Dignidad humana

16.1.07

Karol y Ioseph

Al ver con mis alumnos la película Karol –primera parte-, sobre la vida de Juan Pablo II, me he fijado especialmente en un personaje: un chaval de unos ocho o nueve años que entabla amistad con el protagonista. Ioseph, así se llamaba el muchacho, representa todo lo entrañable y limpio de la infancia que roza ya la juventud. El chico muere durante un bombardeo, ante el dolor y el llanto de Karol. Pensaba en la necesidad de defender a todo lo que aquél chiquillo representa. Para esto considero necesarias varias cosas: Vencer con rotundidad y valentía a todos los crímenes, sean nazis o etarras. Superar, mediante un milagro, el cinismo abortista destructor de innumerables vidas. Proteger a la familia formada por madre, padre e hijos de todas las tiranías que en sus diversas modalidades –violentas, materialistas o legislativas- atacan a la institución más elemental y humana de todas. Otra cosa muy asequible puede ser detectar lo que dentro de cada uno entra en conflicto con la sencillez e inocencia que aquél chico representa. Pensaba que si la muerte de Ioseph -y de tantos otros inocentes- no tiene ningún sentido, tampoco parece que lo tenga la vida de los demás. Entonces recordé que Ioseph, en hebreo, significa “Dios añadirá”.

José Ignacio Moreno Iturralde