Dignidad humana

2.7.06

Enseñar: ¡Qué gran trabajo!

Este curso que acaba de terminar he trabajado, entre otras cosas, como profesor tutor de una clase de Bachillerato. Pienso que he podido enseñar a los alumnos contenidos importantes. Me ha llamado la atención el interés por el estudio y el buen ambiente del curso. También hemos hecho varias excursiones de aprendizaje medioambiental. Realizamos dos viajes de varios días; uno de ellos a Valencia, para visitar la Ciudad de las Ciencias y las Letras. He disfrutado mucho con ellos. Pienso que conozco bien mi profesión, tras más de veinte años de docencia, con sus penas y sinsabores, quizás más fuertes de lo que pueda parecer desde fuera. Pero en algunas ocasiones se hace real el sentido profundo de la palabra colegio: comunión de voluntades, esfuerzo, amistad y alegría. Personalmente he procurado apoyarme en el estudio, en la oración y en intentar asomarme a la vida desde la mirada simpática de mis alumnos. Quizás un buen número de veces no se llega a crear clima de familia en clase; pero cuando se logra, como en esta ocasión, uno experimenta que enseñar es la profesión más fantástica del mundo.

José Ignacio Moreno Iturralde