moreno Iturralde

Peces Barba y la Ciudadanía

El pasado 19 de septiembre, Gregorio Peces Barba publicaba en El País un artículo sobre la Educación para la ciudadanía. Es de agradecer su esfuerzo por hacer una propuesta de contenidos para la asignatura. Sin embargo hay ciertas cosas discutibles en su discurso. Dice que en ciertas Comunidades autónomas se "han subvencionado a muchos centros privados, especialmente integristas". Esta etiqueta no es más que una muestra de desprecio sobre colegios a quienes un número de ciudadanos han querido confiar la enseñanza de sus hijos. Estos padres podrían sentirse heridos, con razón, por las palabras del Rector de la Carlos III. Más adelante, el citado artículo afirma que "Muchos colegios religiosos, afortunadamente no todos, olvidaron algunos valores evangélicos y no colaboraron con la tarea (de educar a los hijos de los emigrantes)".Tal afirmación no se presenta avalada por ningún dato y contribuye, por tanto, a difundir -sin pruebas- un desprestigio sobre estos colegios. Personalmente trabajo en un colegio concertado de Madrid, con ideario cristiano, y una ratio actual de alumnos inmigrantes del8%; se ha concedido plaza a todos los que la han solicitado. Lógicamente cada uno tiene sus preferencias pero lo que parece mostrarse en el pensamiento de Peces Barba es un planteamiento estatalista de la educación. Es decir: la incapacidad de comprenderque en la educación el valor principal es el derecho y la libertad de los ciudadanos para elegir la enseñanza que consideren oportuna para sus hijos. Una libertad clave para entender la ciudadanía.


José Ignacio Moreno Iturralde

Educación sexual

Supongamos que existiera un batido riquísimo en el mercado; y que tal líquido maravilloso, junto a efectos estupendos y beneficiosos conllevara serios riesgos sanitarios: Puede ser portador de enfermedades mortales –transmisibles a los hijos- , salvo para los adultos que se sometan a un determinado tipo de dieta. De todos modos, los comerciantes del peligroso elixir han producido un antídoto de precaución que tiene un 85% de probabilidades de eliminar la enfermedad letal en caso de producirse en el consumidor. Parece claro que, salvo para los citados adultos de dieta exigente, es una soberana falta de sentido común exponerse a tales riesgos pese a la existencia de antídotos –que, además, pueden fomentar la conducta de riesgo-. Si el gobierno del país incitara a todos al consumo de la bebida, con antídoto, ejercería el poder de un modo insensato. Pienso que algo parecido a este supuesto ocurre cuando se fomenta la promiscuidad sexual con preservativo. Es algo triste comparar la sexualidad humanacon tomar un buen batido, pero parece que bastantes la entienden así.

José Ignacio Moreno Iturralde

23.9.06

Clasos clínicos de pediatría: Blog del Doctor Gonzalo Ares

Casos clínicos de pediatría, con imágenes, expuestos por un profesional de prestigio.

Pediatra humanista: Nuevo blog muy interesante

Reflexiones, música y videos de un valioso y jóven pediatra en ejercicio.

18.9.06

Nueva campaña española de salud sexual

Nueva campaña española de salud sexual, con cinco errores fatalesLas grietas del “sexo seguro”
Firmante: Miguel A. Martínez González06-09-2006091/06
En el verano de 2006 el Ministerio de Sanidad y Consumo (MSC) español ha lanzado una enésima campaña para la prevención del sida, las infecciones de transmisión sexual y los embarazos imprevistos. Los mensajes se centran de nuevo en el preservativo, estrategia que no ha logrado los resultados que se pretendían (ver Aceprensa 86/06).

En un artículo que publicamos en 2005 el Dr. Jokin de Irala y yo habíamos denunciado desde la principal revista científica de la medicina española la escasa efectividad de las campañas de sexo seguro, dados los indicadores de mayor promiscuidad, mayor tasa de embarazos en jóvenes y crecimiento de la sífilis y gonococia en España. Advertíamos que, en oposición a los errores de esos métodos, un buen ejemplo a seguir es lo que sí ha funcionado en otros lugares. "Cuando la cosa no se ha quedado en repartir condones, sino que ‘se ha sabido ir más allá’, y se ha hecho un esfuerzo serio dirigido sobre todo a educar con sensibilidad y respeto a la población para que cambie sus conductas, se ha conseguido reducir la prevalencia de la infección" (1).
Es el caso de Uganda. Con una estrategia educativa que no dio énfasis al condón sino a educar en la fidelidad a adultos y en el retraso de relaciones a jóvenes, pasó del 15% de infectados por el virus del sida (VIH) al 5% en una década. A este logro parece sumarse ahora Zimbabue, según el detallado estudio que publicó en 2006 la revista "Science" (2).

Estos éxitos en salud reproductiva de países africanos contrastan con el fracaso y la monótona escasez de imaginación de las acciones gubernamentales realizadas en España, que siguen con el mensaje del "sexo seguro" que "suele centrarse en la fase última del proceso y evita referencias al comportamiento, tanto porque algunos consideran impropio un mensaje ‘moralizante’, como por razones ideológicas que llevan a prescindir de ciertas evidencias científicas" (...)

Gente que se hizo provida



Cómo alguien llega a ser pro-vida cuando antes no lo era: cinco casos
El periodista Fred Barnes compara su historia con el de otros cuatro personajes públicos que dieron el paso a defender la vida. ¿Qué les hizo cambiar?
Fred Barnes
www.forumlibertas.com
¿Cómo llega la gente a ser pro-vida? ¿Qué convierte a una persona en un apasionado adversario del aborto y de temas relacionados como la eutanasia y la investigación con células embrionarias?
No me refiero a aquellos que defienden la postura pro-vida por la educación que recibieron en casa o por su religión o porque lo requiere su situación política, como sería el caso de un candidato republicano en un estado rojo. Hablo de personas que cuando eran adultos o adolescentes maduros eran pro-aborto o simplemente eran indiferentes al tema.
Entonces algo les hizo cambiar de opinión, impulsándoles a asumir la causa anti-aborto. Quizá empezaron a defender la postura pro-vida sin darse cuenta de que habían cambiado. ¿Qué causó el cambio, qué pasó?
La respuesta puede encontrarse en las experiencias de 5 personas: Ronald Reagan, Henry Hyde, Ramesh Ponnuru, Wesley Smith y yo mismo. Y sus historias, creo, son más o menos representativas de lo que muchos otros han vivido al asumir la causa de salvar a niños por nacer. Los cinco experimentaron dos cosas comunes que pueden señalarse al examinar los cinco casos.

RONALD REAGAN: el error de 1967
Empecemos con Reagan. En su primer año como Gobernador de California en 1967, los legisladores aprobaron una propuesta para legalizar el aborto "terapéutico". Era un tema sobre el que Reagan no había pensado mucho pero estaba indeciso sobre si vetar la ley o no. Muchos republicanos le presionaban con fuerza para que firmase a favor. Y también lo hacían sus colaboradores, incluyendo a los conservadores Ed Meese y Lyn Nofziger, quien posteriormente acompañaría a Reagan a Washington. Le aseguraron que sólo implicaba un puñado de abortos.
Su instinto era vetar la ley y el arzobispo católico de Los Ángeles le pedía que lo hiciese. Pero la firmó. La decisión sin embargo dejó turbado a Reagan y continuó pensando en el tema del aborto. Esta ley, explica Lou Cannon en su libro Governor Reagan, "permitió más abortos legales en California que los ocurridos en cualquier otro Estado antes de Roe v. Wade [el fallo judicial que liberalizó totalmente el aborto en todo EEUU]".
Para 1980, Reagan había cambiado su forma de pensar y se hizo un firme oponente al aborto. Insistió en temas pro-vida en la plataforma republicana por primera vez. En 1983, publicó un ensayo pro-vida apasionado, Abortion and the Conscience of the Nation. Al final resultó que firmar la ley californiana del aborto de 1967 fue el único error político que Reagan jamás admitió.

HENRY HYDE: tuvo que pensarlo
Henry Hyde llevaba cinco años como parlamentario en Illinois cuando se encontró su primer asunto relacionado con el aborto. Era al principio de los años 70, antes de que la decisión Roe vs. Wade del Tribunal Supremo legalizase el aborto a petición en toda la nación. Otro legislador pidió a Hyde que co-patrocinara una propuesta para levantar la prohibición del aborto en Illinois. Y él fue receptivo.
Sin embargo, leyendo la propuesta cambió su forma de pensar. Hyde tampoco había dedicado nunca tiempo a examinar el tema del aborto. Y ahora, de repente, tenía que hacerlo. El resultado es que se encontró rechazando la propuesta, en vez de apoyarla, e incluso dirigió con éxito la oposición a la propuesta en la asamblea de Illinois.
Hyde fue elegido para la Cámara de Representantes en 1974 y pronto llegó a ser una voz líder pro-vida. En 1976 consiguió que la legislación prohibiese el uso de fondos federales para pagar abortos. Treinta años después, la Enmienda Hyde sigue siendo ley en el país.

RAMESH PONNURU: la manifestación no era tensa como decían
RAMESH PONNURU, escritor del NATIONAL REVIEW que creció en Kansas City, Kansas, recuerda que siendo adolescente "no quería ser un pro-vida". Me dijo que en Estados Unidos "simplemente es más fácil ser pro-elección, sigues la corriente".
En 1991 unas personas que él conocía acudieron a la protesta anti-aborto del Verano de Misericordia, en Wichita. La manifestación atrajo mucha atención de los medios y los manifestantes, se dijo, habían creado una concentración tensa, agresiva, casi una crisis. Ponnuru siguió el acontecimiento bastante de cerca, lo suficiente para saber que los manifestantes "tenían tanto de tenso y agresivo como un picnic de parroquia". De hecho, sus amigos "eran ese tipo de gente que va de picnic parroquial".
El efecto de la manifestación de Wichita fue profundo en Ponnuru, a millas de distancia en Kansas City. Ese verano reflexionó sobre la moralidad del aborto. Cuando entró en Princeton a finales del verano ya era completamente pro-vida. Desde entonces, su oposición al aborto "se ha profundizado cada año". Ese año publicó Party of Death, un recuento impactante de la transformación del partido Demócrata en un partido fuertemente pro-aborto.

WESLEY SMITH: el suicidio de una anciana amiga
Como abogado y colega de Ralph Nader, Wesley Smith era un candidato improbable a ser pro-vida. Por una vía poco comín, llegó a ser el principal crítico en EEUU de la eutanasia, la clonación y la investigación con células madre embrionarias.
Hace algo más de una década, una amiga de Smith, una mujer de 76 años llamada Virginia, se suicidó. A menudo había estado hablando de matarse, contando a Smith y otros amigos lo suave, lo agradble que sería. Le habían intentado quitar la idea, pero sin éxito.
Cuando ella murió, Smith fue a su casa en California y se encontró pilas de propaganda de los defensores de la eutanasia, particularmente de la Hemlock Society. Y reconoció en la propaganda algunas de las cosas que Virginia decía, las historias de gente supuestamente disfrutando de morir. Smith quedó afectado y eso cambió su pensar y también su carrera.
Pronto se encontró dedicando más y más tiempo a escribir y hablar contra la eutanasia, hasta que se convirtió en una cruzada y su trabajo a tiempo completo. Nader le preguntó por qué "hacía tanto sobre la eutanasia". Smith le explicó el tema. Esto hizo que Nader, en la campaña presidencial del 2000, hiciese un comentario controvertido en Oregón, al referirse a la ley de suicidio de este estado como "la vergüenza de Oregón".

FRED BARNES: mi testimonio
Finalmente, he aquí mi propia experiencia. Durante años apenas dediqué un pensamiento al tema del aborto. Que matasen a un niño antes de nacer era un tema de conveniencia, bueno, nunca pensé en ello. Como reportero del diario EVENING STAR en Washington en 1973 consideré el fallo Roe vs. Wade como un tema legal, no moral. El crecimiento del movimiento anti-aborto a finales de los 70 y la posición de Reagan me llamaron la atención, aunque sólo como asunto político.
Entonces el ginecólogo de mi esposa Barbara recomendó que se hiciese una amniocentesis cuando estaba embarazada de nuestro tercer hijo. Eso implica inyectar una aguja en el útero para sacar algo de fluido de forma que se examine si el niño tiene problemas o defectos.
Habíamos oído hablar de la amniocentesis como "misión de localizar y destruir", algo que llevaba a mnudo al aborto si el niño tenía defectos de nacimiento o síndrome de Down. Esto nos hizo pensar en lo que haríamos en tal caso... por primera vez pensamos en serio sobre el aborto.
Nuestro hijo salió bien. Pero al dejar la oficina del doctor mi esposa y yo decidimos que ella nunca volvería a hacerse la amniocentesis. Y no se la hizo cuando quedó embarazada tres años después. Sin darnos cuenta, nos habíamos hecho pro-vida.

UN CONTACTO CON LA MUERTE HACE PENSAR
Pensemos un poco en estas 5 experiencias: Reagan decidiendo acerca de la propuesta pro-aborto, Hyde considerando si apoyar otra propuesta, Smith leyendo propaganda pro-eutanasia en casa de su amiga muerta y nosotros reaccionando contra la amniocentesis.
Hay un rasgo común obvio: todos nosotros, por las circunstancias en que nos encontramos, nos vimos forzados a pensar acerca de quitar una vida y lo que significa en términos prácticos y morales.
Creo que fue nuestra conciencia lo que intervino, o si prefieren, el instinto humano básico que favorece la vida sobre la muerte. O si eres cristiano, como yo, fue Dios.
Estoy seguro que habrá muchas excepciones a nuestra experiencia. No todos los que contemplan el aborto o la eutanasia están destinados a seguir el mismo camino intelectual que nosotros cinco (seis, incluyendo a mi esposa). Pero sospecho que hay muchos más que lo harían, que los que no lo harían. Y muchos más vendrán.

Escribe a la Comunidad de Madrid en relación con la subvención a los abortos

Un humanismo de pacotilla

Por JUAN MANUEL DE PRADA (ABC 14.IX)

COINCIDÍAN hace unos días en este periódico dos muy sagaces piezas periodísticas que desenmascaraban cierta perversidad disfrazada de un humanismo de pacotilla que caracteriza nuestra época, a través de la exposición de sendas paradojas hirientes. En la Tercera de ABC, publicaba Olegario González de Cardedal un luminoso artículo en el que confrontaba el ímpetu desenterrador de los muertos antiguos alentado por la llamada «memoria histórica» con la moda de aventar las cenizas de los muertos recientes. Nada más legítimo que el deseo de recuperar los restos fúnebres de quienes fueron ejecutados y después arrojados en una zanja o fosa común, indignamente sepultados por el río turbio de la Historia. Pero este deseo, azuzado desde instancias políticas con fines interesados, contrasta con otro fenómeno cada vez más extendido, que consiste en dispersar las cenizas de los difuntos en los parajes más estrafalarios y hasta indecorosos. Estoy seguro de que, si nos propusiéramos buscarlo, encontraríamos a un tío que, a la vez que denodadamente se esfuerza por recuperar los restos de su abuelo asesinado en la Guerra Civil, para salvarlos del olvido, entrega al mismo los restos de su padre, arrojando sus cenizas en cualquier andurrial o desmonte, privándolo de reposar en una sepultura que testimonie su paso por la tierra y también la «memoria de amor y esperanza» que, desde que el mundo es mundo, se tributa a los muertos.

El mismo día que se publicaba esta hermosa Tercera de González de Cardedal, aparecía en la sección de Cartas al Director una firmada por Fulgenio Espa Feced en la que se exponía otra paradoja estremecedora, esta vez con sus ribetes de cinismo. A la vez que autoriza la experimentación con embriones, privándolos de su derecho a vivir, el Ministerio de Sanidad español financia una campaña publicitaria contra el consumo de tabaco en la que se alerta que las vidas gestantes padecen en una proporción nada exigua las consecuencias del hábito fumador de sus progenitores. Resulta, cuando menos, pintoresco que desde la misma instancia se desee proteger a un embrión de los efectos nocivos del tabaco cuando no se le reconoce su derecho más elemental a existir, a ser persona. Hemos de deducir, pues, que la protección que se otorga a la vida embrionaria ya no dimana de su propia existencia, sino que es puramente instrumental y caprichosa: hay embriones valiosos, porque sirven para concienciar a la gente sobre los efectos nocivos del tabaco; y hay embriones que pueden ser inmolados sin reparos, porque sólo son un conglomerado de células al servicio de dudosos intereses científicos.

En uno y otro caso, nos topamos con una actitud puramente utilitaria ante la existencia humana, inmolada en un altar de fines coyunturales o adventicios. Los seres humanos ya no poseen una dignidad intrínseca, sino que pueden ser enarbolados como espantajos reivindicativos o ser arrojados a las tinieblas de la desmemoria, según convenga. Se entroniza así una concepción puramente «funcional» del ser humano: existen vidas «útiles» (aquellas cuya dignidad merece defenderse, no por su valor intrínseco, sino porque su defensa depara réditos ideológicos) y vidas «inútiles», meros despojos que pueden ser tratados como tales, porque su dignidad ya no es algo inscrito en su naturaleza, sino un reconocimiento que se les otorga o se les niega a discreción, por razones de pura conveniencia. Semejante perversión hunde su raíz en la imposición de cierto humanismo de pacotilla que aspira a una fraternidad imposible, que es la fraternidad de quienes no tienen un padre común. Cuando al hombre se le extirpa de Dios, se le extirpa también de la razón última de su dignidad; y, desde ese preciso instante, el hombre deja de ser sagrado, para convertirse en engranaje de una maquinaria: será respetado mientras la maquinaria lo precise para su buen funcionamiento; cuando se convierta en un estorbo, la maquinaria lo triturará sin vacilación, aunque siempre con coartadas irreprochablemente «humanistas».

23 de septiembre: AVA, Reunión Puertas abiertas

Estimado amig@:

Con motivo de la Asamblea General Ordinaria de soci@s de AVA, nos alegra invitarle a la comparecencia pública de nuestra asociación que celebraremos a continuación de la misma el próximo sábado, 23 de septiembre,

Se modifica el lugar de reunión al salón de actos del Colegio Mayor San Pablo-CEU
(Calle Isaac Peral, 58 - Metro Guzmán el Bueno)

En dicha reunión, contaremos con testimonios personales que recordarán que el aborto implica una tragedia a cuyas víctimas, consumadas o posibles, intentamos ofrecer soluciones reales. Además, se brindará una comunicación pública de realizaciones y se presentarán los nuevos proyectos que prevemos acometer.

Estamos abiertos a recibir cuantas sugerencias nos quieran ofrecer los asistentes para mejorar la prevención, acogida y recuperación de las mujeres y familias víctimas del aborto.

Nos agradaría muy sinceramente contar con su presencia, sabedores de su simpatía y compromiso con esta causa que es, al tiempo, vital y olvidada.


Muy cordialmente se despide,

Dra. Victoria Uroz Martínez
Secretaria de AVA
C/ Montera, 34-4º 10
28013 Madrid
91 523 86 74 – Sede de AVA

Aborto: ONU-Chile

NOTICIAS GLOBALES, Año IX. Número 670, 41/06. Informe nº 793. Buenos Aires, 10 septiembre 2006
793) ONU-CHILE: EXIGEN DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO. Fuentes al pie. Por Juan C. SanahujaCEDAW: elogios a Bachelet. Docilidad ante el Comité. Medidas legales. Adolescentes. Aborto quirúrgico. Esterilización. Protocolo Opcional del CEDAW: la “culpa” es del Cardenal Errázuriz. Exigencias. La delegación chilena

El Comité de seguimiento de la Convención sobre la Eliminación de la Discriminación contra de la Mujer (CEDAW) se reunió en su sesión nº 36, del 7 al 25 de agosto y examinó el cumplimiento de la Convención por parte de Cabo Verde, Chile, China, Cuba, República Checa, República Democrática del Congo, Dinamarca, Georgia, Ghana, Jamaica, Mauricio, México, Filipinas, República de Moldavia y Ubezkiztan

Elogios a Bachelet

El Comité del CEDAW, uno de los instrumentos más activos de la reingeniería social anticristiana de la ONU, elogió la agenda de empoderamiento de las mujeres del gobierno de Chile: “El rol de las mujeres y las relaciones de género están bajo una profunda transformación en la sociedad chilena y la presidenta Michelle Bachelet, con sus medidas de gobierno, ha hecho del empoderamiento de género su prioridad principal”.

Pero el Comité a la vez urgió a acelerar las reformas contra la “discriminación”, es decir, entre otras medidas la despenalización del aborto quirúrgico. (Al aborto farmacológico se lo difunde ampliamente a través de los programas de salud reproductiva y distribución de abortivos químicos y mecánicos).
Docilidad ante el Comité
El informe de 164 páginas presentado por Chile, reseña “las medidas adoptadas, los progresos realizados y las dificultades que han afectado el cumplimiento de los derechos consagrados en la mencionada Convención” (...)

Medidas e iniciativas legales

-Adolescentes
En respuesta a requerimientos anteriores del Comité sobre el acceso de los menores a “los servicios de salud sexual y reproductiva, así como al reconocimiento y protección de los derechos reproductivos”, que incluyan medidas dirigidas a la población adolescente de “difusión de programas de planificación de familia e información sobre métodos anticonceptivos (...)”, (nn. 278-279 del informe de Chile). El gobierno chileno declara que ya en 1997 inició “la implementación del Programa del Adolescente en los Servicios de Salud, orientado a la población entre 10 y 19 años” (n. 280); además manifiesta que está llevando a cabo una política de Educación Sexual y “una experiencia piloto en conjunto con el Ministerio de Salud y el Servicio Nacional de la Mujer, denominada Plan Piloto Hacia una Sexualidad Responsable” (n. 281).
El comunicado del Comité (16-08-06) aclara que la delegación chilena explicó que “desde Diciembre de 2005 las escuelas implementaron estos programas de educación sexual desde el Jardín de Infantes hasta la Escuela Secundaria”. Además, prometió las medidas de distribución de anticonceptivos (y abortivos) a menores que puso en práctica pocos días después, el 03-09-06, (vid. NG 791).

-Aborto

Sobre la observación del Comité al anterior informe, en orden a “reconocer y proteger los derechos reproductivos de las mujeres” especialmente reformando las leyes que prohiben y penalizan toda forma de aborto (...), revisándolas “con miras a enmendarlas para proporcionar abortos en condiciones de seguridad y permitir la interrupción del embarazo por razones terapeúticas o relacionadas con la salud de la mujer, incluida la salud mental”; (n. 282).
El gobierno chileno declara que no se ha planteado considerar en su mandato la despenalización del aborto (quirúrgico), “dado que no existen las condiciones para abordar este tema ni siquiera con relacion al aborto terapeútico, que existió en Chile hasta 1989, en que fue suprimido por el gobierno militar. La cerrada resistencia a analizar un fenómeno que afecta a decenas de miles de mujeres está compuesta por los medios de comunicación conservadores, sectores religiosos opuestos a toda referencia a dicha realidad y partidos politicos que comparten las posiciones mencionadas” (n. 285).

Sin embargo expone que están en estudio medidas para promover el aborto encubierto: “Actualmente, se encuentra en tramitación en el Parlamento un Proyecto de Ley sobre Derechos Sexuales y Reproductivos, presentado en el 2000. Esta iniciativa fue impulsada por el Foro Red de Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos” y reconoce, entre otros puntos, “el derecho de toda persona a disfrutar de la sexualidad como fuente de desarrollo personal y felicidad, y a ejercerla independiente de la reproducción, y que es deber del Estado diseñar y ejecutar las políticas públicas que garanticen este derecho”, (n. 283). “Por otra parte, el Ministerio de Salud de Chile, elaboró el documento 'Transversalización de la Perspectiva de Género en las Politicas de Reforma de Salud en Chile', preparado por el Grupo de Asesor en Temas de Género” en el que participan: Foro Red de Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos, la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, el Instituto Chileno de Medicina Reproductiva, la FLACSO, la Universidad de Chile, la Fundación para la Promoción y Desarrollo de la Mujer (PRODEMU), (n. 284)

-Esterilización

Por exigencias anteriores del Comité del CEDAW, reconoce el informe chileno, que “en el año 2000, mediante una Resolución Exenta del Ministerio de Salud, se aprobó el nuevo Reglamento para la esterilización voluntaria de mujeres y hombres. Esta nueva normativa reconoce y asegura el derecho de las mujeres adultas a tomar la decisión de someterse a una esterilización sin requerir el consentimiento de otra persona” (en concreto, el marido), (nn. 286, 287)
Dictamen del Comité

-Protocolo Opcional: la “culpa” es del Cardenal Errázuriz

En su comunicado oficial del 16 de agosto el Comité del CEDAW, dice: “Chile hizo desde su informe de 1998 progresos significativos para mejorar el estado y la condición de las mujeres a través de reformas legales, el cambio de programas y políticas públicas”. Y destaca que a pesar de la voluntad del Gobierno y de la Cámara de Diputados, el Senado no trató la ratificación del Protocoplo Opcional del CEDAW: “los principales argumentos para este rechazo del protocolo fueron presentados ante un comité del Senado por la mayor autoridad eclesiástica de Chile, donde se afirmaba que se entregaría la soberanía nacional a un cuerpo como el CEDAW, el cual tiene el poder para imponer leyes que permitan el aborto en el país”.

-Exigencias

La presidente del comité, Dubravska Ŝimonovic, dijo que Bachelet y los miembros de su gabinete deben ayudar a que apruebe el Protocolo Opcional de la Convención.
El Comité insistió en que “el reconocimiento y la protección de los derechos reproductivos eran inadecuados” ya que el aborto no ha sido despenalizado. Además, el organismo de la ONU, exigió adecuar la legislación del país a las Recomendaciones Generales del Comité, a la Declaración de la Conferencia de Beijing y a su Plan de Acción: “Esta efectiva y completa implementación de la Convención es indispensable para el logro de las Metas del Milenio para el Desarrollo”.
El Comité insistió también en la distribución de la anticoncepción de emergencia (aborto químico) y la delegación chilena afirmó que los alcaldes como autoridades administrativas elegidas democráticamente, están obligadas a aplicar las normativas emitidas por la autoridad sanitaria nacional, el Ministerio de Salud; en su caso, no corresponde invocar la “objeción de conciencia”.

La delegación chilena

La delegación estuvo compuesta por: Laura Albornoz Pollman, Ministra del Servicio Nacional para las Mujeres de Chile (SERNAM) Jefa de Delegación; Amira Esquivel, Directora de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile; Patricio Reinoso Vargas, Director del SERNAM; María de la Luz Silva, Jefa de Relaciones y Cooperación Internacional del SERNAM; Marco Rendon, Jefe de Reformas Legales del SERNAM; Belén Sapag, Jefa de Asuntos de las Mujeres y la Sociedad Civil de la Misión Permanente de Chile ante la ONU; Dr. Rene Castro, Programa para las Mujeres del Ministerio de Salud; Regina Clarck, Departamento de Relaciones Internacionales del Ministerio de Trabajo y Débora Solís, Coordinadora Nacional de la Secretaría Técnica para la Educación Sexual del Ministerio de Educación. FIN, 10-09-06

16.9.06

Nueva ley de Investigación Biomédica española

El embrión humano no es un amasijo de células: Es un programa, un diseño proyectivo que emplea la materia, que recibe de la madre, para generar su organismo humano. Tal diseño, “centro de control” o principio unificador del desarrollo corporal –hasta llegar a tener cien billones de células coordinadas- no existe en un conjunto de células meramente agregadas. El embrión humano es un ser humano en estado inicial. La nueva ley de Investigación Biomédica española permite crear por clonación –por transferencia nuclear- embriones humanos, con el único objetivo de sacrificarlos y utilizarlos como material de investigación. Esta ley es una barbaridad para la civilización ya que supone dinamitar el estatuto y la dignidad del embrión. La medicina regenerativa tiene presente y futuro en los ya exitosos logros de terapias con células madre adultas. Las células madre embrionarias –digámoslo una vez más- son tumorales. El destino del embrión humano no debe ser otro que el de vivir. Este tipo de leyes infrahumanas erosionan muy gravemente la dignidad. Las aparentes victorias del anti-humanismo biotecnológico no van a ser más que los fuegos de artificio que devendrán en el humo negro del desprestigio científico, ético y social. Considero que la investigación y la medicina al servicio de la vida debe seguir haciendo un esfuerzo de divulgación informativa.

José Ignacio Moreno Iturralde

9.9.06

Aborto en Colombia

1 de octubre en Sevilla: AVT: "En mi nombre no"

LA AVT CONVOCA PARA EL PROXIMO DIA 1 DE OCTUBRE UNA MANIFESTACIÓN EN SEVILLA BAJO EL LEMA “RENDICION EN MI NOMBRE NO”

La AVT, al objeto de expresar su rotunda oposición al proceso de cesión-negociación entre Batasuna-ETA y el Gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero, ha procedido a convocar una manifestación bajo el lema “RENDICIÓN EN MI NOMBRE NO”, que recorrerá las calles de Sevilla el próximo domingo 1 de octubre.

La presente movilización desea poner de manifiesto la voluntad mayoritaria de la sociedad española, contraria sin paliativos a que se realicen concesiones a los asesinos, y, en definitiva, a que el Gobierno de la Nación pague un precio político a los terroristas. Permitir impunemente lo anterior supondría la mayor afrenta posible a la memoria de las víctimas del terrorismo, y, por lo tanto, doblegar nuestro Estado de Derecho a los designios de un grupo de criminales. Los recientes acontecimientos en el País Vasco y en la propia Audiencia Nacional demuestran que la actitud del Gobierno de la Nación conduce a trasmitir una imagen de debilidad frente a los terroristas, quienes además de continuar desarrollando periódicamente actividades de terrorismo callejero o “kale borroka”, así como extorsionando sistemáticamente a empresarios y profesionales, se permiten desafiar la legalidad vigente y lanzar amenazas a los jueces y tribunales, así como a los gobiernos de España y Francia.

Desde la AVT consideramos que la actual situación refleja de manera nítida el proceso de rendición del Estado de Derecho frente a los asesinos de Batasuna-ETA, y queremos animar a la ciudadanía a que lleve a cabo una verdadera rebelión cívica frente al despropósito encabezado por el Sr. Rodríguez Zapatero.

En este sentido, la AVT desea mostrar su solidaridad con el magistrado de la Audiencia Nacional Don Alfonso Guevara, quién ha sido gravemente amenazado en la jornada de hoy por el terrorista Ignacio Bilbao. Desde la AVT nos preguntamos si este miembro de ETA, que ha dejado a las claras su voluntad de continuar asesinando, forma parte del grupo de presos de la banda terrorista, a los cuales califica el Gobierno presidido por Jose Luís Rodriguez Zapatero como“hombres de paz” y “dialogantes”. Como ha quedado demostrado una vez más, estos asesinos tan sólo entienden el lenguaje del terror, del asesinato, de la amenaza y de la extorsión.
Por ello, animamos a todos los ciudadanos de bien a que se sumen a nuestra convocatoria y marchen junto a las víctimas del terrorismo por las calles de Sevilla tras el lema “RENDICIÓN EN MI NOMBRE NO”.

El Instituto de Política Familiar defiende la causa de la vida en la ONU y en Europa

El Vicepresidente de la Comisión Europea, Franco Frattini, afirma que es fundamental la promoción de los derechos del niño en el periodo prenatal.
EL INSTITUTO DE POLÍTICA FAMILIAR PROMOVERÁ UNA CAMPAÑA CONTRA LA VIOLENCIA INFANTIL EN EL PERIODO PRENATAL, TANTO EN LA ONU COMO EN LA UNIÓN EUROPEA.

(Estrasburgo 7-09-2006). El Instituto de Política Familiar (IPF) presentará a la Comisión Europea un proyecto para el análisis de la violencia infantil en el periodo prenatal en Europa, ha anunciado Lola Velarde, Presidenta de la Red Europea del Instituto de Política Familiar y representante ante las Naciones Unidas–. Así mismo, el IPF, como entidad internacional con estatus consultivo en Naciones Unidas- promoverá la inclusión expresa de la lucha contra la violencia infantil en el periodo prenatal en el Estudio sobre Violencia Infantil que será ratificado por la Asamblea General de la ONU el próximo mes de Octubre en Nueva York.
Este anuncio se ha realizado ayer en Estrasburgo durante la sesión del Intergrupo de Familia e Infancia del Parlamento Europeo en la que participó el IPF y en la que el Vicepresidente de la Comisión Europea, Franco Frattini, presentó la Comunicación de la Comisión “Hacia una Estrategia Europea sobre los Derechos del Niño”. Esta comunicación se enmarca en la Convención de los Derechos del Niño de la Organización de Naciones Unidas.
La violencia infantil es uno de los puntos clave que destaca el documento de la Comisión Europea, señaló el Comisario Frattini. Es fundamental la promoción de los derechos del niño en el periodo prenatal y es por ello que, por supuesto, el documento se refiere también a la violencia infantil en el periodo prenatal.

Este documento de la Comisión así como la iniciativa del IPF son muy importantes – señaló Lola Velarde- ya que ha habido mucha confusión sobre la violencia infantil en el periodo prenatal, debido a que a menudo se habla de los derechos humanos desde el momento del nacimiento. Sin embargo, este es un grave malentendido en la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño”.

En efecto, prosigue la presidente de la Red Europea, numerosos informes así como el recién publicado informe sobre “La Violencia Infantil en los Bebes” elaborado por el experto independiente de la ONU, Bruce Abramson, junto con el World Family Policy Center y la Brigham Young University, ha analizado todos los informes de aplicación de esta Convención por parte de los Estados Miembros, y ha concluido que la inmensa mayoría de los Estados (en concreto, 128 de 176) , contemplan los derechos del niño durante todo el periodo prenatal.
Según este informe, la Convención de los Derechos del Niño se redactó para proteger a los niños, incluyendo este periodo. De hecho, el noveno párrafo del preámbulo fue enmendado para señalar que los niños requieren “protección legal tanto antes como después del nacimiento”. El informe revela asimismo que en el primer borrador de trabajo de la Convención se intentó limitar los derechos “desde el momento del nacimiento”, si bien esta limitación fue rápidamente eliminada, según se recoge en los trabajos preparatorios, debido a que la Convención debía regir desde el momento de la concepción.
Todo ello hace, concluye Velarde, que una de las acciones que va a emprender el IPF ante la Comisión Europea y las Naciones Unidas sea la promoción de los derechos del niño en el periodo prenatal.

7.9.06

Las claves de la buena educación

Conferencia: Utilidades de cordón umbilical (15 de septiembre)

"Utilidades clínicas de la sangre de cordón umbilical y expectativas futuras"

Por: Dr. John Wagner: Director de Hematología y Oncología Pediátrica; Director de la Unidad de trasplante de sangre y médula; Profesor de Terapia Molecular y Celular; Universidad de Minneapolis, EEUU.

Organizada por VidaCord
15 de septiembre
12,00
Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid;C/Sta Isabel, 51. 28012-Madrid

Dedicada a profesionales de la sanidad.

3.9.06

Nueva y brevísima encuesta en www.dignidadhumana.com

¿Convendría crear un Ministerio de la Familia y un Instituto Oficial de la Infancia en España?

2.9.06

Redescubrir las virtudes: Kate and Leopold

Me parece que para ser felices hay que pasar por el ejercicio de las virtudes de toda la vida: generosidad, laboriosidad,...Pero pienso que hay que saber descubrirlas según el estilo de cada época. En este sentido me ha llamado positivamente la película "Kate and Leopold". Es una comedia reciente, divertida, romántica, muy original y con valores humanos. Está en alquiler.

P.D. Nada tengo que ver con ningún videoclub.



José Ignacio Moreno

¿Obtener células embrionarias sin destruir embriones?

Tolerancia de vía única

Resultados de la encuesta de www.dignidadhumana.com

¿Piensas que sería mejor volver al sistema de enseñanza de la EGB, BUP-FP en vez de los últimos modelos de Primaria-ESO-Bachilerrato-Ciclos de Formación Profesional?

A fecha 2.IX.06:

SÍ.............. 29 votos
NO............ 1 voto
NO SÉ...... 7 votos

XVI Conferencia Internacional de SIDA en Toronto

DVD: Bosco, la historia de mi secuestro

BOSCO: LA HISTORIA DE MI SECUESTRO
Productora: ROMEreports
En 1990, el arquitecto mexicano Bosco Gutiérrez-Cortina fue secuestrado cuando salía de Misa y recluido durante nueve meses en un zulo de tres metros cuadrados.
Incluye, además de entrevistas exclusivas con la víctima y con su esposa, imágenes inéditas, comentadas por él mismo, del minúsculo zulo en el que estuvo recluído durante 257 días.
Duración: 61 minutos.
Precio: 12 Euros.
INFORMACIÓN Y SOLICITUDES:

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