Dignidad humana

30.7.04

Los embriones humanos como materia prima

En estos días ha sido noticia la obtención de las primeras líneas celulares desarrolladas en España a partir de embriones humanos congelados excedentes de fecundación in vitro, experiencia realizada por investigadores del Instituto Valenciano de Infertilidad.

Es difícil que nadie se atreva a disentir sobre la bondad de estas experiencias que se vinculan a la posibilidad de tratar diversas enfermedades hoy incurables. Sin embargo, la opinión unánime de todo el mundo científico es que al menos habrán de transcurrir entre cinco y diez años para que las células madre –no las embrionarias, sino las adultas– puedan ser utilizadas en la práctica clínica para curar algunas de estas enfermedades. De las células madre obtenidas de embriones humanos, ni se prevé cuándo podrán ser aplicadas con finalidad curativa.

Por ello, unir este hecho experimental con el tratamiento de enfermedades incurables me parece que es intentar utilizar el dolor de los enfermos para justificar unas experiencias biomédicas que ineludiblemente llevan unida la destrucción de un elevado número de embriones humanos, algo difícil de admitir desde un punto de vista ético.

En efecto, según el comunicado emitido por los responsables de estas experiencias científicas, “se empezaron las mismas con 16 embriones, de un total de 40 embriones congelados que llegaron al nivel de blastocisto”. Es decir, que estas dos líneas celulares no se obtuvieron de embriones de 4 a 6 células recién descongelados, cuya viabilidad podría ser incierta, sino que estos embriones se cultivaron hasta la fase de blastocisto, embriones de 60 a 100 células, por supuesto totalmente viables, y de ellos es de donde se obtuvieron las dos líneas celulares. Esto implica que se requirió, al menos, la destrucción de 40 embriones humanos para poder obtener las dos líneas celulares.

¿Cuántos embriones destruidos?

Pero lo que no conocemos es de cuántos embriones se partió para obtener los 40 blastocistos útiles. Probablemente de más de un centenar, cifra acorde con la opinión científica mayoritaria que sostiene que para obtener una línea celular de adecuada calidad, susceptible de ser utilizada en experiencias biomédicas, hay que partir de entre 100 y 200 embriones humanos de buena calidad.

Hay investigadores, como los que han llevado a cabo estas experiencias, a quienes les parecerá éticamente correcto destruir 100 embriones humanos para obtener una línea de células madre embrionarias para sus investigaciones básicas biomédicas. Pero a mí me parece que esto es injustificable desde el punto de vista ético.

Sin duda, la investigación básica de todo lo relacionado con las primeras etapas de la vida embrionaria humana es muy importante, pero habría que buscar otros medios que no lleven aparejada la destrucción de embriones humanos.

Pero además de todo lo anterior, conviene no olvidar que para poder curar a un enfermo concreto hay que utilizar células madre obtenidas de embriones clonados a partir de material genético del propio enfermo que se quiere tratar. Es decir, hay que producir un ser humano clónico del paciente, cosa que hasta ahora no se ha conseguido, y que por supuesto no se da en las experiencias realizadas en el Instituto Valenciano de Infertilidad.

Nunca las células madre obtenidas de embriones congelados excedentes de fecundación in vitro, como es el caso que se comenta, pueden ser útiles para curar directamente a un paciente. Pueden servir para realizar experiencias que quizá en un futuro aporten alguna luz para este tipo de tratamientos, pero en el momento actual no se puede afirmar que con estas dos líneas celulares se va a poder tratar patologías humanas hasta ahora incurables. Esto es desinformar a la opinión pública y crear en los pacientes falsas expectativas de curación.

Al margen de la ley y de la ética

Un tercer aspecto de esta noticia es a su difícil encaje en el marco legal que actualmente regula este tipo de experiencias en España. Como bien se sabe, la ley que debe regular la utilización de embriones congelados sobrantes de fecundación in vitro para experiencias biomédicas, fue aprobada por el Parlamento el pasado 23 de noviembre; pero para su aplicación debía redactarse un reglamento que regulase, entre otras cosas, las condiciones en las que los padres biológicos de los embriones deberían autorizar su uso, reglamento que todavía no ha visto la luz. De modo que en el momento actual no existe una legislación específica que regule en España este tipo de experiencias. Pero, además, los mismos responsables de estas investigaciones han manifestado que éstas se iniciaron hace dos años y medio. Es decir, mucho antes de que se aprobara la ley.

Es necesario que estas experiencias se desarrollen dentro del marco legal, pero considero aún más importante que lo hagan dentro de un marco ético, Pero en este caso, las experiencias que se comentan no sólo son éticamente inadmisibles, sino también ilegales.

Justo Aznar. Jefe del Departamento de Biopatología Clínica en el Hospital La Fe (Valencia).

Sida: Los países que han frenado la epidemia dieron prioridad a la promoción de la abstinencia y la fidelidad

Ningún país ha parado la epidemia principalmente por medio de la promoción del preservativo

La reciente conferencia mundial sobre el sida celebrada en Bangkok (11 al 16 de julio) ha constatado el desarrollo de la epidemia y también ha revisado las estrategias seguidas en países donde se ha conseguido frenarla. El caso más patente es Uganda, donde la proporción de infectados ha pasado del 15% al 5% en la última década (ver servicio 171/03). En cambio, no hay casos de retroceso cuya estrategia se haya basado en los preservativos.

Este diagnóstico comienza a abrirse paso en artículos publicados en revistas científicas, algunos de los cuales son mencionados en un servicio de la agencia Zenit. En marzo pasado, dos expertos se preguntaban en la revista Studies in Family Planning si la promoción de preservativos estaba sirviendo para controlar la epidemia (Condom Promotion for AIDS Prevention in the Developing World: Is It Working?). Norman Hearst, de la Universidad de California, y Sanny Chenn, epidemióloga del Departamento de Sanidad de San Francisco, se referían a los países en desarrollo y constataban que en el África subsahariana “los índices de transmisión del VIH han seguido siendo altos a pesar de los altos índices de utilización de preservativos. No hay todavía un ejemplo claro de un país que haya parado una epidemia generalizada principalmente por medio de la promoción del preservativo”.

Pero sí existen países donde la epidemia retrocede. Hearst y Chenn mencionan Uganda, donde la campaña contra el sida se ha centrado en fomentar la abstinencia para retrasar la actividad sexual de los adolescentes, y en respaldar la fidelidad a una única pareja. Sólo en tercer lugar insiste el programa ugandés en la utilización de condones, y los autores del artículo descartan que el retroceso de la epidemia se deba a esto: “La principal causa de la caída de la incidencia en Uganda ha sido una bajada sustancial en el número de compañeros sexuales casuales”. Este dato se repite, según Hearst y Chenn, con las mujeres embarazadas en zonas de Zambia y Tanzania. En las conclusiones de su estudio, pedían que el uso de condones “se integre mejor con otras estrategias de prevención”, que “se mida más rigurosamente el impacto de su promoción” y que ésta se aumente en “grupos de alto riesgo”.

También un grupo de seis expertos capitaneado por James D. Shelton se atrevió a publicar el 10 de abril en el British Medical Journal un artículo (Partner reduction is crucial for balanced “ABC” approach to HIV prevention) en el que afirmaban que las mismas conclusiones son válidas para Tailandia, Camboya, Etiopía y la República Dominicana: “El cambio de conducta sexual es la clave para prevenir la expansión del VIH”.

Shelton y sus colegas tienen la valentía de reconocer lo evidente: “Parece obvio, pero no habría ninguna pandemia global del sida si no hubiera relaciones sexuales de pareja múltiples”. Con un lenguaje “políticamente correcto” proponen combatir la epidemia con una estrategia ABC, donde A sería abstinencia-retraso en las relaciones sexuales, B la fidelidad y C el uso de condones. Los autores piensan que la reducción de personas con las que se mantienen relaciones sexuales ha sido hasta ahora el factor descuidado de la lucha contra el sida.

En Estados Unidos se empieza a prestar más atención a este “pariente pobre”, y así el Washington Times (3 de febrero) citaba una afirmación de la doctora Julie Gerberding, directora del Centro de Prevención de Enfermedades de EE.UU.: la mejor forma de evitar el papilomavirus humano –una enfermedad de transmisión sexual responsable del 90% de los cánceres cervicales en mujeres– “es tener un único compañero sexual no infectado”.

Volviendo al sida, Helen Epstein, investigadora del Centro para la Salud y el Bienestar de la Universidad de Princeton, publicaba un artículo en New York Times Magazine (13 de junio), donde señalaba el “extraño silencio” que sobre la eficacia de la abstinencia y la fidelidad guardan “los documentos de planificación del gobierno, los informes de las agencias de Naciones Unidas, las campañas de concienciación sobre el sida y los programas educativos”. Epstein pasó año y medio a partir de 1993 precisamente en Uganda, por entonces el país con mayor tasa de infección por VIH del mundo. Y fue testigo de la campaña de fidelidad matrimonial promovida por el gobierno ugandés desde 1986, de la reducción de las relaciones sexuales “casuales” en un 60% entre 1989 y 1995, y del consecuente descenso en la infección por VIH.

Aceprensa.

29.7.04

En defensa del matrimonio civil

Las primeras escaramuzas en la polémica sobre las bodas gay en España han enfrentado al gobierno y a la Iglesia católica antes de que exista un proyecto de ley. Pero no conviene olvidar que no estamos aquí ante una cuestión de confesionalismo frente a laicidad, sino ante un debate sobre el futuro del matrimonio civil.

Los obispos advierten que “si el Estado procede a dar curso legal a un supuesto matrimonio entre personas del mismo sexo, la institución matrimonial quedará seriamente afectada. Fabricar moneda falsa es devaluar la moneda verdadera y poner en peligro todo el sistema económico. De igual manera igualar las uniones homosexuales a los verdaderos matrimonios es introducir un peligroso factor de disolución de la institución matrimonial y, con ella, del justo orden social”.

El gobierno responde, por boca del ministro de Justicia, que “la jerarquía católica no puede ni debe interferir en la actuación del legislador en el ámbito que le corresponde” y que así como nadie discute a la Iglesia su derecho a regular el sacramento del matrimonio, el Estado reclama la autoridad para regular el matrimonio civil.

En la réplica del gobierno se advierte ya una experimentada táctica: convicciones que forman parte del patrimonio moral de la civilización, pasan a ser etiquetadas como creencias religiosas personales e intransferibles, lo que permite descartarlas de entrada a la hora de legislar. López Aguilar señaló que “desde ese mismo respeto que el gobierno profesa a la Iglesia, reclamará respeto a lo que para la mayoría de la sociedad está fuera de discusión”.

Pero si hay algo que no está fuera de discusión es una ley sobre el matrimonio, que afecta a los ya casados y a los que se casarán. Los ya casados se unieron sobre la base de un concepto de matrimonio que ahora se pretende alterar. Por lo tanto, tienen algo que decir. Y los que se casarán tomarán también su decisión teniendo en cuenta el tipo de matrimonio que la ley diseñe.

Este debate, que está abierto en España como en otros países, exige una discusión seria. Lo que importa no es si una postura sobre el matrimonio coincide o no con creencias religiosas o ateas, sino la sabiduría de sus argumentos, las consecuencias que se derivan de ella, las razones jurídicas que la avalan.

Por eso no tiene sentido decir que la Iglesia católica pretende “imponer” su doctrina a la sociedad. Todo grupo que se pronuncia sobre una ley pretende influir en ella, lo cual es un mecanismo sano en una sociedad democrática que busca la participación de los ciudadanos. Por la misma razón podría decirse que la Federación de gays y lesbianas pretende imponer su peculiar concepción del matrimonio a la sociedad. O que Greenpeace quiere imponer su particular visión a todos cuando se pronuncia sobre las centrales nucleares. Al final, la ley se adoptará por mayoría en el Parlamento, y los que tengan más votos impondrán su concepción del matrimonio a todos los demás.

Pero lo que está en juego no es la contraposición entre matrimonio civil y canónico, sino algo que afecta a la razón de ser del matrimonio civil. Cuando en 1998 se discutió en Francia el llamado Pacto Civil de Solidaridad (PACS), que daba un estatuto legal a las uniones de hecho, también a las homosexuales, y las equiparaba en algunos derechos con el matrimonio, las Iglesias (católicos, protestantes, musulmanes y judíos) se manifestaron en contra. Pero también hubo una declaración, firmada por más de 18.800 alcaldes (unos dos mil de izquierda, seis mil de derecha y más de diez mil independientes), en “defensa del matrimonio republicano”, en la que se oponían a refrendar las uniones homosexuales. Y eso que el PACS, después aprobado, no tiene ni mucho menos el rango de matrimonio.

Los alcaldes firmantes de la declaración recordaban que la República hizo del matrimonio una celebración laica, presidida por el alcalde: “No hay otro acontecimiento en la vida del ciudadano, de su nacimiento a su muerte, que reciba tal honor”. Los alcaldes temían el descrédito que podía sufrir el matrimonio civil, al equiparar en ciertos derechos a las uniones homosexuales con el matrimonio. “Este pequeño grupo [activistas homosexuales], que tiene que hacer tanto ruido al ser muy minoritario, se preocupa poco de las consecuencias de la ley sobre el conjunto de la sociedad”. Si hay que reconocer con solemnidad pública las uniones homosexuales, “¿por qué no la unión polígama? –se preguntaban los alcaldes–. ¿En qué es menos respetable que la familia homosexual?”. Cuestión no meramente teórica, habida cuenta de la creciente presencia en Europa de grupos étnicos que admiten la poligamia.

En definitiva, lo que está en juego es el prestigio y el futuro del matrimonio civil.

Ignacio Aréchaga. Aceprensa.

La vieja dama

La visita de la vieja dama, la más célebre de las obras teatrales de Dürrenmatt, es una buena parábola del insistente olor a podrido que percibimos en la moderna biomedicina.

Una vieja dama regresa un día al pueblo del que se vio obligada a marchar hace más de cuarenta años. En esas cuatro décadas, todo ha cambiado mucho: mientras el pueblo está hundido económicamente, con toda su población empobrecida y un aspecto ruinoso, la vieja dama, viuda de un magnate del petróleo, ha heredado una de las fortunas más grandes del mundo. Las lógicas esperanzas del pueblo se ven correspondidas por su ilustre hija, que promete un desorbitante regalo de mil millones de dólares: quinientos para el municipio y quinientos para repartir entre todas las familias. Pero la vieja dama se había ido del pueblo con su embarazo juvenil y su deshonra, abandonada por el hombre que amó. Y ahora supedita su magnanimidad a una inesperada condición: los mil millones serán para el pueblo y sus familias si alguien mata a ese hombre.

El alcalde, indignado, recuerda a la dama que "estamos en Europa", no en la selva, y en nombre del pueblo rechaza la oferta: "preferimos seguir siendo pobres a mancharnos de sangre".

Alfred, el hombre que abandonó a la vieja dama cuando ambos tenían menos de veinte años, tiene una tienda de ultramarinos y es un vecino muy popular. Por su tienda pasan ahora sus clientes para manifestarle que están con él incondicionalmente. Al mismo tiempo, todos empiezan a comprar por encima de sus posibilidades, sin pagar al contado: "apúntelo en la cuenta", dicen. Todos piden la mejor carne, el tabaco más caro, un whisky prohibitivo...

También empiezan a comprar electrodomésticos y automóviles a crédito, a vestir ropa nueva... El pueblo está contento, desconocido, y Alfred empieza a tener claro que la gente "se prepara a celebrar la fiesta de mi asesinato". No se equivoca. El alcalde le visita una noche para entregarle un fusil cargado, con estas razones: "Sería deber suyo poner fin a su vida ahora, asumiendo las consecuencias como un hombre de honor, ¿no le parece? Aunque sólo fuera por espíritu de solidaridad, por amor a su pueblo natal. Usted ya conoce nuestra amarga penuria, la miseria, los niños hambrientos...".

No voy a contar cómo termina esta historia, porque en realidad todo termina cuando el pueblo cede a la tentación de la riqueza y prepara el asesinato de Alfred. Dejarle con vida no cambiaría las cosas, pero matarle sería un excelente negocio. Don Dinero siempre fue poderoso caballero, y para justificar lo injustificable nunca faltan razones. La visita de la vieja dama, la más célebre de las obras teatrales de Dürrenmatt, es una buena parábola del insistente olor a podrido que percibimos en la moderna biomedicina.

Nadie niega que el aborto y los diversos medios de contracepción producen beneficios astronómicos a las clínicas abortistas y a ciertas multinacionales famacéuticas. También sabemos que la investigación biomédica se ha disparado por los enormes intereses económicos que pone en juego. Por eso, el político que acusaba al partido opositor de oponerse a la investigación con células madre embrionarias por prejuicios religiosos, en realidad estaba lanzando una sospechosa cortina de humo. En estos asuntos, detrás de decisiones políticas alegremente permisivas suele haber mucho dinero y muchos votos. La vieja dama no lo pudo expresar mejor, hace ya medio siglo: "Quiero comprar la justicia, justicia por mil millones".

José Ramón Ayllón.

28.7.04

«Las rescatadoras» logran salvar a cien niños de las garras del aborto en España

Dos madrileñas se encargan de convencer a las mujeres que quieren acabar con su embarazo.

Su trabajo es anónimo. Pocos saben de la existencia de estas dos mujeres madrileñas que tienen como vocación vital, en sus ratos libres, de atender a aquellas mujeres que están indecisas entre tener al hijo que llevan dentro o abortar. Familiares y amigos de estas chicas son los que suelen contactar con alguna organización pro-vida para solicitar ayuda. En ese momento entran en acción «las rescatadoras». Abordan a la embarazada y tratan de darle ánimo. Le explican el drama del aborto y las consecuencias psicológicas para la mujer. Le ofrecen ayuda para el futuro. Ya han salvado a 100 niños del aborto.

Están disponibles las 24 horas del día. Las conocen como «las rescatadoras» y su función es ganarse la confianza de aquella mujer embarazada que quiere acabar con el niño que lleva dentro por presión familiar, del novio o por puro miedo al futuro. En tan sólo cinco años han logrado salvar de las garras del aborto a 100 niños. La familia o los amigos de la embarazada suelen reclamar ayuda a las asociaciones Pro-vida ante la intuición de que la hija, la hermana o la novia está rumiando abortar. Pro-vida llama a las rescatadoras, y éstas, se ponen a trabajar. Hablan con el «contacto» de la embarazada y recaban información sobre las circunstancias personales y familiares que rodea a la mujer en cuestión. Entonces, «las rescatadoras» intentan aproximarse a la embarazada creando un clima de confianza.

Clínica Dator. El último «trabajo» que realizaron estas heroínas fue hace unas semanas. Manuela tenía ya hora en la clínica Dator para ir a abortar. Estaba de cinco meses y medio. La madre de Manuela decidió llamar a Pro-vida ante la ineficacia de sus argumentos para que su hija no abortase. «Las rescatadoras», tras hablar con la madre de Manuela, se presentaron un día en la casa por sorpresa. Ante el susto inicial, Manuela decidió sincerarse. Aún con dudas sobre su embarazo, accedió a ver con sus propios ojos la ecografía de su bebé. Un ginecólogo amigo de «las rescatadoras» abrió su consulta de madrugada para que Manuela comprobara como su hijito se chupaba el dedo, bostezaba, daba pataditas y tenía la cabeza y los ojos perfectamente formados. Tras ese shock, Manuela y su novio decidieron continuar con su embarazo.

«Las rescatadoras» suelen repetir que «ninguna mujer, con intención de abortar, que finalmente ha decidido tener a su hijo se arrepiente. Sin embargo, las que abortan, la mayoría sufren en silencio».

Otro caso en el que intervinieron fue el de Carmen. Con 22 años se quedó embarazada. Su familia quería que abortara. La jefa del trabajo fue contundente: «Abortas o te vas». Sus amigas le decían que era una «egoísta» por tener al niño. Su novio... bueno, desapareció del mapa y sigue en paradero desconocido. La tabla de salvación de Carmen fue José Luis, hoy su marido, que pidió ayuda a «las rescatadoras» y logró salvar al niño. José Luis y Carmen crearon hace un año una de las más vigorosas organizaciones Pro-vida que hay en España.

Con miedo. Se llama Laura y tenía 23 años cuando se quedó embarazada. Se encontraba sola. Nadie le apoyaba en su embarazo: ni sus amigas, ni su familia, nadie. Todos le empujaban a abortar. Pero tampoco nadie le contó lo que venía detrás: las pesadillas, las depresiones... Nadie le explicó que existía el «síndrome post aborto», que estuvo a punto de sufrir. «Cuando estaba de camino a la Dator relata Laura un señor me paró por la calle al ver mi cara de angustia. Le expliqué que iba al médico y se ofreció a acompañarme. Una vez allí, todo eran facilidades: mi supuesto desequilibrio psicológico me permitiría abortar sin problemas. Cuando el señor que me acompañaba comprendió lo que iba a hacer me aconsejó hablar con alguien que hubiese pasado por lo mismo que yo, y me puso en contacto con la Fundación Vida». Después de hablar cuatro horas con una «rescatadora» recapacitó y decidió no abortar. Hoy se siente feliz.

Álex Rosal. La Razón.

Carta al Sr. Zapatero

Señor Presidente: Soy un simple ciudadano. No juzgo a su persona, que quizás sea mucho mejor que la mía; pero si quiero referirme a algunas de sus acciones que considero delictivas. Me explico: Cuando ya se disponen en internet (Por ejemplo http://www.createhealth.org/p_gall.html) de fotografías y vídeos de todo el desarrollo embrionario del ser humano, es improcedente una ley de ampliación del aborto constituyéndolo en un derecho de la mujer. Tenga usted el valor de ver esas imágenes y juzgue “sin convicciones que frenen el progreso” si se pueden desproteger esas vidas humanas. Su pretendida ley de ampliación del aborto- y la práctica habitual actual que de hecho olvida la ley por ahora vigente- es criminal. Jurídicamente su nueva ley es incompatible con la Sentencia del Tribunal Constitucional de abril de 1985 que afirma que es un deber del Estado proteger al feto humano. Rectifique, Señor Zapatero. Ante estas realidades científicas y visibles ya no vale un rancio progresismo de salón, cínico e hipócrita: 800.000 niños abortados son demasiado.

José Ignacio Moreno Iturralde

Victoria Uroz denuncia que se informa mal a las mujeres que abortan

Carmelo López-Arias (Elsemanaldigital.com).-La Asociación de Víctimas del Aborto defiende a las mujeres que abortaron sin que nadie les hablase ni de opciones ni de las consecuencias que ahora padecen.

27 de julio. "El nombre de la asociación se refiere a ellas y a sus hijos", nos dice Victoria Uroz, secretaria y portavoz de la Asociación de Víctimas del Aborto (AVA). Y ¿quiénes son ellas? Mujeres, y en ocasiones también hombres (sus parejas), que un día padecieron un embarazo con problemas, acudieron a pedir información, y ni se les habló de otras posibilidades, ni se les detallaron las consecuencias físicas y psicológicas de un aborto.

"La asociación nació a principios de año. Hemos escuchado a estas mujeres, a estas parejas, hemos pasado muchas horas con ellos. Son víctimas porque no habrían abortado si hubieran encontrado apoyo, y ahora se encuentran con que el aborto no les ha solucionado nada", cuenta Uroz, que es médico y forma, junto con la pedagoga y presidenta de la asociación, Carmina García-Valdés, y su vicepresidente y profesor universitario Pablo Sánchez, la columna vertebral de AVA: "En España este aspecto no se conoce. Nosotros queremos ser un canal de comunicación: las víctimas cuentan lo que les pasa y así pierden el miedo a hablar de ello. Están escribiendo un libro contando lo que les ha pasado".

Y lo que les ha pasado es que en España es facilísimo abortar, y muy difícil tener un hijo si existen problemas económicos, presión social para no tenerlo, etc. Victoria Uroz denuncia dos claros incumplimientos legales, tanto por parte de los Centros de Salud y de Planificación Familiar, como de las mismas clínicas abortistas. "El Real Decreto 2409/86 establece que los profesionales sanitarios deben informar de otras opciones y de medidas de asistencia social y orientación familiar que pueden ayudar a la mujer en dificultades. La ley 41/2002 obliga a explicar al paciente las consecuencias de las intervenciones quirúrgicas", dice. Las personas que han acudido a AVA, sin embargo, denuncian que ni una cosa ni otra se les dijo: ni opciones, ni consecuencias.

Clínicas que generan más enfermos

Le preguntamos a Victoria por esas consecuencias, que conoce bien por su profesión médica: "Las clínicas abortistas informan básicamente de tres en la operación, mas no citan porcentajes. Son: la muerte, cuyo riesgo es tres veces superior al de un embarazo llevado a término; la perforación, que oscila entre el 0,2 y el 1,2%; y el aborto incompleto. Pero después del aborto está el síndrome postaborto, que según el Instituto Elliot alcanza al 84-91% de las mujeres, en forma de depresión, alteraciones del deseo sexual, rechazo de la pareja, etc. O el aumento de riesgo de perder el siguiente hijo. Un estudio del British Medical Journal informa de que la tasa de suicidios entre las mujeres que abortan es tres veces superior a la media".

Por todas estas razones, Uroz insiste: "Somos una asociación de víctimas. Estamos en defensa de las mujeres, que se sienten víctimas porque se violó su derecho a la información. Por el momento canalizamos las peticiones que ellas nos hacen y contamos lo que ellas nos cuentan. Se están armando de valor y muy pronto lo van a hacer ellas". En Estados Unidos o en el Reino Unido ya es habitual que las mujeres que han sido víctimas del aborto acudan, ellas mismas, a los políticos para que las escuchen y pongan fin a este problema.

800.000 parejas para hacer memoria de sus hijos

La Asociación de Víctimas del Aborto atiende a las personas (no siempre mujeres) que acuden traumatizadas por esta intervención y les facilita atención psiquiátrica o ginecológica, o bien asistencia social. Nacieron en Madrid, y con suma rapidez se han extendido por toda España, y su vocación es estar representados en todo el país: "Nosotros no nos metemos a juzgar a la gente. Para los que quieran, estamos. Hace poco nos llamó una mujer diciendo que había abortado y que no se sentía nada mal. Le dije que entonces le ofrecía colaborar con nosotros y ayudar a las mujeres que han abortado y sí están sufriendo. Ahí ya dijo que lo que no quería era ayudar a asociaciones de este tipo". Nos cuenta que otra mujer el otro día les llamó para darles las gracias: "Os agradezco que existais, para que otras personas no pasen por lo mismo que yo pasé".

El objetivo de AVA es lograr que las mujeres que manifiesten su voluntad de abortar reciban información sobre otras opciones (casas de acogida, ayudas familiares, etc.), y también sobre las consecuencias físicas y psíquicas del aborto. Que si una mujer padece dificultades en su embarazo y quiere seguir con él, pueda hacerlo, en vez de verse agobiada por ese conjunto de factores (miedo, rechazo, posibilidad de perder el trabajo, amigos, familia, centros de salud o planificación familiar, etc.) que a veces configuran un auténtico complot contra ellas. "Conocemos muchos casos", apunta Victoria Uroz, "del tipo O abortas o te echo del trabajo o del tipo O abortas o te dejo. En España son ya más de 800.000 parejas desde 1985 las que han abortado. Nosotros estamos para acogerlas, no para luchar contra la ley del aborto, sólo para canalizar los problemas de las personas que han abortado".

Ciertos dramas parecen no tener fin, pero sí podrían tener una liberación en forma de expresión física, palpable: "Algunas víctimas hablan ya de hacer un monumento o una placa en memoria de sus hijos", comenta Uroz. Con el terrorismo eso tardó en llegar veinte años. Ojalá no dejemos pasar el mismo tiempo con esta otra tragedia nacional, que se llevó el año pasado 70.000 vidas humanas por delante.

No Más Silencio ofrece la primera Terapia Post-aborto en España

La iniciativa internacional NO MAS SILENCIO, formada por mujeres que han sufrido las secuelas de un aborto provocado, ha comenzado sus actividades en España a través de su página web www.nomassilencio.com para informar a la sociedad de los estudios internacionales sobre el Síndrome Post-aborto y ofrecer una terapia especializada.

Las miles de mujeres que, en España, sufren las secuelas psicológicas del aborto provocado podrán ya recibir ayuda cualificada a partir del próximo mes de septiembre, en que se realizará el primer Encuentro Terapéutico del Síndrome Post-aborto en Madrid. El encuentro de fin de semana del día 17 al 19 de septiembre irá precedido de una conferencia sobre el tema a cargo de Celia Ryan, especialista norteamericana en terapia del duelo (http://www.griefworks.com/), el día 16. El lugar para ambos eventos se comunicará a su debido tiempo.

El Síndrome Post-aborto afecta, tarde o temprano, a un 91% de las mujeres que han abortado, que en España suman ya más de medio millón, y es una variante del Trastorno de Stress Post-Traumático (PTSD) que aparece en las víctimas de actos violentos y terroristas. El Síndrome Post-aborto se distingue del PTSD por el secretismo que lo rodea y por el sentimiento de culpa y necesidad de reparación. A pesar de figurar en manuales de psicología y psiquiatría de universidades norteamericanas y de otros países occidentales, los prejuicios políticos impiden la divulgación y adecuado tratamiento de un grave trastorno que ocasiona índices de suicidio tres veces superiores a la media de la población, cuadros psíquicos crónicos y conductas de riesgo de todo tipo.

Los interesados en acudir del 17 al 19 de septiembre de 2004, escriban a la Presidenta de la Asociación, Pilar Gutiérrez: PILAR.GV@terra.es

Victoria Uroz Martínez
Secretaria de la Asociación de Víctimas del Aborto
c/ Fuencarral, 5-1 dcha. 28004 Madrid
91 5484249 / 620 858696
http://www.vozvictimas.org

27.7.04

Torturas y pornografía: la degradación de la humanidad

Como a todos, las imágenes que han ido apareciendo a lo largo del mes de mayo de las torturas en la cárcel de Abu Ghraib, me han impresionado muchísimo. En un primer momento, me impactó la degradación de la humanidad que entrañaba el sometimiento de los presos iraquíes a vejaciones sexuales y de todo tipo por parte de sus carceleros: trataban a los iraquíes como objetos de diversión y al hacer esto se ponían a sí mismos en el nivel de los animales que torturan a sus víctimas antes de devorarlas. Quizá la imagen más gráfica -que muchos conservaremos en nuestra memoria- es la de Lynndie England, la soldado de 21 años, que mira con desprecio a un iraquí desnudo, tirado en el suelo como un animal abatido, al que lleva en su mano izquierda atado por el cuello con una correa de perro. En los ojos de Lynndie England no hay odio, solo un desprecio infinito.

En un segundo momento, lo que llamó mi atención no fueron tanto las horribles imágenes en sí mismas, sino el lamentable aspecto de carnaval pornográfico que tenía toda la serie de fotografías distribuidas. El periódico británico The Guardian llamó particularmente la atención sobre este punto. El festival de violencia que mostraban las imágenes tenía un carácter típicamente pornográfico: muchas de las víctimas habían sido reducidas a objetos de exhibición, llevaban capuchas o no mostraban sus caras; los hombres y mujeres autores de los abusos aparecían posando con aire triunfal delante de sus "proezas"; a su vez, quienes tomaban las fotos concentraban su atención en los genitales de sus víctimas y en aquellos aspectos que más pudieran llamar la atención del espectador. Como advirtió Luc Sante, aquellas fotos eran como los trofeos de un safari fotográfico.

Tal como escribía la historiadora Joanna Bourke el 7 de mayo, "no hay aquí perplejidad moral ninguna: los fotógrafos ni siquiera parecen advertir que están registrando un crimen de guerra. No hay el menor indicio de que estén documentando algo moralmente equivocado. Para la persona de detrás de la cámara, la estética de la pornografía le protege de cualquier culpa". Esas fotos no son sobre "los horrores de la guerra", sino que en su mayoría son una glorificación de la violencia y el abuso sexual. Da la impresión de que muchas de esas fotos fueron tomadas por gentes a quienes agradaba lo que estaban viendo, que disfrutaban con esas "hazañas" de humillación sadomasoquista. "La pornografía del sufrimiento que muestran estas imágenes -concluye Bourke- es de naturaleza voyeurística. El abuso se lleva a cabo para la cámara".

De los debates que han seguido durante las semanas siguientes, quiero destacar la explicación de Donald Rumsfeld acerca de la distribución de esas imágenes. Se quejaba el Secretario de Estado norteamericano de que ya no era posible censurar las cartas de los soldados como en los viejos tiempos tachando las líneas inadecuadas, pues hoy en día los soldados no escriben cartas, sino que "funcionan como turistas que viajan con sus cámaras digitales, toman esas increíbles fotografías y las pasan a los medios de comunicación para sorpresa nuestra y en contra de la ley". Las cámaras digitales, los ficheros JPEG y el correo electrónico diseminan de inmediato por todo el mundo las "gestas" de estos turistas tan especiales que, imbuidos de la "cultura de la pornografía", se dedican a la tortura y al abuso sexual de ciudadanos de aquel país al que supuestamente iban a liberar.

En los últimos días -daba la noticia Katharine Vine- ha aparecido un nuevo elemento que da indicios del enorme poder de la industria pornográfica: la producción y distribución de películas que muestran la violación de mujeres vestidas de iraquíes por hombres vestidos de soldados estadounidenses. El problema de fondo es -me parece- la enorme expansión de la pornografía en la última década a través de internet. Si se busca "sex" en Google proporciona en 0,11 segundos la friolera de 204 millones de resultados que contienen las escenas más horripilantes de sexo y degradación que hasta el momento los seres humanos han logrado imaginar. Las penosas escenas de la cárcel de Abu Ghraib ponen delante de nuestros ojos el estrecho vínculo que hay entre tortura y pornografía. Susan Sontag se preguntaba hace unos pocos días en el New York Times cuántas de las torturas sexuales infligidas a los presos en Abu Ghraib habían sido inspiradas por el enorme repertorio de imágenes pornográficas disponibles en internet que los soldados trataban de emular ante las cámaras de sus compañeros.

¿Cómo influye la pornografía en la vida real de sus consumidores? Así como sabemos que el tabaco daña gravemente a la salud, ¿cómo afecta el consumo de pornografía a los seres humanos? Los estudios científicos disponibles no llegan todavía a un consenso total, pero las escenas de Abu Ghraib me parece que muestran de manera bien patente la capacidad que la pornografía tiene no solo de herir la sensibilidad del espectador, sino de dañar su conducta, de degradar su humanidad. Como decía el título de un libro francés sobre esta materia: La marea negra de la pornografía. Una plaga de orígenes y de consecuencias mal conocidos. El efecto más negativo de la pornografía es, muy probablemente, que afecta a la imaginación de sus consumidores hasta el punto de llegar a transformar reductivamente -esto es, a reducir a mera satisfacción sexual- las relaciones entre los seres humanos. Como las relaciones entre las personas están mediadas por su imaginación, la sistemática reducción de las relaciones entre mujeres y varones a su excitación sexual implica una degradación violenta de nuestra humana condición.

Las imágenes de la cárcel de Abu Ghraib han traído a mi memoria una anotación en su diario del reciente premio Nobel de Literatura Imre Kerstész, superviviente de Auschwitz y Buchenwald: "Las dos grandes metáforas del siglo XX: el campo de concentración y la pornografía -ambas bajo el punto de vista de la servidumbre total, de la esclavitud-. Como si la naturaleza mostrara ahora su lado funesto al hombre, a su nacimiento, desvelando radicalmente la naturaleza humana". La tortura y la pornografía son aspectos complementarios de la degradación de la naturaleza humana que ha caracterizado a nuestro tiempo. El NO rotundo a la tortura que atraviesa nuestra sociedad ha de ir acompañado de un NO igualmente rotundo a la pornografía que es su cara oculta o quizá más bien la forma mediáticamente correcta de su presentación.

En la medida en que aspiramos a forjar una sociedad democrática, plural y respetuosa de la igual dignidad y de las diferencias entre varones y mujeres, ha de afrontarse decididamente la eliminación de la excitación sexual en los medios de comunicación. La tolerancia ingenua de la pornografía en los medios de comunicación, incluido internet, so capa de libertad de expresión, conduce a la degradación de la condición humana que muestran las penosas imágenes de Abu Ghraib.

Jaime Nubiola. Profesor de Filosofía de la Universidad de Navarra.

Feminismo a ultranza

Es preciso educar la mirada para contemplar la condición femenina. La feminidad tiene que ser apreciada por si misma. La feminidad es escucha, acogida; puede ser una ráfaga de alegría o un amanecer de contento. La feminidad es orden, comprensión, economía tan exigente que puede prodigar con frecuencia extraordinarios. La feminidad es temperamento, es un dulce darse con voluntad indómita y enamorada. Se trata de una genial ingenuidad porque la condición femenina es sencilla en su raíz. Su madurez radica en su realismo y como es realista tiene buen humor.

La mujer es la tierra madre; el humus de todas las patrias, el corazón de casi todos los hombres, la causa de muchas banderas. La condición femenina es reina y señora porque reina sirviendo; de ahí surge su fortaleza vital, su posicionamiento firme en la vida, su ser fuente de alegría, su descomplicación.

La mujer ama más porque su visión es intuitiva, nuclear, detecta a la legua al que ama y al que sólo desea. La mujer es especialmente apta para amar, para darse, y el amor es imprevisible. Por esto la condición femenina se bandea con soltura en el oleaje de la vida, las coge al vuelo, las ve venir… y, si son para bien, no las deja pasar.

La feminidad es colores en la merienda, arte en la tarta de cumpleaños, perfume tenue en la ropa lavada, inteligencia preclara en la dirección de empresa, tesón y esfuerzo en el estudio universitario, serenidad en el trabajo, mirada coqueta que rompe el corazón del hombre.

La envidia, la ostentación, el orgullo…son serpientes que la muerden, pero frecuentemente con poca eficacia porque en su sangre está el antídoto de la generosidad. Otra es la epidemia verdaderamente grave que asola ahora la feminidad: el progresivo corrompimiento de su identidad. No se trata sólo del burdo, ciego y pandémico afán de pretender reducir su ser mujer a ser hembra, sino de algo más sutil: hacerla creer que su dignidad radica exclusivamente en su libertad y autonomía… Éste es el terreno abonado para su infecundidad biológica, “artística” y personal.

Hemos de salvar la identidad de la mujer de hoy para salvar a la humanidad de la idiotez y del abatimiento. Este empeño impulsa, cómo no, tantas buenas conquistas sociales que la mujer ha logrado; pero no debe permanecer en un silencio suicida ante la falta de respeto a la condición femenina. Quienes se saben más hombres pensando en su madre me entenderán. Quienes hayan visto vivir y morir con alegría a la mujer de su vida suscribirán estas frases escribiéndolas mucho mejor, haciéndolas eternas.

José Ignacio Moreno Iturralde

No ha habido curación de la ceguera, sino eliminación de los embriones "defectuosos"

Agencia Veritas.- Un experto en bioética del Departamento de Ética y Bioética de la Universidad Católica de Murcia, Pedro José Sánchez, afirmó hoy a Veritas que en el caso del nacimiento de una niña sana en Alicante anunciado ayer por el Instituto Bernabeu de Alicante no ha habido curación alguna sino que se trata de un caso de eugenesia, y afirmó que el caso ha sido presentado "manipulado" por los medios de comunicación.

Sánchez afirmó que afirmar que "se ha liberado a una niña de la permanente oscuridad", o que "se ha roto la cadena de transmisión genética a su descendencia", "es falso. "Esa niña, en concreto, nunca hubiera padecido la enfermedad y nunca la hubiera transmitido porque no portaba si quiera el defecto, y de haberlo portado hubiera sido "desechada" como lo fueron sus embriones hermanos, con lo que ni ella, ni mucho menos su descendencia, hubieran existido jamás".

"Lo que ha sucedido es que el Instituto Bernabeu (Clínica de Reproducción Asistida) ha separado por sexo a una serie de embriones procedentes de una misma pareja, ha desechado los masculinos y sometido a los femeninos a un proceso de "diagnóstico genético preimplantatorio" (este proceso intenta detectar anomalías genéticas en los embriones). Los embriones que superaron este proceso de diagnóstico se seleccionaron entre portadores y no portadores del defecto buscado. Al final del proceso, un embrión que no era portador (si se expresa el defecto en varones produce retinosquisis), se ha dejado desarrollar hasta el nacimiento", explicó.

Según Sánchez, "la niña nacida, evidentemente, no era portadora del defecto y no lo hubiera sido nunca de haber nacido por concepción natural o después de haber sido transferida al útero materno sin diagnóstico genético ni selección embrionaria".

Para el experto, "es una falta muy grave confundir el hecho de "conseguir el nacimiento de niños sanos" con lo que realmente hace el diagnóstico genético preimplantatorio y la consecuente selección embrionaria, que es, a veces, "conseguir que los embriones que se haya determinado que tienen el derecho a seguir viviendo, así lo hagan".

"Es gravísimo confundir el "tratar al embrión para curarlo" (lo que sería el objeto fundamental de la medicina), con "la selección de embriones en base a criterios cualesquiera y permitirles que sigan desarrollándose si entran dentro de los parámetros escogidos". Esto último es eugenesia y nunca ha sido objeto de la medicina y sí, por ejemplo, del nazismo. No quiero discutir, por evidente, que es preferible la salud a la enfermedad, pero eso es otro tema muy distinto", añadió.

Por otro lado, para Sánchez, "disfrazar el hecho ocurrido como un avance de la medicina y un "rescatar del sufrimiento a los afectados por cualquier enfermedad", es una manipulación en toda regla".

El Mundo Salud.- La selección de embriones permite el primer nacimiento de un bebé sin ceguera hereditaria

El promotor del aborto

Lea este texto.

Aunque suena muy actual, fue redactado hace 65 años:

"Debemos seguir, en estas regiones del Este, una política demográfica conscientemente negativa. Es necesario por todos los medios de la propaganda, en particular por la prensa, la radio, (...). Inculcar a la población rusa que un gran número de niños sólo representa cargas pesadas. Hay que insistir sobre los gastos que originan los niños, sobre las cosas materiales que se podrían adquirir con el dinero que se gasta en ellos. Se podría igualmente hacer alusión a los peligros para la salud de la mujer como consecuencia de los partos.

"Al mismo tiempo se debe hacer una propaganda amplia y poderosa a favor de los productos anticonceptivos; se debe crear una industria apropiada para este fin. Ni la difusión, ni la venta de productos anticonceptivos ni el aborto deberán ser perseguidos por la ley. Habrá que facilitar la creación de instituciones especiales para el aborto, entrenar para esto a comadronas y enfermeras.

"La población recurrirá al aborto con mayor frecuencia si éste se realiza con esmero; los médicos deben tomar parte en ello sin menoscabar su honor profesional. Se debe igualmente recomendar en la propaganda la esterilización voluntaria".

Aborto libre, anticonceptivos para todos, los niños son una carga, esterilización voluntaria, propaganda engañosa sobre el peligro para la salud de las mujeres embarazadas, los médicos abortistas son unos buenos profesionales...

¿Hablamos de la situación actual?

No. Se trata de la política de exterminación de un pueblo enemigo, tal como fue concebida en 1940 por el mismísimo Hitler. Se debía aplicar a los países del Este europeo, a los que los alemanes no dudaban que iban a conquistar para germanizarlos. Diseñaron un plan a treinta años, lo llamaron "teoría del genocidio de efecto retardado" para disminuir el poder biológico del pueblo ruso.

Texto extraído de http://www.arvo.net/includes/documento.php?IdDoc=9250&IdSec=780

26.7.04

¿Vale la pena casarse?

Bastantes jóvenes aseguran hoy que no ven razón alguna para contraer matrimonio. Se quieren, y en ello encuentran una justificación sobrada para vivir juntos. Estimo que están equivocados, pero los comprendo perfectamente.

Y es que las leyes y los usos sociales han arrebatado al matrimonio todo su sentido:

a) la admisión del divorcio elimina la seguridad de que se luchará por mantener el vínculo;
b) la aceptación social de «devaneos» extramatrimoniales suprime la exigencia de fidelidad;
y c) la difusión de contraceptivos desprovee de relevancia y valor a los hijos.

¿Qué queda, entonces, de la grandeza de la unión conyugal?, ¿qué de la arriesgada aventura que siempre ha sido?, ¿con qué objeto «pasar por la iglesia o por el juzgado»? Vistas así las cosas, a quienes sostienen la absoluta primacía del amor habría que comenzar por darles la razón... para después hacerles ver algo de capital importancia: que es imposible quererse bien, a fondo, sin estar casados.

Hacerse capaz de amar

Aunque pueda suscitar cierto estupor, lo que acabo de sostener no es nada extraño. En todos los ámbitos de la vida humana hay que aprender y capacitarse. ¿Por qué no en el del amor, que es a la par la más gratificante y difícil de nuestras actividades? Jacinto Benavente afirmaba que «el amor tiene que ir a la escuela». Y es cierto. Para poder querer de veras hay que ejercitarse, igual que, por ejemplo, hay que templar los músculos para ser un buen atleta.

Pues bien, la boda capacita para amar de una manera real y efectiva. Nuestra cultura no acaba de entender el matrimonio: lo contempla como una ceremonia, un contrato, un compromiso... Algo que, sin ser falso, resulta demasiado pobre. En su esencia más íntima, la boda constituye una expresión exquisita de libertad y amor. El sí es un acto profundísimo, inigualable, por el que dos personas se entregan plenamente y deciden amarse de por vida. Es amor de amores: amor sublime que me permite «amar bien», como decían nuestros clásicos: fortalece mi voluntad y la habilita para querer a otro nivel; sitúa el amor recíproco en una esfera más alta. Por eso, si no me caso, si excluyo ese acto de donación total, estaré imposibilitado para querer de veras a mi cónyuge: como quien no se entrena o no aprende un idioma resulta incapaz de hablarlo.

A su joven esposa, que le había escrito: «¿Me olvidarás a mí, que soy una provincianita, entre tus princesas y embajadoras?», Bismark le respondió: «¿Olvidas que te he desposado para amarte?». Estas palabras encierran una intuición profunda: el «para amarte» no indica una simple decisión de futuro, incluso inamovible; equivale, en fin de cuentas, a «para poderte amar» con un querer auténtico, supremo, definitivo.

Casarse o «convivir»

No se trata de teorías. Cuanto acabo de exponer tiene claras manifestaciones en el ámbito psicológico. El ser humano sólo es feliz cuando se empeña en algo grande, que efectivamente compense el esfuerzo. Y lo más impresionante que un varón o una mujer pueden hacer es amar. Vale la pena dedicar toda la vida a amar cada vez mejor y más intensamente. En realidad, es lo único que merece nuestra dedicación: todo lo demás, todo, debería ser tan sólo un medio para conseguirlo.

Pues bien, cuando me caso establezco las condiciones para consagrarme sin reservas a la tarea de amar. Por el contrario, si simplemente vivimos juntos, y aunque no sea consciente de ello, todo el esfuerzo tendré que dirigirlo, a «defender las posiciones» alcanzadas, a no «perder lo ganado».

Todo, entonces, se torna inseguro: la relación puede romperse en cualquier momento. No tengo certeza de que el otro se va a esforzar seriamente en quererme y superar los roces y conflictos del trato cotidiano: ¿por qué habría de hacerlo yo? No puedo bajar la guardia, mostrarme de verdad como soy... no sea que mi pareja advierta defectos «insufribles» y decida no seguir adelante. Ante las dificultades que por fuerza han de surgir, la tentación de abandonar la empresa se presenta muy cercana, puesto que nada impide esa deserción...

En resumen, la simple convivencia sin entrega definitiva crea un clima en el que la finalidad fundamental y entusiasmante del matrimonio --hacer crecer y madurar el amor y, con él, la felicidad-- se ve muy comprometida.

¿Amor o «papeles»?

Todo lo cual parece avalar la afirmación de que «lo importante» es quererse. Me parece correcto. El amor es efectivamente lo importante. No hay que tener miedo a esta idea. Pero ya he explicado que no puede haber amor cabal sin donación mutua y exclusiva, sin casarse. Los papeles, el reconocimiento social, no son de ningún modo lo importante... pero, en cuanto confirmación externa de la mutua entrega, resultan imprescindibles.

¿Por qué?

Desde el punto de vista social, porque mi matrimonio tiene repercusiones civiles claras: la familia es -¡debería ser!- la clave del ordenamiento jurídico y el fundamento de la salud de una sociedad: es indispensable, por tanto, que se sepa que otra persona y yo hemos decidido cambiar de estado y constituir una familia. Pero, sobre todo, la dimensión pública del matrimonio -ceremonia religiosa y civil, fiesta con familiares y amigos, participaciones del acontecimiento, anuncio en los medios si es el caso, etc.- deriva de la enorme relevancia que lo que están llevando a cabo tiene para los cónyuges.

Si eso va a cambiar radicalmente mi vida para mejor, si me va a permitir algo que es una auténtica y maravillosa aventura... me gustará que quede constancia: igual que anuncio con bombo y platillo las restantes buenas noticias. Igual, no. Mucho más, porque no hay nada comparable a casarse: me pone en una situación inigualable para crecer interiormente, para ser mejor persona y alcanzar así la felicidad. ¿Cómo no pregonar, entonces, mi alegría?

¿Anticipar el futuro?

Es verdad que, a la vista de lo expuesto, bastantes se preguntan: ¿cómo puedo yo comprometerme a algo para toda la vida, si no sé lo que ésta me deparará?, ¿cómo puedo estar seguro de que elijo bien a mi pareja? A todos ellos les diría, antes que nada, que para eso esta el noviazgo: un período imprescindible, que ofrece la oportunidad de conocerse mutuamente y empezar a entrever cómo se desarrollará la vida en común.

Después, si soy como debo ya sé bastante de lo que pasará cuando me case: sé, en concreto, que voy a poner toda la carne en el asador para querer a la otra persona y procurar que sea muy feliz. Y si ese propósito es serio, será compartido por el futuro cónyuge: el amor llama al amor. Podemos, por tanto, tener la certeza de que vamos a intentarlo por todos los medios. Y entonces es muy difícil que el matrimonio fracase.

Observar y reflexionar

Ciertamente, esa decisión radical de entrega no basta para dar un paso de tanta trascendencia. Hay que considerar también algunos rasgos del futuro cónyuge. Por ejemplo, si «me veo» viviendo durante el resto de mis días con aquella persona; también, y antes, cómo actúa en su trabajo, trata a su familia, a sus amigos; si sabe controlar sus impulsos sexuales (porque, de lo contrario, nadie me asegura que será capaz de hacerlo cuando estemos casados y se encapriche con otro u otra); si me gustaría que mis hijos se parecieran a él o a ella... porque de hecho, lo quiera o no, se van a parecer; si sabe estar más pendiente de mi bien (y del suyo) que de sus antojos...

En definitiva, atender más a lo que es; después, a lo que efectivamente hace, a cómo se comporta; y en tercer lugar, a lo que dice o promete, que sólo tendrá valor cuando concuerde con su conducta.

Relaciones anti-matrimoniales

Y aquí suele plantearse una de las cuestiones más decisivas y sobre las que impera una mayor confusión. La necesidad de conocerse, de saber si uno y otra congenian, ¿no aconseja vivir un tiempo juntos, con todo lo que esto implica?

Se trata de un asunto muy estudiado y sobre el que cada vez se va arrojando una luz más clara. Un buen resumen del status quaestionis sería el que sigue: está estadísticamente comprobado que la convivencia a que acabo de aludir nunca -nunca!- produce efectos beneficiosos. Por ejemplo:

a) los divorcios son mucho más frecuentes entre quienes han convivido antes de contraer matrimonio;
b) las actitudes de los jóvenes que empiezan a tener trato íntimo empeoran notablemente y a ojos vista... desde ese mismo momento: se tornan más posesivos, más celosos y controladores, más desconfiados e irritables...

La causa, aunque profunda, no es difícil de intuir. El cuerpo humano es, en el sentido más hondo de la palabra, personal; y quizá muy especialmente sus dimensiones sexuales. En consecuencia, la sexualidad sólo sabe hablar un idioma: el de la entrega plena y definitiva.

Mas en las circunstancias que estamos considerando esa total disponibilidad resulta contradicha por el corazón y la cabeza, que, con mayor o menor conciencia, la rechazan, al evitar un compromiso de por vida. Surge así un ruptura interior en cada uno de los novios, que se manifiesta psíquicamente por un obsesivo y angustioso afán de seguridad, cortejado de recelos, temores, suspicacias... que acaban por envenenar la vida en común. De ahí que a este tipo de relaciones, en contra del uso habitual, prefiera llamarlas «anti-matrimoniales».

Para conocerse de veras

Por otro lado, resulta ingenua la pretensión de decidir la viabilidad de un matrimonio por la «capacidad sexual» de sus componentes: ¡como si toda una vida en común dependiera o pudiera sustentarse en unos actos que, en condiciones normales, suman unos pocos minutos a la semana!

Pero es que la mejor manera de conocer a nuestro futuro cónyuge en ese ámbito consiste, como antes sugería, en observarlo en los demás aspectos de su vida, y tal vez principalmente en los no se relacionan directamente con nosotros: reflexionar sobre el modo cómo se comporta en su familia, en el trabajo o estudio, con sus amigos o conocidos. Si en esas circunstancias es generoso, afable, paciente, servicial, tierno, desprendido..., puede asegurarse, sin temor al engaño, que a la larga esa será su actitud en las relaciones íntimas. Mientras que la «comprobación directa», e incluso la forma de tratarnos, por responder a una situación claramente «excepcional» -el noviazgo- no sólo no proporciona datos fiables sobre su vida futura, sino que en muchos casos más bien los enmascara.

¿Probar a las personas?

Pero se puede ir más al fondo: no es serio ni honrado «probar» a las personas, como si se tratara de caballos, de coches o de ordenadores. A las personas se las respeta, se las venera, se las ama; por ellas arriesga uno la vida, «se juega -como decía Marañón- a cara o cruz, el porvenir del propio corazón».

Además, la desconfianza que implica el ponerlas a prueba no sólo crea un permanente estado de tensión difícil de soportar, sino que se opone frontalmente al amor incondicionado que está en la base de cualquier buen matrimonio.

A lo que cabe añadir otro motivo, todavía más determinante: no se puede (es materialmente imposible, aunque parezca lo contrario) hacer esa prueba, porque la boda cambia muy profundamente a los novios; no sólo desde el punto de vista psicológico, al que ya me he referido, sino en su mismo ser: los modifica hondamente, los transforma en esposos, les permite amar de veras: ¡antes no es posible hacerlo!, como ya apunté.

Pero esta es una cuestión de tanta trascendencia que quizá merezca, íntegro, un nuevo escrito.

Tomás Melendo, Catedrático de Metafísica Universidad de Málaga. Arvo.net

Cuando se deja morir a los bebés

Regresa el debate sobre el aborto en Gran Bretaña

LONDRES, sábado, 24 julio 2004 (ZENIT.org).- La controversia ha vuelto a estallar en Gran Bretaña en torno a las leyes sobre el aborto tras la publicación de una serie de artículos en el Sunday Times sobre abortos tardíos. El periódico informaba el 20 de junio de algunos casos en los que los bebés habían sido dejados sin atender para que murieran tras haber sobrevivido a los abortos.

El artículo citaba declaraciones de una comadrona, según la cual, su hospital tenía una regla no escrita de no ayudar a los bebés que sobrevivieran a los abortos. Otro caso tenía que ver con un bebé que sobrevivió tres días. El infante recibió alimento, pero ninguna ayuda médica. La ley británica permite el aborto hasta las 24 semanas pero, en caso de malformaciones, puede ejecutarse hasta el final del embarazo.

El 27 de junio el Sunday Times informaba de un caso de un bebé sano nacido tras 25 semanas de embarazo. El bebé estaba sólo a unas horas de ser abortado, pero la madre dio a luz prematuramente. El bebé sobrevivió.

Poco después de estas revelaciones, tuvo lugar la conferencia anual de la Asociación Médica Británica. Según la información presentada en el encuentro por el doctor Michael Wilks, jefe del comité de ética de la asociación, en el 2002 se puso fin a 114 embarazos pasadas las 24 semanas, informó el Telegraph el 2 de julio. Otros datos del 2002, publicados por el Sunday Times el 4 de julio, revelaron que fueron abortados 1.354 bebés de 22 semanas o más de gestación, edad a la que pueden sobrevivir tras el nacimiento.

La conferencia debatió a continuación una resolución en la que se pedía dar a los bebés que sobrevivieran a los abortos «los mismos cuidados neonatales previstos para los demás bebés». La moción fue aprobada por el 65,3% de los doctores.

Un editorial del Sunday Times del 4 de julio afirmaba que hubo cerca de 185.000 abortos en Gran Bretaña en el 2002, el último año del que se tienen datos. Esto significa que casi una cuarta parte de las concepciones acaba en aborto. Éste es uno de los porcentajes más altos de Europa, y el número de abortos está aumentando.

Incluso el editorial del Sunday Times, que estaba a favor de mantener el aborto legal, admitía que este asunto se ha escapado de las manos. Citaba una investigación de un activista pro vida, que preguntó a chicas en edad escolar qué harían si se encontraran embarazadas justo antes de unas vacaciones para esquiar. «La respuesta fue que abortarían y se irían de vacaciones».

«Esto no era lo que tenían en mente los redactores de la ley de 1967 cuando especificaron las condiciones del aborto», observaba el editorial. La ley de 1967 permitía el aborto cuando un bebé «dañase la salud física o mental de la mujer» o dañara a otros hijos que la mujer ya tuviera.

Propuesto el cambio del límite de tiempo

David Steel, que introdujo la propuesta de ley en la Cámara de los Comunes que llevó a la ley del aborto de 1967, irrumpió en el debate con un artículo de opinión en el Guardian, el 6 de julio. Explicó que originalmente el límite de tiempo de la ley para abortar se fijó en 28 semanas. Tras las mejoras médicas en la viabilidad de los nacimientos prematuros, en 1990 esto se redujo hasta las 24 semanas.

Steel defiende los abortos, incluso los abortos tardíos en el caso de las malformaciones. Pero admitía la necesidad de reconsiderar la cuestión de los abortos avanzados, diciendo que tendía hacia la idea de bajar el límite a 22 semanas e intentar restringir los abortos a las 12 primeras semanas.

Preguntado en el Parlamento, el primer ministro Tony Blair afirmó que el asunto del límite de tiempo para los abortos podría revisarse, informó el 7 de julio la BBC. Pero la oficina del primer ministro explicó que no hay un plan formal del gobierno para cambiar la ley.

Las organizaciones pro vida han tenido diversas reacciones ante la idea de bajar el límite de tiempo para abortar. La Sociedad para la Protección de los Niños no Nacidos se opuso a la propuesta de Steel. En un comunicado de prensa del 5 de julio, Anthony Ozimic de la Asociación comentaba: «La propuesta de Lord Steel no tiene como propósito reducir el número de abortos, mientras pide una prohibición general de los abortos después de las 12 semanas la acompaña con la promoción del aborto a voluntad antes de las 12 semanas».

En contraste, la organización Life, según el Times del 8 de julio, afirmaba: «Damos la bienvenida a cualquier medida que reduzca la cantidad de niños no nacidos abortados».

El cardenal Cormac Murphy-O'Connor, arzobispo de Westminster, afirmaba que daba la bienvenida al apoyo de Blair a una revisión de la ley, según una nota de prensa de las oficinas de la Iglesia católica en Inglaterra y Gales.

Y el arzobispo de Cardiff, monseñor Peter Smith, observaba: «Los avances en la medicina fetal revelan cada vez más claramente la humanidad del niño no nacido. Ante esta evidencia, no es de sorprender que muchas personas pidan ahora un cambio en la ley del aborto». Y añadía: «Trágicamente, nuestra actual ley ha sido usada para sancionar el asesinato del no nacido a escala masiva. Espero que las personas de todos los credos o de ninguno tendrán la voluntad política para contener la práctica del aborto que mina los verdaderos fundamentos de una sociedad civilizada».

Caminando en el seno materno

Otros dos acontecimientos recientes han contribuido a reconsiderar el aborto en Gran Bretaña. El 28 de junio, la BBC informaba de nuevos escáneres de ultrasonido que producen imágenes nítidas de los niños no nacidos. Los escáneres los usa Stuart Campbell en la Create Health Clinic de Londres. Mostró imágenes de fetos de 12 semanas que aparentemente «caminaban» en el vientre materno, así como imágenes de bebés no nacidos que parecían sonreír.

Campbell ha desarrollado una forma de mostrar imágenes tridimensionales de los no nacidos, así como el movimiento fetal. Los escáneres han revelado, por ejemplo, que desde las 12 semanas los bebés no nacidos pueden estirarse, pegar puntapiés y saltar alrededor del vientre materno --antes de que la madre pueda sentir el movimiento--. Campbell afirmaba que esto muestra que los bebés no nacidos desarrollan un comportamiento complejo desde los primeros estadios de su desarrollo.

Los escáneres han llevado a Campbell a reconsiderar su propia posición ante el aborto, informaba el 29 de junio el Guardian. Ahora se opone al aborto de bebés después de 14 semana de embarazo. «Cuanto más estudio los fetos más absolutamente doloroso me resulta acabar con bebés que están tan avanzados en términos de comportamiento humano», afirmaba.

Otro acontecimiento que ha causado un amplio debate sobre el aborto fue la emisión televisiva de un reportaje en el que se filmaba un aborto. El 5 de abril el Telegraph afirmaba que era la primera vez que se televisaba un aborto en Gran Bretaña. La mujer que se sometía al aborto estaba embarazada de cuatro semanas. El programa también incluía imágenes de fetos abortados a las 10, 11 y 21 semanas.

El programa, «Mi Feto», fue realizado por Julia Black, cuyo padre fundó una clínica abortiva en Londres. Admitió que ella misma había abortado cuando tenía 21 años. Aunque declaraba su apoyo al aborto, Black decía al Telegraph: «Creo que el movimiento por la libre elección no puede seguir confiando en que el aborto es un derecho de la mujer. Tienen que comenzar a enfrentarse con la realidad».

El cardenal Murphy-O'Connor, haciendo un comentario el 11 de abril en el Telegraph, admitía la naturaleza provocativa de la película, pero esperaba que el acontecimiento llevara a la gente a pensar seriamente en lo que significa el aborto. «Muchos, quizás por primera vez, se darán cuenta de que el aborto implica la destrucción deliberada de una vida humana», afirmaba.

Puede que sea demasiado optimista el esperar cambios inmediatos en las leyes sobre el aborto en Gran Bretaña. Pero los últimos acontecimientos han obligado a la gente a reflexionar seriamente sobre la humanidad del no nacido.

El aborto está en las aulas

¡Que alguien haga algo!

Así titulaba en 1997 la demógrafa Anna Cabré su lúcido artículo sobre el descenso de la natalidad. Decía: “Resulta que España es hoy el país de menor natalidad del mundo y que la natalidad de Cataluña se encuentra por debajo del nivel medio español” (12 de marzo de 1997). Parecía una voz que clamaba en el desierto, pues nadie se atrevió a contradecir las reflexiones de esta experta sobre los datos objetivos que el Instituto Nacional de Estadística publica anualmente.

Desde otra perspectiva totalmente distinta, un estudio reciente del CSIC revela que la cifra de mujeres que abortan en España ha pasado de 37.000 en 1990 a 70.000 en 2002. La cifra –según indican los medios de comunicación- sigue aumentando en todos los segmentos de edad y, de modo espectacular, entre las jóvenes de 15 a 24 años, que representan un 42% del total. Cataluña es la comunidad con el porcentaje más elevado de abortos entre las menores: un 60% en 2001, frente al 34% de 1990.

“!Que alguien haga algo!”, hay que repetir.

La autora del estudio se pregunta sobre las causas de este hecho, y considera que el resultado de su investigación debería ayudar a analizar la situación y buscar posibles soluciones. Hasta aquí, de acuerdo, pero para este viaje no eran necesarias tales alforjas. Son varias las causas –tanto del aumento de embarazos como de abortos entre adolescentes- y las conocemos sobradamente: excesiva información técnica y poca formación e información humana.

En una cultura “tutorizada”, repleta de cursos de seguimiento, másters de perfeccionamiento y formación continuada a cargo de la empresa, se echa en falta el acompañamiento en el proceso natural de maduración psico-afectiva-sexual de los adolescentes: se incita a establecer relaciones sexuales a edad temprana, sin que haya compromiso ni intención alguna de fidelidad, y, en consecuencia, se banaliza la sexualidad, reduciéndola a una simple relación epidérmica desprovista de contenido humano.

Si, como pretende dicha investigadora, la educación sexual que se imparte en las escuelas debe hacer especial hincapié en la necesidad de utilizar métodos anticonceptivos, lo que se conseguirá es transmitir la idea de que la maternidad y la paternidad son algo peligroso que debe evitarse a toda costa, y de lo que hay que defenderse como si fuera el SIDA o cualquier enfermedad de transmisión sexual. Y todos sabemos que no es así.

Evidentemente, estamos de acuerdo en que no es deseable una maternidad en edad escolar: no es el momento idóneo. Pero tampoco es el momento idóneo para tener relaciones sexuales, porque exigen una madurez psico-biológica, afectiva y responsable todavía no suficientemente desarrollada a esta edad tan temprana.

Proponemos una pedagogía basada en la psicología caracterológica: estrategias para entrenar la voluntad y el esfuerzo. Para poder decidir libremente no basta con conocer las posibles consecuencias de las acciones que vamos a realizar, sino tener la fortaleza para rechazar aquellas acciones que no sean convenientes. Y esto sólo puede lograrse si la inteligencia conoce y la voluntad está entrenada.

P.S. Siempre que he tenido la oportunidad de escuchar a la Dra. Anna Cabré y de leer sus escritos, me ha parecido encontrar en sus palabras, de un modo más o menos explícito, aliento y aprobación hacia la aportación que Pro Vida realiza para solucionar los problemas que rodean a la mujer y la familia ante una maternidad difícil a través de la acogida y el apoyo.

Dra. Dolores Voltas, médico endocrinólogo. Presidenta de la Federación Española de Asociaciones Pro Vida. ForumLibertas.com

La Plataforma Hayalternativas exige a la Ministra Salgado respeto a la vida del embrión

Madrid, www.Hayalternativas.org.- El Ministerio de Sanidad tiene previsto llevar al Consejo de Ministros inminentemente un Real Decreto con las excepciones para superar el límite máximo de tres óvulos por cada fecundación in vitro (FIV). La plataforma Hayalternativas, a la que se han unido ya tres mil científicos y expertos, exige rigor y control en esas excepciones para evitar que un ingente número de seres humanos en edad embrionaria sean enviados al congelador, peligrando con ello sus vidas.

El protocolo de Sanidad posee numerosas excepciones que carecen de justificación ética y científica pues son circunstancias tan poco objetivas como “la edad”, “la obesidad” u “otras causas que pudieran estipularse en el futuro”.

Hayalternativas se lamenta de que, faltando a su prometido talante de diálogo, el Ministerio de Sanidad sólo escucha a los que viven del negocio de la FIV. En reunión del 24 de mayo, la Comisión Nacional de Reproducción Asistida decidió apoyar un proyecto de preselección embrionaria que beneficia económicamente a algunos de sus miembros, como el Instituto Dexeus o el Instituto Valenciano de Fertilidad. Después de este fraude, la ministra Elena Salgado continúa convirtiendo la laxitud ética en norma de conducta sanitaria, con medidas normativas claramente sostenidas por intereses económicos.

Ante esta nueva actuación en contra de la vida humana, Hayalternativas no puede dejar de recordar a la Ministra y a toda la sociedad que cada óvulo fecundado es un ser humano en edad embrionaria, y que ningún objetivo terapéutico puede empujar a los médicos a practicar con él la eugenesia o a condenarlo a un congelador. La Sentencia 116/1999 del Tribunal Constitucional obliga a proteger la vida del ser humano en edad embrionaria y que el Convenio de Oviedo prohíbe a España crear embriones humanos para investigación. Permitir la acumulación de seres humanos en edad embrionaria en los congeladores supone convertirlos indirectamente en cobayas al servicio de la investigación genética, delito castigado por el artículo 161 de nuestro Código Penal.

Hayalternativas tiene la esperanza de que el Ejecutivo sea capaz de controlar adecuadamente la técnica de la FIV, impidiendo desastres biológicos y éticos, como lo es los 80.000 seres humanos calificados como "sobrantes" que se han ido acumulando sin control en los congeladores de las clínicas FIV desde 1988.

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La plataforma Hayalternativas nació el 30 de mayo de 2002 de la mano de un grupo de científicos y ciudadanos y se propone impulsar la investigación científica en un marco ético de respeto a la vida, así como informar a la opinión pública de los avances médicos alcanzados mediante la investigación basada en la utilización de células madre procedentes de tejidos adultos y del cordón umbilical.

300.000 ciudadanos, de los que casi 3.000 son científicos y expertos de reconocido prestigio se han unido a la plataforma Hayalternativas. Procedentes de 94 universidades y centros de investigación, ya han suscrito el “manifiesto Hayalternativas” catedráticos, profesores titulares, investigadores, analistas, profesionales de la sanidad y expertos dedicados a sus labores en las áreas de la bioquímica, la biología molecular, la farmacia, la física, las ciencias de la salud, la filosofía, la teología, la fisiología, la zoología, la neurología, la ingeniería química, el derecho y la bioética.

Para más información: www.hayalternativas.org Victoria Uroz – vuroz@hayalternativas.org – 620 858696 prensa@hayalternativas.org

22.7.04

El respeto a la persona humana

Todos tenemos necesidad de ser queridos y necesidad de querer. Ambos amores se exigen y se complementan cuando el primero se subordina al segundo. Alguien dijo con guasa que “hay más alegría en dar que en recibir... este es el lema de los boxeadores”. El amor de benevolencia consiste en querer lo mejor para el otro. La primera forma de amor de benevolencia es el respeto. El respeto supone un hacer justicia al otro valorando su identidad. A continuación vamos a ver algunas formas de respeto.

1. Respeto al cuerpo

El cuerpo humano está ordenado por un principio motor de vida que posibilita, entre otras, las acciones racionales y morales. Esto significa que la moral está en el núcleo de la naturaleza humana. Es por este motivo por el que el cuerpo humano no debe ser considerado al margen de la racionalidad y de la moralidad. El equilibrio y la armonía con el propio cuerpo son manifestación del señorío de la mujer y del hombre sobre si mismos. La dignidad humana exige comportarse como persona aunque sea más fácil comportarse como un animal, viviendo esclavizado por los instintos. También existen razones de fe para los creyentes que hacen ver que el cuerpo humano es, o puede ser, lugar donde Dios vive.

Respecto a la moderación en el trabajo y en la diversión queremos decir que hay tiempo para trabajar y tiempo para descansar porque así lo exige nuestra naturaleza humana. Por este motivo de unidad sólo se sabrá descansar y divertirse bien cuando uno aprende a vivir con empeño los días ordinarios.

2. Respeto a la vida humana

La dignidad humana ha de entenderse sobre todo como un don. De no ser así la igualdad entre los hombres no tendría ningún fundamento.

Los hijos no son un objeto al que se tiene derecho, no son un producto. La persona humana sólo puede entenderse como un don, pese a sus defectos, porque si no se entiende así se cae en su interpretación utilitarista, en la indiferencia o en el desprecio para con ella.

No se pueden producir hombres porque esto hace que se puedan manipular como objetos. Las técnicas de fecundación artificial no respetan la unidad del aspecto unitivo y procreativo de la sexualidad humana. Con el pretendido fin bueno de dar un hijo a quien no puede tenerlo se fabrican hombres, “hombres afortunados”, ya que sólo a alguno de varios embriones saldrá adelante; los demás quedarán congelados con el inhumano nombre de embriones sobrantes. El ser humano en sus primeros estadios de vida queda relegado injustificadamente e indignamente a la condición de objeto. Con esto ya hemos llegado a lo que Lewis veía venir al escribir su obra “La abolición del hombre”. Los embriones son seres humanos por tener un programa de vida que despliega actos humanos y tiene ya la capacidad de hacer otros más adelante; es algo parecido a lo que le ocurre a un enfermo grave.

Con mayor motivo se puede llamar la atención contra la práctica del aborto voluntario que supone la supresión de la vida del feto. Su internacional legalización supone una huida del estudio y debate de qué es con precisión y en qué se ha de manifestar legalmente el respeto a la dignidad de la persona humana.

La clonación de embriones humanos con fines terapéuticos supone un paso más en la fabricación de embriones pero además considera a estos seres humanos -¿qué son si no?- como un banco de tejidos. El hombre se está convirtiendo en un objeto para el hombre. En ciertos aspectos se trata de algo peor que la esclavitud, donde al menos había la posibilidad de mantener la vida.

A los que consideren exageradas estas reflexiones se les pueden ofrecer muchos argumentos biológicos, filosóficos y morales. Algunos aparecen a lo largo de estas páginas. Ahora diremos sólo dos cosas de sentido común: En primer lugar cualquiera de nosotros hemos pasado por idéntico estado embrionario. Por otra parte si no se respetan y valoran las etapas de la vida humana de mayor dependencia y necesidad es difícil valorar y respetar el resto de la vida humana.

Por falta de respeto a la vida humana el año 2003 puede pasar a la historia, según testimonios todavía no confirmados, por el nacimiento de los primeros niños clónicos. Estos niños han sido producidos; no son consecuencia del amor entre el hombre y la mujer. Son fotocopias genéticas en un proceso gravemente deshumanizador. Son personas producidas por una irresponsabilidad brutal respecto a sus cuerpos y a su proceso de identidad personal.

3. Respeto a los mayores

La ancianidad supone, en cierto sentido, una especie de vuelta a la infancia, a la vida especialmente dependiente. El comportamiento más humano con las personas de edad avanzada es ofrecerles respeto, paciencia, cariño. Lo mejor para ellos, como para todos, es saberse queridos. También esta actitud es la mejor para los más jóvenes porque este comportamiento les hace más humanos al esforzarse por ayudar a sus mayores.

4. Educación en el trato

Esta virtud supone bastantes cosas. Veamos algunas. Reconocer que todos somos iguales, aunque en otro sentido también somos distintos. Hacernos cargo de que siempre queremos que nos respeten. Mediante este esfuerzo realizamos un aspecto fundamental del hombre que Spaemann menciona al definir a la persona como “el ser que es capaz de ponerse en el lugar del otro”. Esta definición también se aplica a un cortejo de aspectos de educación como saber comer, saber vestir, comportarse con elegancia y sencillez...Todo esto, puesto en práctica, da señorío a la mujer y hace del hombre un caballero.

José Ignacio Moreno Iturralde.

La sonrisa de un feto

Ha tenido que ser la técnica la que demuestre cómo sonríe un feto de 12 semanas en el vientre de su madre. Las tiernísimas imágenes del crío, que mide 6 cm y pesa 20 gramos, han conmovido a la opinión británica y hasta Lord Steel de Aikwood – artífice de la actual ley, que permite el aborto en las 24 primeras semanas de gestación – ha propuesto reducir el plazo a las 12 semanas. Justo en estos momentos, en que la ecografía en 4 dimensiones nos muestra a los fetos bostezando o chupándose el dedo, Zapatero intenta ampliar los supuestos y plazos de aborto. Es triste que en España nadie se haya detenido a mirar de cerca estas fotos, ni sobretodo, a pensar qué significan. 77.000 de estos preciosos fetos son abortado todos los años. ¿Nadie va a decir nada ante esta sonrisa silenciosa?.

Cristina López Schlichting.

4D Ultrasound Scanner. Imágenes y videos de un niño en sus primeras semanas de vida en el vientre materno: http://www.createhealth.org/p_gall.html

No matarás. Rechazamos el aborto porque somos de izquierdas

Solidaridad y Autogestión Internacionalista SAIn, El colectivo Autogestión y El Movimiento Cultural Cristiano lanzan un manifiesto a la opinión pública condenando el aborto y todo atentado a la vida. Recogemos el texto íntegro:

RECHAZAMOS EL ABORTO PORQUE SOMOS DE IZQUIERDA

Después de las elecciones del 14 de marzo constatamos, una vez más, que no existen enfrentamientos radicales entre unos partidos y otros. Ninguno pone en tela de juicio los fundamentos del sistema socioeconómico actual, el sistema capitalista.

Puede parecer que sólo existe verdadero enfrentamiento de posiciones en un tema: el aborto. Pero a poco que analicemos eso vemos que no es cierto. En los 8 años de gobierno del PP el aborto ha aumentado un 37%, estando próximos a los 80.000 abortos por año. La política del PP en esta materia ha provocado que el aborto se esté utilizando como método de planificación familiar y que “de hecho” se practique el aborto libre en los primeros tres meses de gestación. Zapatero se hará publicidad a costa del PP legalizándolo “de derecho”, aunque no añadirá nada a lo que se venía haciendo. En realidad lo que pretende es ocultar con medidas “pseudoprogres” como la del aborto su alianza con la extrema derecha económica: por primera vez con Zapatero al frente un partido llamado socialista se ha atrevido a proponer explícitamente un programa político y económico neoliberal.

Queremos salir al paso, ante esta confusión propagandística, porque somos izquierda, pero nos oponemos al aborto, a su legalización abierta o subrepticia. Por la misma razón que nos oponemos a todo atentado a la vida: pena de muerte, torturas, hambre, armamentismo, guerras, destrucción del entorno natural... Sostenemos que la equiparación de izquierda y permisividad ante el aborto es, primero, una mentira de hecho y, después, una contradicción absoluta con los valores que toda la izquierda debe defender.

Nosotros somos izquierda, somos socialistas - de una u otra vertiente del socialismo-, porque defendemos, sin reservas ni dilaciones, la socialización de los medios de producción, porque luchamos contra cualquier explotación del hombre por el hombre, del imperialismo sobre los pueblos. Pero también porque defendemos la vida humana como valor supremo, porque sostenemos que nadie, en nombre de nada, puede suprimirla. Y creemos que precisamente encontrar pretextos y argumentos para suprimir vidas humanas es un signo distintivo de la derecha.

En el mundo han sido innumerables veces regímenes de derecha, supercapitalistas, los que han legalizado el aborto. Han sido hombres como Robert McNamara -el del Vietnam y el Banco Mundial, quienes más han impulsado la aceptación del aborto, los que lo han impuesto como algo conveniente para el dominio del capital multinacional. Hitler lo negó para su "raza" aria, pero lo impuso para los demás bajo su dominio.


HAY VIDA EN EL ÓVULO FECUNDADO

Es una falacia la equiparación izquierda-aborto. Y es también, más aún, una enorme contradicción: hay vida, y vida humana personal en el óvulo fecundado que anida en la madre. Y se destroza una vida humana - casi siempre con procedimientos de una horrible crueldad para el feto humano que siente- al destruirle. No es parte del cuerpo de la madre: es un ser humano distinto. Y como tal ser humano tiene sus derechos: tanto como los ancianos, como los minusválidos, los subnormales, los incurables, lo "antisociales", todos aquellos a los que la permisión del aborto pone en la lista de los futuros condenados, porque no se les va a considerar personas humanas con derecho a la vida, sino partes molestas de una sociedad que no les desea.

No hay en nuestros días una afirmación más reaccionaria -contra todo lo que se diga- que la del derecho de una persona sobre la vida del hijo no nacido. Es el derecho de propiedad más absoluto concebible, más allá del derecho del amo sobre el esclavo. Y es una vergüenza para la izquierda que levante la bandera del ese pretendido derecho. Y más aún, que se deje a la derecha, por fines electoralistas que su meollo de poder económico no siente en absoluto, que monopolice hipócritamente la oposición al mismo.

Nosotros rechazamos esa postura vergonzosa, de la que la izquierda, en la medida que han avanzado los conocimientos de la embriología, tiene que liberarse. No sólo somos izquierda y rechazamos el aborto, sino que lo rechazamos precisamente por serlo. Se trata simplemente de la aceptación del hecho científico de dónde empieza la vida humana, con todas sus consecuencias.

Es necesario que nos planteemos con valentía y rigor de una vez ese tema en la izquierda: la vida humana es un valor supremo desde la concepción hasta la muerte natural. Y a partir de esta afirmación tenemos que desarrollar una acción decidida contra el hecho real del aborto combatiendo las causas, ayudando eficazmente a las familias, asistiendo legal y socialmente a la madre soltera, tanto a la que desee quedar con su hijo como a la que quiera darlo en adopción. Es un campo inmenso de trabajo, en el que la izquierda debe multiplicar esfuerzo sin el fariseísmo de la cúspide económica de la derecha.

El aborto es un odioso acto de violencia realizado contra los no-nacidos y contra las madres. La izquierda debe hacer que el vientre de la madre sea el lugar que la naturaleza ha hecho que sea: el lugar más protegido. Y que la sociedad entera lo sea también, para la madre y para los niños, antes y después de nacer.

Solidaridad y Autogestión Internacionalista
Colectivo Autogestión
Movimiento Cultural Cristiano

Matrimonio verdadero

La Conferencia Episcopal española, en su documento «A favor del verdadero matrimonio», exhorta a los diputados católicos a votar en contra del proyecto de ley que considerará como matrimonios las uniones contraídas por personas del mismo sexo. Nadie puede negar, sin vulnerar la libertad de expresión, el derecho que asiste a los obispos a pronunciarse sobre cuestiones morales y jurídicas, incluso, por supuesto, a dirigirse no sólo a los católicos sino a todos los hombres y a la autoridad política legítima. Por lo que se refiere al contenido de su exhortación, le asiste además la razón.

El documento reconoce la dignidad inviolable de los homosexuales y la condena de cualquier forma de menosprecio, maltrato o discriminación. Condena, sin matices, todas las violaciones de sus derechos y los comportamientos que lesionen su dignidad. Además, en cuanto cristianos, los homosexuales «están llamados a participar en la vida y en la misión de la Iglesia». Pero no existe un derecho a contraer matrimonio sino entre personas de distinto sexo. El matrimonio sólo puede contraerse entre un varón y una mujer. Y no es éste un principio dogmático propio de la Iglesia católica y válido sólo para católicos, sino un principio fundamental de todo Derecho, ya que se asienta en la naturaleza humana y en la de la institución matrimonial. Admitir un inexistente matrimonio entre personas del mismo sexo entrañaría un grave daño al bien común, a la justicia y a la institución familiar. No se trata de argumentos de fe que sólo obliguen a los creyentes, sino de poderosas razones antropológicas, sociales y jurídicas que avalan la complementariedad natural entre los sexos, el interés de los hijos y el buen uso de las palabras de «padre» y «madre». La imposibilidad de que las parejas del mismo sexo procreen es pura cuestión de hecho. Si se aprueba la legislación anunciada, quedarán seriamente afectadas la institución del matrimonio y la familia. Por lo demás, los derechos e intereses de las parejas homosexuales de hecho pueden quedar garantizados mediante el reconocimiento de efectos civiles que no impliquen la equiparación injusta con el matrimonio. El documento recuerda el deber de los parlamentarios católicos de expresar su desacuerdo con el proyecto de ley y de votar en contra. Acaso cabría añadir también el de todos los parlamentarios de buena voluntad que no quieran cometer la injusticia de equiparar mediante la ley lo que no es equiparable desde el punto de vista de la realidad, de la naturaleza y de la justicia.

Editorial de ABC.

21.7.04

Los niños tienen derechos

Esta Declaración, que manifiesta la oposición a la adopciópn de niños por parte de homosexuales, ha sido elaborada por Porfesionales por la Ética, Federación Española de Asociaciones y puede ser suscrita por los siguientes profesionales:

Juristas, Médicos de Familia, Psiquiátras y Pediatras. Psicólogos, Pedagogos y Psicopedagogos: Profesores de Educación Infantil, Primaria y Secundaria. Trabajadores Sociales.  

Es preciso indicar nombre, dos apellidos, DNI y profesión. Si hay algún dato profesional de interés que quieran reseñar pueden hacerlo (catedrático, número de años de experiencia profesional, académico, directivo de una institución...).

Una vez suscrita, remítase, por favor, a "Profesionales por la Ética" info@profesionalesetica.com o a C/ Juan Bravo, 58-60. 28006 MADRID.

El total de adhesiones será enviado al Presidente y Vicepresidenta del Gobierno, Al Ministro de Justicia, a los portavoces de los Grupos Parlamentarios del Congreso y del Senado. También se enviará nota de prensa a los medios de comunicación.

Ante el propósito del Gobierno de reformar el Código Civil y permitir la adopción de menores por parte de parejas homosexuales, diversos profesionales implicados en los derechos, la educación y el desarrollo de los niños manifestamos:

1.La adopción es una forma de filiación que pretende proporcionar a los menores un hogar estable y adecuado para su crecimiento físico, intelectual y moral, un entorno que sustituya, en la medida de los posible, al padre y a la madre biológicos que los niños, por circunstancias ajenas a ellos, han perdido. Por este motivo, las administraciones públicas establecen una serie de requisitos que deben cumplir las familias que van a adoptar a un niño.

2.Nuestra experiencia profesional nos demuestra que los niños, desde los primeros meses de vida, elaboran la figura del padre y de la madre independientemente de que conozcan o no a sus padres biológicos. Así, la figura masculina con la que tienen más relación constituye su referencia de padre, mientras que la mujer que está más cerca del niño constituye, a sus ojos, la figura de la madre.

3.La legislación española establece que el régimen jurídico de la adopción se fundamenta en los principios de integración del niño en una familia y en la primacía del beneficio del menor que va a ser adoptado. Esta norma ratifica otras de carácter general. Así, la Declaración de los Derechos del Niño (1959), la Convención sobre los Derechos del Niño (1989) y la propia Constitución Española coinciden en afirmar que la legislación hará prevalecer, en cualquier caso, el derecho del niño a desarrollarse física, mental, espiritual, moral y socialmente. Los poderes públicos, por su parte, deben asegurar la protección integral de los hijos (Constitución Española art.39.2).

4.No existen estudios científicos rigurosos sobre las consecuencias que tendría en los niños la adopción por homosexuales. Hay que advertir que la realización de estas investigaciones implicaría que se está empleando a menores de edad como objetos de experimentación sin valorar los riesgos físicos y psíquicos que semejante estudio podría implicar.

5.El rechazo o la prevención respecto a la adopción de niños por parejas de homosexuales ha sido expresado por juristas, médicos, psiquiatras y personalidades públicas. Así lo han hecho miembros cualificados de la Asociación Española de Pediatría, el primer ministro de5.Australia, John Howard, y líderes socialistas como Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Lionel Jospin. Por su parte, la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (26-2-2002) dio la razón a la Administración francesa cuando ésta negó la adopción al homosexual Philippe Fretté.

6.Como consecuencia, los profesionales que suscribimos esta declaración afirmamos lo siguiente:

LOS NIÑOS TIENEN DERECHO A POSEER UN REFERENTE MASCULINO Y OTRO FEMENINO. Por ello, rechazamos la legalización de la adopción de menores por parte de parejas homosexuales. Cuando la figura del padre o de la madre esté ausente, deben aclarársele al menor las razones de esta circunstancia, sin confundirle al asumir personas de distinto sexo funciones que no le corresponden.

LOS NIÑOS TIENEN DERECHO A FORMAR PARTE DE UNA FAMILIA SEMEJANTE A LA FAMILIA NATURAL, constituida por un hombre y una mujer, únicos seres que, juntos, tienen capacidad de procrear.

LOS NIÑOS TIENEN DERECHO A CRECER EN UN ENTORNO QUE LES PERMITA EL DESARROLLO DE SU PERSONALIDAD FÍSICA, INTELECTUAL Y MORAL. No existe el derecho del adulto a tener un hijo ni por filiación natural ni por filiación adoptiva.

EL NIÑO TIENE DERECHO, IGUALMENTE, A NO SER DISCRIMINADO NI SOMETIDO A EXPERIMENTOS TRAUMÁTICOS y a crecer en las mismas condiciones y con iguales oportunidades que el resto de sus compañeros que tienen un padre y una madre.


Profesionales por la Ética. www.profesionalesetica.com

Ser humano y ser objeto de producción son dos nociones contradictorias

Respecto a los “preembriones sobrantes” lo que realmente sobra es lo de “pre”. No hay peor sordo que el que no quiere oír porque se han dado múltiples argumentos biológicos para demostrar que la vida humana es un continuo desde la concepción y que no hay nada esencialmente distinto en el día catorce respecto al trece, donde todavía se es embrión de segunda o pre-embión, por un acuerdo absolutamente arbitrario y sectareo.

Lo que verdaderamente sobran son intereses en contra de la realidad; intereses de diversos tipos: la aspiración a tener hijos desde la esterilidad, el avance de la ciencia o ,quizás, los meramente mercantilistas. Desde luego son muy distintos unos intereses respecto a otros. Veamos: si el día en que cumplí dieciséis años -por una de las  casualidades de la vida- me entero de que fui seleccionado in vitro,  descongelado e implantado en el útero materno; pero que sin embargo otros  hermanos míos, a los que ahora se llaman estructuras biológicas, se quedaron  en el frigorífico o fueron posteriormente matados y utilizados…sospecho que  empezaría a ver a mi madre de otra manera notablemente distinta. Es  comprensible el ansia de paternidad pero los hijos no son un producto y hay  mucho niño abandonado a su suerte al que se puede adoptar.

La ciencia es considerada por algunos como algo imparable: “ninguna  convicción ha de interponerse a su desarrollo”. No hay que ser muy listo para darse cuenta de que eso supone ya partir de una convicción. Otros preferimos defender que la ciencia está al servicio del hombre y de toda vida humana. Cuando las ferreas convicciones de una ciencia deshumanizada sacrifican a miles de vidas humanas indefensas e incipientes en la mesa de un pretendido progreso se está recorriendo a gran velocidad la senda de un biofanatismo de severo pronóstico.

Cuando las clínicas de fertilidad se lucran con una actividad en la que tantos seres que podrían llegar a ser niños son utilizados como objetos algo muy grave está ocurriendo en nuestra civilización.

La realidad es tozuda y los intereses golosos. Los embriones son vidas humanas que no deben ser producidas. Todos esos miles de embriones que de hecho se fabrican son tratados como objetos. Resulta cínico no otorgarles un respeto cuando todos y cada uno de nosotros hemos pasado por idéntica fase embrionaria. Una sociedad con tanques congeladores de embriones humanos demuestra tener una mente torpe o un corazón de hielo, o ambas cosas. Los valores de una civilización noble y solidaria requieren hipotecas y límites, y al menos una convicción: la defensa incondicionada de toda vida humana, sea cual sea su situación. De lo contrario se obtendrán “beneficios parciales” pero al coste de devaluar la dignidad de la vida humana. Ser humano y ser objeto de producción son dos nociones contradictorias.

Urge clarificar, establecer y defender el estatuto del embrión humano. La situación actual es delicada pero mujeres y hombres con preparación y sin prejuicios respecto a la realidad pueden y deben implicarse en esta apasionante tarea en la que nos jugamos, ni más ni menos, que nuestra propia identidad.

José Ignacio Moreno Iturralde

20.7.04

Células madre y embriones humanos

Nunca podré congratularme de los logros que hayan necesitado para ser alcanzado manipular seres humanos, que en muchas ocasiones no han merecido ni el respeto que hoy se reclama para los animales de experimentación. Por ello, no puedo sentirme identificado con una investigación científica que para su consecución ha requerido terminar con numerosas vidas humanas. Esta es en síntesis mi evaluación sobre las experiencias que estos días se han difundido en diversos medios de comunicación social, especialmente de nuestra Comunidad, con motivo de la obtención de dos nuevas líneas celulares a partir de embriones humanos congelados excedentes de fecundación in vitro. Pero trataré de argumentar mi opinión.

1. No hay ninguna duda que para la consecución de estas líneas celulares se han destruido vidas humanas embrionarias. En este caso concreto, según declaración de los propios responsables de la investigación, a este mismo periódico, se crearon más de 40 blastocistos (embriones humanos viables de entre 60 y 100 células) de los que solo se obtuvieron dos líneas celulares útiles, luego los otros 38 se desecharon sin haber llegado a dar ninguna línea celular, aunque indudablemente, todos los embriones obtenidos se destruyeron. Pero además, para obtener estos 40 blastocistos, con toda seguridad se partió de un número superior de embriones humanos congelados, por lo que sin ninguna duda nos estaremos acercando a los 100 a 200 embriones destruidos, cifra acorde con la opinión de la gran mayoría de los científicos, que sostienen que es necesario este número aproximado de embriones para conseguir una sola línea celular útil.

2. Las experiencias se han presentado como directamente dirigidas a tratar enfermedades graves hoy día incurables. Nada más alejado de la realidad. Aduciré sólo dos razones.

a) Para curar a un paciente que padece una grave enfermedad, degenerativa o traumática, hay que partir de células de ese mismo paciente, para evitar problemas de rechazo inmunológico, por lo que habría que crear, por transferencia nuclear somática, la denominada clonación terapéutica, un embrión clónico del propio paciente, para de él extraer las células madre embrionarias que después habría que cultivar adecuadamente para generar las células del tejido lesionado de ese paciente, útiles para el trasplante celular. Consecuentemente, a partir de células madre de embriones congelados sobrantes de fecundación in vitro, se pueden realizar experiencias biológicas básicas, con toda probabilidad importantes, que a la larga es posible que pudieran servir para dar luz a alguno de los múltiples problemas existentes alrededor de graves enfermedades ahora incurables, pero nunca ser utilizadas directamente para tratar a un enfermo. Por tanto, no parece ético apoyar estas investigaciones aduciendo que son ineludiblemente necesarias para curar graves enfermedades, cuando se sabe que ello no es posible. Estas son experiencias biomédicas básicas, por lo que sus autores tendrían que tener el coraje ético de presentarlas así, defendiendo que las realizan porque las consideran de tal interés, que a su juicio, el bien que con ellas se va a conseguir es muy superior al mal que supone destruir decenas de vidas humanas embrionarias. Después cada uno que juzgue lo que le parezca más adecuado.

b) Pero adicionalmente a todo lo anterior, es opinión unánime de los más destacados investigadores en este campo, que la posibilidad de poder aplicar células madre adultas, para tratar algunas de esas graves enfermedades que comentamos, no se podrá realizar antes de cinco o diez años. Sobre la posibilidad de poder utilizar células madres embrionarias con fines curativos, nadie se ha atrevido ni siquiera a pronunciarse. De entre las múltiples declaraciones que hay en este sentido, sólo voy a referirme a las de Juan Carlos Izpisúa, propuesto precisamente para dirigir el Centro Nacional que va a coordinar este tipo de experiencias, quien recientemente manifestaba que "es lamentable escuchar a determinadas personas que con las investigaciones con células madre embrionarias se van a curar enfermedades como la diabetes, el párkinson o el alzhéimer. Esto es jugar con el sentimiento humano y generar falsas esperanzas entre estos pacientes, sus familias y amigos". Difícilmente se puede decir más, con menos palabras, por la que se quiere sea la máxima autoridad en nuestro país para coordinar este tipo de experiencias. Por ello, no parece de recibo utilizar el dolor de los pacientes, abriéndoles infundadas esperanzas de curación, para apoyar unas investigaciones que, hoy por hoy, solamente tienen una finalidad científica.

3. Otro aspecto que hay que considerar es la afirmación de que los que no apoyan la utilización de embriones humanos para obtener células madre, están frenando las posibilidades de curación de un gran número de pacientes. Nada más alejado de la realidad.

a) La posibilidad más inmediata para la puesta en práctica de la terapia celular pasa ineludiblemente por el uso de células madre adultas, incluso más, por la estimulación de las células madre del propio paciente. En relación con ello, son muchos los protocolos clínico-experimentales en marcha. Como botón de muestra recordaré que el pasado día 16 de junio, se reunieron en el Departamento de Cardiología del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, que dirige el Dr. Valentín Fuster, algunos de los más destacados responsables de líneas clínico-experimentales dirigidas a tratar el infarto de miocardio con células madre adultas. Se presentaron de 30 a 40 protocolos experimentales que ya están en desarrollo en todo el mundo. Entre ellos alguno español. Sin embargo, los expertos reunidos en Nueva York mostraron su opinión unánime de que, a pesar de los grandes avances realizados en este campo, aún se tardará no menos de cinco años para que esta realidad experimental sea una verdadera posibilidad de tratamiento para estos enfermos. Y ello naturalmente utilizando células madre adultas, no embrionarias.

b) Finalmente, no hay que olvidar que, hoy por hoy, no está solucionado el problema de la teratogenicidad (producción de tumores) de las células madre embrionarias, pues se sabe que en no menos de un 30 % de las ocasiones se producen tumores cuando estas se trasplantan, un riesgo que las hace absolutamente inservibles para uso clínico.

4. Finalmente, con independencia de la valoración ética que estas experiencias merecen, es indudable que, en el momento actual, no es fácil asegurar su legalidad. En efecto, la ley que debe regular la utilización de embriones congelados sobrantes de fecundación in vitro para experiencias biomédicas fue aprobada por el Parlamento el pasado 23 de noviembre; pero para su aplicación definitiva debía redactarse un reglamento que regulase, entre otras cosas, las condiciones por las que los padres biológicos de los embriones deberían autorizar su uso, reglamento que todavía no ha visto la luz, por lo que en el momento actual no existe una legislación específica que regule en España este tipo de experiencias. Pero, además, los mismos responsables de estas investigaciones, han manifestado que estas se iniciaron hace dos años y medio. Es decir, empezaron mucho antes de que se aprobara la ley. Además, la ley que se comenta admite la utilización de embriones no viables para experiencias biomédicas, pero en ningún caso revitalizar embriones descongelados, circunstancia que no se cumple en las experiencias a que nos estamos refiriendo, pues dichos embriones fueron descongelados y después cultivados hasta la fase de blastocisto, es decir hasta desarrollar un embrión viable si se le hubiera implantado. Por ello, es difícil garantizar que estas experiencias se hayan desarrollado dentro de un marco legal. De todas formas, no es que no crea necesario que cualquier experimentación se desarrolle dentro de la legalidad, pero aún creo más importante que se realice dentro de un marco ético correcto, pues hay acciones que, aun siendo legales, no son éticamente admisibles, como puede ser todo lo actualmente relacionado con la despenalización de la práctica del aborto en España.

Por ello, a mi juicio, las experiencias que estamos comentando, no solamente son éticamente inadmisibles, sino también, con toda probabilidad, ilegales, algo que los responsables de las mismas y los que institucionalmente las apoyan deberían tener muy en cuenta.

Justo Aznar. Las Provincias.